— Ya que estamos aquí para unirnos más como familia, mi nuevo yerno Noah tiene un gran proyecto en el que le gustaría que pudieran invertir, ¿Qué mejor para estrechar lazos que hacer negocios juntos? — Propuso Melissa con una sonrisa durante la cena y Aria la volteó a mirar con reproche, no entendía cuando ellos se iban a detener con esto.
— ¿Y de que se trata este proyecto? — Cuestionó Gerard mirando a Melissa, aunque le molestó que ella hablara de esto durante la cena, como era una invitada y ya habían pasado cosas incómodas antes, decidió ser amable.
— Explícalo tú, Noah.
— El proyecto es para hacer varios hoteles por todo el país y necesitamos inversores, ya los planos están hechos, serán muy grandes y modernos, con lo mejor de todo, hemos escogido lugares turísticos, además, ya tenemos los terrenos donde se construirán, es un éxito garantizado, solo deben invertir y luego verán grandes ganancias. — Explicó Noah con una sonrisa.
— Papá yo creo que esto es una gran oportunidad, hemos estado buscando en que invertir y esto parece una gran opción, estoy segura de que si Mark estuviera aquí también le encantaría la idea. — Intervino Diana de inmediato, ya había hablado antes con Melissa y había quedado en apoyarla en esto para que consiguiera esa inversión.
— ¿Tú que piensas? — Cuestionó Gerard mirando a Lucien, quien le estaba dando un sorbo a su copa de vino.
— Yo creo que esto no es conveniente, ya yo vi el proyecto y no me gustó, los lugares donde piensan construir los hoteles no son adecuados, los terrenos tienen problemas y ya hay mucha competencia, además de eso los planos que me presentaron no tienen nada diferente a los hoteles que ya hay en estos lugares, como no hay nada que los distingan pasarán a ser unos más del montón y ni siquiera esto, porque los hoteles que están ya tiene cierto renombre y clientela, así que estos pasaran totalmente desapercibidos, es probable que terminen yéndose a la quiebra a pocos meses de abrir, además de que la inversión que están pidiendo es excesiva para lo que harán. — Comentó Lucien como si se tratará de algo sin importancia y Noah lo miró con odio, cerrando sus manos en puños para contenerse.
— ¿Ves por qué te digo que Lucien debería asumir este cargo? — Preguntó Gerard mirando a Diana.
— Papá no necesariamente tiene que ser como él dice, puede equivocarse. — Replicó Diana molesta.
— Señor Gray, le aseguro que esto no es como él dice, este proyecto va ser exitoso, yo me voy a encargar de eso, además nuestra empresa ya ha tenido grandes éxitos en cuanto a esto que nos respaldan. — Espetó Noah y Lucien volteó a mirarlo.
— ¿De que éxitos habla? Si lo que tengo entendido es que su empresa depende en gran medida de este proyecto para seguir a flote, porque está por irse a la ruina. — Intervino Lucien y Noah se tensó, no entendía cómo pudo enterarse de esto cuando habían sido extremadamente cuidadosos de que nadie se enterara.
— ¿Lo que él dice es verdad? — Preguntó Michelle descolocada, se negaba a creer que lo que Lucien decía era cierto y que su prometido pudiera convertirse en alguien simple.
— Noah, necesitamos explicaciones acerca de lo que dice. — Exigió Oliver frunciendo el ceño.
— Señor, no sé de dónde sacó está información, pero está muy equivocado con respecto a eso, nuestra empresa está muy bien, si no desea invertir está bien, pero por favor no propague falsos rumores. — Masculló Noah lleno de rabia.
“Maldito discapacitado, acabaré contigo.” Pensó Noah, deseaba hacer pagar a Lucien por las humillaciones que lo había estado haciendo pasar.
— Está bien, si usted desea seguir manteniendo esa farsa, pero por favor no intente hacernos perder nuestro dinero. — Dijo Lucien con un tono de burla que hizo enfurecer mucho más a Noah.
— Te crees muy importante y ni siquiera sabes la clase de mujer con la que te casaste. — Gritó Noah levantándose de la mesa.
Aria miró a Noah totalmente desconcertada, sin entender de qué hablaba, pero sabía que esto no debía ser bueno para ella.
— No hables de mi esposa y es mejor si te retiras de una vez o mandaré a los guardias a que te saquen. — Advirtió Lucien mirándolo con los ojos entrecerrados y Noah sintió un escalofrío, pero a pesar de esto no pensaba rendirse, había sido humillado y quería hacerle lo mismo a Lucien.
— Si esto es verdad lo mejor es que disolvemos este matrimonio, mi nieto no va a estar casado con una mujer así, esto no debió pasar, debería darles vergüenza atreverse a hacer algo así. — Masculló Gerard mirando a Aria con repulsión.
Aria se sintió herida por las mentiras que decían de ella y cómo la estaban juzgando, pero al mismo tiempo pensó que tal vez no sería tan malo salir de este matrimonio que ella nunca quiso, aunque le dolería bastante separase de Luna y de alguna manera también se sentía un poco renuente a hacerlo de Lucien.
— Este matrimonio no se disolverá, yo estoy seguro de que mi esposa nunca haría algo así, les agradezco que nadie más se atreva a decir otra mentira sobre ella o no seré tan amable. — Masculló Lucien tomando la mano de Aria. — Ya nosotros nos vamos de está nada agradable velada, abuelo ten más cuidado con las personas que invitas a cenar la próxima vez, porque a pesar de que son familia de mi esposa no parecen estar bien educados y es mejor no tener gente como esta en casa, vamos. — Declaró Lucien y Aria se levantó para irse junto a él hasta el comedor.
Dejando a todos con la boca abierta por las palabras de Lucien, Oliver, Melissa y Michelle estaban muy avergonzados y ya no sabían qué decir ni qué hacer después de semejante humillación, nunca esperaron que Lucien fuera tan grosero con ellos y que en lugar de desconfiar de Aria, descargara su ira en ellos.
— Me iré a mi habitación, ustedes también deberían hacer lo mismo. — Murmuró Gerard parándose de la mesa mientras todos los demás no dejaban de mirarse.
— ¿Cómo fueron capaces de traer a un hombre así y encima pedirme que interviniera para ayudarlo con su proyecto? ¿Están locos? Esto puso a Lucien en una posición más alta para mi papá ahora, están arruinando por lo que tanto hemos trabajado. — Murmuró Diana luego de verlo irse.
— Yo no sabía que esto era así, ni que él se comportaría así, lo siento mucho Diana, espero que puedas perdonarnos por los años de amistad y nuestros negocios juntos. — Se disculpó Melissa de inmediato.
— Ya el daño está hecho, ahora solo tenemos que buscar la manera de asegurarnos que Lucien no pueda quedarse con la empresa, esto no será bueno para ustedes ni para nosotros, aunque piensen que tal vez sí porque su hija es su esposa les aseguro que no será así y más les vale que no piensen en traicionarnos, todos estamos juntos en esto. — Advirtió Diana.
— Nunca te traicionaríamos, solo hay que buscar la manera de que ese bebé que tanto quiere tu papá nunca llegue. —Dijo Melissa y los demás asintieron.
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