— Bienvenida de nuevo a casa mi amor. — Espetó Jacob mirándola sin dejar de sonreír y tomándola de la mano, mientras caminaban a la puerta de la casa, estaba muy feliz porque ella por fin estaba recuperada y hoy volvía a casa, como él había estado anhelando.
— Gracias. — Susurró Mia, mientras sus mejillas se ruborizaban, aún no se acostumbraba a lo cariñoso que él era y la forma en que la llamaba, pero le encantaba y su corazón no dejaba de latir emocionado cada vez que él le decía así.
Jacob la atrajo hacia su cuerpo y le dio un beso en la frente antes de abrir la puerta para dirigirse al interior y al entrar los ojos de Mia se abrieron de par en par, dándose cuenta de que había un cartel de bienvenida y muchos girasoles adornando el lugar, pero lo más importante era el peluche en el medio, este era exactamente igual al que tenía cuando era una niña, solo que estaba nuevo, impecable, sin haber sido tocado por las malvadas manos de Brooke.
— ¿Tú… como lo hiciste? ¿Cómo supiste cuál era? — Preguntó Mia con sus ojos cristalizándose, totalmente conmovida por este hermoso gesto y sin poder entender como él había sabido exactamente cuál oso de peluche era él que ella había tenido hace tantos años.
— No tienes que saber eso mi amor, solo disfruta de tu regalo. — Dijo Jacob mirándola con ternura, no había olvidado lo importante que era para ella ese peluche y cuando ella había estado debatiéndose entre la vida y la muerte, todo lo que había vivido con ella se había repetido muchas veces en su cabeza y había decidido que quería darle todo lo que a ella le habían quitado, desde el amor hasta cada una de las cosas materiales y comenzaría con esto que significaba tanto para ella.
Por eso le había pedido a Dean que volviera a esa casa y les preguntara o intentará obtener una foto y Rosa fue la que lo orientó y le entregó una foto que había estado guardada en el sótano donde Mia estaba con ese peluche y luego de mostrársela a Jacob, este le pidió que encontrara uno exactamente igual antes de que Mia saliera del hospital, así que había tenido que hacer mucho para encontrarlo rápido, pero afortunadamente lo había logrado.
— Gracias, en serio me haces muy feliz, este es el mejor regalo que me han dado. — Dijo Mia y rápidamente se acercó al peluche para tomarlo en sus brazos, ya no era más grande que ella, pero no era pequeño y ella estaba muy feliz de poder sostenerlo de nuevo, era como tener una parte de su madre, a pesar de que sabía que este no se lo había regalado ella como el anterior, pero igual sabía que este también había sido regalado con mucho amor, por el hombre que amaba y que la hacía tan feliz.
— A mí me hace muy feliz verte sonreír mi amor y haría cualquier cosa para que siempre estés feliz y se que antes te sentías protegida por este lindo oso de peluche, pero no te lo di con ese objetivo, solo lo hice para devolverte un poco de lo que te han quitado y para alegrarte, porque yo seré quien te proteja, quiero que confíes en mí, en que siempre voy a cuidar de ti, porque yo no voy a permitir que vuelvas a sufrir nunca, nadie volverá a hacerte. — Aseguró Jacob acercándose a ella, él nunca volvería a permitir que nadie la lastimara de ningún modo y tendrían que matarlo para poder hacerle algo y él no era nada fácil de matar, mucho menos sabiendo que debía proteger a su princesa.
Al escuchar esto, Mia soltó el peluche de inmediato para abrazarlo a él.
— Se que ya no dependo de este peluche para que me proteja, se que te tengo a ti, mi héroe, gracias por tanto, te debo demasiado. — Musitó Mia mirándolo a los ojos, con estos evocando amor, ella sentía que tenía mucho que agradecerle, porque al casarse con él se sintió salvada del infierno en el que vivía y después él al recatarla ese día, había salvado su vida, se había convertido en su héroe personal, su eterno protector.
— Tú no me debes nada mi amor y yo te debo demasiado, porque que tú estés aquí entre mis brazos lo es todo, me hace deberte hasta mi vida, porque sin ti yo habría muerto de pena, por el dolor de perderte. — Aseguró Jacob antes de besarla, sus besos llenos de adoración y amor.
Los besos de los dos subieron de intensidad, hasta que él al cargo y ella rodeó automáticamente su cintura con sus piernas y así él la llevo hasta la habitación, para depositarla en la cama con cuidado.
— Está pagando por lo que te hizo, aunque no creo que ningún sufrimiento sea suficiente para él después de todo. — Respondió Jacob, esperando que ella no se dejará conmover y de verdad no quisiera que Elijah sufriese, porque no pensaba detener todo lo que tenía preparado para él.
Claro que en dado caso de que quisiera hacerlo, él le confesaría que no era su padre, no le había dicho esto antes porque ella no había preguntado por Elijah y pensó que simplemente quería olvidarse de su existencia, por eso no quería hablarle sobre estás cosas por miedo a que los malos recuerdos regresarán y ella se pusiera triste.
— Está bien, él no solo merece sufrir por lo que me hizo a mí, si no que también fue capaz de matar a mamá. — Susurró Mia al mismo tiempo que sus ojos se humedecían, si él le hubiese hecho daño solo a ella tal vez consideraría que no lo hicieran sufrir porque después de todo pensaba que era su padre, pero luego de enterarse de que estuvo detrás de la muerte de su madre, solo podía verlo como un vil monstruo. — Él nos destruyó a mamá y a mí, todo por el bien de su amante y de Brooke, ¿cómo un padre puede ser así?
— Porque él no es tu verdadero padre mi amor, solo es una sucia escoria que te hizo creer que era así, hice una prueba de ADN y tú no eres su hija. — Espetó Jacob un poco tensó, sin saber cómo ella podría tomar todo esto y nervioso por habérselo dicho de esta manera, pero es que no tenía idea de cómo otra decir algo así.
— ¿De verdad? — Preguntó Mia mirándolo con los ojos abiertos de par en par y cuando vio a Jacob asentir lo abrazo. — Es bueno que un hombre como él no sea mi padre, no quiero tener ningún vínculo con alguien tan desalmado. — Musitó Mia, sintiendo que le quitaban un peso de encima y se sintió un poco más tranquila de no compartir la misma sangre que alguien tan cruel como Elijah.
Jacob sonrió aliviado al ver que ella había tomado las cosas tan bien y después de que ambos se abrazaron por unos cuantos minutos, conversaron un poco más, él se aseguró que ella de verdad estuviera bien y luego se despidió, porque ya que a Mia no parecía importarle lo que le pasará a Elijah significaba que podía hacerle lo que quisiera y definitivamente quería darle bastante sufrimiento, para hacerle pagar un poco de todo lo malo que le hizo a ella, no tendría contemplación.
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