Cuando Maya fue recuperando la conciencia percibió que algo le estaba lastimando sus muñecas y al abrir los ojos, pudo darse cuenta que un hombre la observaba desde la oscuridad mientras fumaba un cigarrillo no dejaba de mirarla y aunque no podía mirar su rostro, porque dónde estaba sentado él todo parecía ser más oscuro, un escalofrío recorrió su espalda.
— No te molestes en gritar, odio los gritos e igual nadie va a poder escucharte, está habitación está insonorizada, no pierdas el tiempo con eso. — Advirtió él hombre al darse cuenta que ella estaba despierta.
— ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Qué es lo que quieres? — Cuestionó Maya intentando mantenerse calmada, aunque todo su cuerpo estaba temblando por el miedo.
— Venganza, es una lastima que volvieras aquí antes, porque no creo que debas ser tú quien pague los platos rotos, pero tengo que terminar lo que mi suegro comenzó hace muchas años, ojo por ojo. — Explicó él hombre sonando un poco melancólico y le dio otra jalada al cigarrillo.
— Yo no he hecho nada, si no crees que deba ser yo quien pague, por favor déjame ir, ni siquiera se de lo que me estás hablando. — Musitó Maya mientras su cuerpo se estremecía, no tenía idea de que le quería hacer este hombre, pero si no buscaba dinero ni nada más, lo que seguramente tenía planeado para ella era horrible, solo podía esperar que Jacob la encontrará antes.
— Te lo diré niña bonita, para que al menos sepas de quién es culpa lo que tendrás que pasar, estoy terminando el secuestro que mi suegro no pudo ejecutar en el pasado, su venganza personal, que después de su muerte se convirtió en la mía, solo que hasta este momento nunca pude reunir la fuerza necesaria para ir en contra de ustedes, pero finalmente llegó el momento. — Explicó Killian con una sonrisa llena de maldad.
Había tenido que esperar demasiado, porque después de la muerte de su suegro prácticamente todo fue destruido y en ese momento él era demasiado joven, no tenía el poder suficiente para hacer nada, tuvo que ir acumulando el poder necesario para esta vez no perder.
— Ustedes son los malos, secuestraron a una niña inocente, ¿Cómo esto puede ser culpa de mi padre? No tienes porque hacer esto, por favor solo deja esto atrás, quiero volver con mi familia. — Pidió Maya mientras empezaba a sollozar, se sentía aterrorizada y sabía que Jacob tardaría en darse cuenta de que algo le había pasado gracias a su mentira.
— Si, eso no debió pasar, fue un error de parte de los hombres que la secuestraron y pagamos las consecuencias y aunque en esto tú también eres inocente, lamentablemente eres hija de un asesino, uno que nos quitó lo más preciado, ¿Sabes lo que hizo? — Cuestionó Killian y en ese instante la luz del lugar se encendió.
Finalmente pudo ver el rostro de su captor, un hombre bastante atractivo, de ojos claros y rasgos definidos, muy musculoso, vestido con una camisa negra con las mangas arremangadas y un pantalón gris, él no parecía tener más de treinta y cinco. Parecía un importante hombre de negocios, pero su realidad era otra.
— No. — Susurró Maya, encogiéndose un poco al darse cuenta que él estaba furioso.
— Tu padre estaba obsesionado con mi novia, nosotros ya estábamos comprometidos y nos amábamos mucho, mi suegro estaba de acuerdo con esto, por eso a pesar de que éramos muy jóvenes nos iba a dejar casarnos, pero cuando tu padre intentó acercarse a ella y ella lo rechazó estaba tan furioso, que la secuestro, abuso de ella y la mató al darse cuenta de lo que había hecho, sabía que si la dejaba ir ella lo diría todo y tendría que enfrentarse a su padre, pensó que quitándole la vida no podríamos descubrirlo, pero lo hicimos, ella solo tenía dieciocho años, recién cumplidos, era un ángel, no merecía nada de lo que pasó. — Espetó Killian mientras sus ojos se cristalizaban, aún le dolía inmensamente está perdida, por eso había cargado con demasiados años este odio, esperando su venganza.
Al escuchar sus palabras Maya lo miró incrédula, negándose a creer que su padre pudiera ser capaz de hacer semejante atrocidad, sabía que aunque su trabajo no le permitía ser alguien bueno, no lo podía imaginar haciéndole eso a una chica inocente.
Al escuchar su pregunta Killian, de inmediato se volteó a mirarla, sintiéndose disgustado con esta pregunta.
— No, no soy esa clase de basura, nunca abusaría de ninguna mujer. — Aclaró, él tampoco quería matarla, no quería lastimarla de ninguna manera, pero tenía que terminar con esta venganza, por eso había planeado uno de sus hombres la mataría, ya que él se negaba a hacerlo, además como no quería causarle dolor, solo sería un tiro en su cabeza, de esa manera ella no sufriría, no se daría cuenta ni siquiera cuando suceda.
Aunque ella no pasaría por las mismas cosas horribles que su novia pasó, era lo que él podía hacer, porque desde que comenzó a seguir a Maya, de alguna manera había logrado sentirse atraído por su belleza, enternecido de cierta manera, con esto perdió sus ganas de lastimarla.
— Entonces, ¿Qué es lo que planeas? — Cuestionó ella confundida.
— No tienes porque saber eso, ¿Tienes hambre? Iré por algo de comer. — Dijo Killian comenzando a caminar hacía la puerta y como Maya no le respondió, solo lo miró aturdida, abandonó la habitación sin decir nada más.
Dejándola a ella sintiéndose totalmente confundida y desesperada.
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