Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 23

— No, no hagas esto, no me entregues, si lo haces te vas a arrepentir, Maya no estará de acuerdo con esto. — Gritó Jerome mientras Victor se estacionaba. Ya habían unos cuantos hombres esperándolos, con sus rostros tapados con pasamontañas y apuntándolos con armas, también quien parecía haber dirigido todo, un hombre con su rostro expuesto y que parecía ser bastante fuerte, de su misma complexión, pero no podía ver a Maya por ningún lado.

— Cállate. — Masculló Victor y bajo del auto, con sus manos en alto, para que vieran que no era una amenaza. — ¿Dónde está ella?

— Sácalo del auto y te la daré, ella está en la camioneta. — Respondió Killian y Victor asintió antes de acercarse a dónde estaba Jerome.

— No hagas esto, él no te la dará, es una trampa. — Gritó Jerome mientras forcejeaba contra el agarre de Victor, pero este último aún así lo bajo y lo tiró al piso.

Jerome se quedó mirando a Killian confuso, no lo recordaba, no podía identificarlo como ninguno de sus enemigos, ni siquiera recordaba haber tenido un problema con él o haberlo conocido, no tenía ni la mínima idea de quién era.

— Perfecto, Dan anda por él. — Ordenó Killian y Victor se puso frente a Jerome.

— Primero entrégamela a ella. — Exigió Victor entrecerrando los ojos y Killian le sonrió.

— ¿Sabes que puedo dispararte y aún llevármelo no? Incluso si pudieras escapar, no saldrías vivo, hay algunas bombas enterradas en el piso, así que entrégalo primero. — Espetó Killian.

Victor lo miró entrecerrando los ojos por un instante, ya tenía un helicóptero esperando y algunos hombres cerca, solo tenía que presionar el botón en su bolsillo y vendrían, pero igual si hacía esto, podría ser demasiado tarde y tampoco es que le importara lo que le sucediera a Jerome, solo que está era su única manera de recuperar a Maya o al menos la más rápida, pero no le quedaba de otra que confiar en su palabra, así que se quitó del medio.

Cuando Killian lo vio hacer esto, le dio una señal a Dan para que fuera por Jerome y él abrió la puerta de su camioneta donde Maya aún se encontraba dormida. Él la miró por unos segundos porque está sería su despedida, era probable que nunca más volvieran a verse.

— Adiós niña bonita, espero que aunque probablemente me odies por lo que haré, también me puedas seguir entendiendo y por cierto, mi nombre es Killian, se que nunca te lo dije y quiero que sepas que te recordaré, como esa persona que me dio un poco más por lo que vivir que por la venganza, te recordaré siempre. — Susurró Killian y finalmente la tomó en sus brazos con cuidado para sacarla del auto y empezar a caminar hacía Victor.

Victor al ver que Maya efectivamente estaba en el auto se sintió aliviado, pero al verla con los ojos cerrados el alivió se convirtió en pánico y preocupación.

— ¿Qué tiene? Más te vale que no le hayas hecho nada malnacido. — Gritó Victor e intento acercarse furioso, casi corriendo, pero todas las armas de los hombres lo apuntaron y le dijeron que no diera un paso más.

— Ella está bien, solo está dormida, quise hacer esto lo menos traumático para ella, no debe tardar demasiado en despertar, llévatela y no regreses por aquí, olvídate de esto, olvida mi rostro, no intentes tomar venganza después por tu suegro o por secuestrar a Maya porque soy un experto en esto y si haces algo para dañarme lo devolveré con más fuerza y seguro que tú tienes más que perder que yo, además puedes estar tranquilo a ella no le hice ningún daño. — Respondió Killian acercándose a él y entregándole a Maya en sus brazos.

Victor frunció el ceño, mucho más desconcertado, sin entender como este hombre podría preocuparse por Maya, porque eso era lo que podía sentir por la forma en que él hablaba de ella e incluso la manera en que la había cargado había sido bastante cuidadosa.

Todos se dirigieron a sus autos y metieron a Jerome en el maletero de la camioneta mientras esté no dejaba de gimotear, podía ver en los ojos de Killian que cumpliría su palabra y lo haría conocer el infierno.

Por otra parte, Victor condujo el auto y cada vez que podía le daba una mirada a Maya para asegurarse que ella estaba aquí, sana y salva. Los hombres que habían esperado cerca lo siguieron de cerca en sus autos, ya que él no había dado ninguna orden de interceptar al secuestrador de Maya ni nada parecido.

Cuando llegó al lugar donde se estaba quedando, la dejo sobre la cama con cuidado y se quedó observándola por un rato, hasta que ella comenzó a moverse y al abrir los ojos y verlo, saltó a abrazarlo.

— ¿Cómo es posible? Estás aquí, dime qué estás aquí conmigo y no es un sueño. — Pidió ella mientras se pegaba con más fuerza a su pecho, lo último que podía recordar era comer mientras Killian la miraba, por eso no entendía como podía estar con Víctor, cuando se suponía que él ni siquiera debía estar enterado de lo que le sucedió.

— Estoy aquí muñequita, estás sana y salva, no dejaré que nadie te vuelva a hacer algo así. — La consoló Victor mientras acariciaba su cabello con dulzura, ella se separó de su abrazo, para mirarlo a los ojos y pellizcarse.

— ¿Qué haces? — preguntó Victor luego de verla hacer esto y que en su carita se reflejará el dolor.

— Solo compruebo que esto sea real. — Respondió Maya con una pequeña sonrisa y luego volvió a lanzarse a sus brazos.

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