Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 18

— ¿En serio crees lo que dijiste? — Preguntó Aria mientras iban en el auto, le costaba creer que Lucien, con quién había pasado muy poco tiempo y apenas se hablaban no creyera en las palabras de Noah.

Porque Noah a pesar de haberla conocido y ella le había demostrado que lo quería, fácilmente creyó en las palabras de Michelle, pensó que con Lucien debería pasar lo mismo y no esperó que la defendiera.

— Sé que no eres la clase de mujer que él describió, así que no debes preocuparte. — Respondió Lucien y Aria lo quedó mirando sintiéndose muy conmovida, estaba agradecida porque él después de su abuela y la pequeña Luna, eran las únicas personas que estaban siendo amables con ella.

— Muchas gracias por creer en mí y defenderme. — Susurró ella.

— Solo hice lo que debía. — Espetó Lucien, aunque no deseaba involucrarse con ella por sus planes y su difunta esposa a quien deseaba seguirle guardando respeto, Aria empezaba a conmover su duro corazón, además no soportaba verla sufriendo, eso le dolía y por esa razón aún se sentía furioso por lo que sucedió y deseaba poder protegerla de estás personas, él no creía ni una sola palabra de lo que ellos decían porque podía ver la inocencia y el sufrimiento en la mirada de Aria, a diferencia de los demás.

— Aria no estés triste, ese hombre es una mala persona. — Intervino Luna tomando la mano de Aria con sus dos manitos, aunque no entendía muy bien las cosas que dijo Noah, sabían que eran malas porque estaba gritando y podía notar lo triste que estaba Aria.

— ¿Cómo estar triste si tengo una niña tan hermosa para consolarme? — Preguntó Aria con una pequeña sonrisa y abrazó a Luna, estaba agradecida porque lo que pensó que sería un matrimonio lleno de infelicidad, le había dado a una preciosa niña que la llenaba de alegría y también un esposo que aunque no eran cercanos no era malo con ella.

— Es verdad, no puedes estar triste. — Respondió Luna con una sonrisa alegre también y Lucien las miro con medía sonrisa, considerando la opción si sería tan malo cambiar un poco sus planes.

Cuando llegaron a casa Lucien acompañó a Luna a su habitación. Aria fue a darse una ducha y después de vestirse se sentó en la cama recordando todo lo que se habló durante la cena y aunque casi todos los temas le habían incomodado sabía que uno de ellos era realmente importante para Lucien.

Ya Gerard le había exigido esto mismo a ella antes y no estaba dispuesta, pero ahora que sabía que él seguramente también querría tener un hijo con ella, comenzaba a cuestionarse si se lo exigiría, esto era algo que le parecía realmente complicado, porque a pesar de que se podía dar cuenta de que Lucien no era malo, le preocupaba que si tenían un hijo juntos y en algún momento él decidía abandonarla no le permitiera verlo más, eso la destrozaría, bueno ya le haría bastante daño si él la echaba de su vida y no la dejaba ver a Luna de nuevo.

Todos estos pensamientos la estaban volviendo loca, no sabía qué esperar de su esposo y se preguntó si él podría tener intimidad, aunque por la actitud que tuvo durante la cena indicaba que si.

Lucien entró y se sorprendió al verla sentada en la cama solo mirando fijamente hacia un lugar, pareciendo aturdida.

— ¿Estás bien? — Preguntó frunciendo ligeramente el ceño y Aria se sobresaltó al escucharlo ya que no lo había sentido llegar por estar perdida en sus pensamientos.

— Si, solo estaba pensando en algo. — Respondió ella finalmente y Lucien asintió.

— Por supuesto, no hay problema, cuidaré bien de ella. — Aseguró Aria antes de acomodarse en la cama para dormir.

Lucien solo asintió y pasó por el closet para dirigirse al baño. En el baño se quitó toda la ropa intentando sacar de su mente la imagen de Aria antes de irse a la fiesta, ya que necesitaba controlarse porque debía volver a la habitación y dormir en la misma cama con ella.

“Necesito encontrar la forma de que María vuelva a casa con mi abuelo, ya que no puedo seguir compartiendo habitación con Aria, ella es una gran tentación.,” Pensó Lucien antes de abrir el agua fría para despejar sus pensamientos.

Luego de vestirse y salir, volvió a la habitación para encontrar a Aria dormida con la luz encendida y la quedó observando por un momento y mientras más la miraba más hermosa le parecía, ella le transmitía una especie de paz y al recordar la humillación que había tenido que sufrir hace un rato por parte de Noah y su familia lo llenaba de más rabia.

— Pareces ser la víctima en todo esto y por eso quisiera poder protegerte, incluso te has estado apoderando de mi mente, pero me preocupa equivocarme, ya que en este momento no puedo cometer ningún error y tú podrías ser mi peor error. — Susurró Lucien mirándola de cerca e inevitablemente levantó su mano para acariciar la mejilla de Aria con cuidado y ella se movió un poco y cuando él estaba por retirar su mano al pensar que podría despertarse, ella solo se acurrucó con está.

Lucien frunció el ceño pero no retiró la mano hasta unos minutos después, con cuidado de no despertarla y Aria soltó un leve quejido por su ausencia, pero siguió durmiendo y él apago todo para finalmente acostarse en la cama sintiendo algo muy extraño en su corazón, en el momento en que Aria se estaba acurrucando con su mano él no quería alejarse.

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