— Parece que has olvidado las cosas que te enseñe en el pasado, ya no sabes respetar, tal vez deberías venir a casa con nosotros por unos días para darte una lección. — Dijo Oliver con su voz llena de peligro y Aria se estremeció.
A pesar de que al estar durmiendo con Lucien ya no le acechaban esas terribles pesadillas de los días en que era castigada, cada vez que recordaba esos momentos seguía causándole terror. Su cuerpo no pudo evitar temblar y sus ojos comenzaron a cristalizarse al ver la mirada amenazante de Oliver.
— Me gustaría saber con que derecho pretende castigar a mi esposa. — Masculló Lucien al entrar al salón, su mirada era más fría de lo normal y su aura peligrosa.
Todos voltearon a verlo bastante sorprendidos, sin saber que hacer y a excepción de Aria que se sintió un poco aliviada por su presencia, los demás estaban muy nerviosos al ser descubiertos en esta situación.
— Es que está niña está comportándose muy mal, somos sus padres a veces es necesario enseñarle una lección a los hijos, usted debe saberlo, ya que también tiene una hija. — Explicó Oliver en voz baja y ya no parecía nada amenazante.
— Yo nunca golpearía a mi hija para castigarla, así que no diga tonterías y no se atreva a volverla a nombrar, en cuanto a lo que están haciendo solo quiero hacer una pregunta, ¿Cómo son capaces de actuar así en nuestra casa? ¿Cómo se atreven a irrespetar a la señora de esta casa? — Cuestionó Lucien furioso al mismo tiempo que avanzaba hacia donde estaba Aria.
— Esto lo sentimos mucho, solo nos dejamos llevar un poco porque Aria estaba… ella estaba siendo muy irrespetuosa al referirse a usted y a nosotros, si usted hubiese escuchado lo que dijo también estaría molesto. — Tartamudeo Melissa nerviosa, no le quedaba más opción que culpar a Aria e intentar salir bien librado de esto o no conseguiría el dinero por el que vino.
— Es verdad, mi hermana se quejo de estar casada con un hombre como usted, nos culpó por eso, dijo que odiaba este matrimonio y nos empezó a insultar por su molestia, mi mamá solo quiso corregir su mala actitud. — Intervino Michelle fingiendo tristeza y agravios.
Aria al ver esto quiso escupir sangre y solo esperaba que Lucien no creyera en las mentiras de ellos, después de todo era la palabra de ellos contra la suya y aunque él ya le había creído antes, está vez era toda su familia quien la incriminaba.
Lucien entrecerró los ojos al escucharlos y verlos actuar tan bien, ya sabía que eran muy malos y que eran capaz de hacer cualquier cosa por dinero y esa había sido la razón por la que aceptó casarse con Aria a cambió de ayudarlos, claro que en ese momento pensó que ella era igual a ellos y no le importaba si salía lastimada, pero ahora eso había cambiado.
— Déjame ver tu mejilla. — Le pidió Lucien con voz suave mirándola y cuando ella se acercó un poco más el la acarició con delicadeza. — Ya que usted es capaz de golpear a mi esposa e incluso querían castigarla, yo también tengo derecho a castigarlos por lo que le hicieron, Oliver quiero que le des una bofetada a tu esposa y no te contengas.
Al escuchar esto todos quedaron conmocionados, incluso Aria miró a Lucien desconcertada buscando alguna explicación de su parte y los demás se quedaron estáticos, esperando que él les dijera que esto era una broma.
— Señor Gray no puede estar hablando en serio, ya sabemos que actuamos mal pero fue debido a que Aria se comportó mal. — Suspiró Oliver después de unos segundos en que todo había quedado en completo silencio.
Nunca pensó que con todo lo que le habían dicho Lucien aún los culpara y ni siquiera pareciera molesto con Aria, no entendía a este hombre.
— Yo nunca hago bromas, estoy hablando muy en serio, si mi esposa fue lastimada por ella, ella también debería ser lastimada. — Declaró Lucien con voz fría.
— Yo no voy a golpear a mi esposa, yo no golpeó mujeres, señor Gray esto es realmente inapropiado, ella es la madre de Aria, tiene derecho a golpearla cuando hace las cosas mal. — Replicó Oliver molesto y maldiciendo a Lucien en su interior, odiaba necesitarlo en este momento y tener que soportar sus humillaciones, no veía la hora de que Diana y Mark todo el poder de la fortuna de los Gray, ya que en ese momento le haría pagar a Lucien cada humillación.
“¿No le pega a las mujeres? ¿Entonces que soy yo? Puedo recordar que él no tenía problemas con golpearme hasta que doliera cada parte de mi cuerpo o incluso hasta desmayarme, parece que no me considera una mujer.” Pensó Aria sintiéndose llena de ironía, porque aunque Melissa la había lastimado e incluso nunca se había tentado el corazón con las cosas que le hacía Oliver, ella no quería que esté la golpeara.
— Si no le gusta que le peguemos a Aria no volverá a suceder Señor Gray, lo sentimos por actuar inapropiadamente y espero que podamos olvidarnos de esto. —Intervino Melissa con sus ojos cristalizándose, no podía imaginar el tener que soportar un golpe de su esposo por culpa de Aria y esperaba que Lucien pudiera dejar este asunto así, pero él seguía desprendiendo una terrible frialdad, así que tuvo que mirar a Aria. —Hija dile a tu esposo que todo está bien, yo soy tu madre, no puedes hacer que tú padre me golpee.
— Esta bien cariño, puedo soportarlo. —Habló Melissa, dándose cuenta que tanto Oliver como Michelle también estaban ansiosos por aceptar, ya que para su estilo de vida era muy importante tener mucho dinero y era mejor humillarse aquí que ante todos los demás al quedar sin dinero.
Oliver asintió y sin mediar palabra la abofeteo con fuerza, por miedo a que Lucien lo obligará a repetirlo. Melissa recibió el golpe y sus lágrimas cayeron al mismo tiempo que tocaba su mejilla y Michelle se acercó a abrazarla, mientras Oliver la miraba sintiéndose culpable.
— Perfecto, ya pueden retirarse, mi asistente irá a su casa para arreglar lo del dinero con ustedes mañana. —Espetó Lucien y aunque Oliver tenía ganas de quejarse asintió, tenía miedo de provocar de nuevo a Lucien y sabía que Melissa ahora se sentía terrible, así que salieron juntos del lugar.
— Eso que hiciste estuvo muy mal, no debiste hacer que la golpeara y tampoco darles dinero, volverán a pedir más luego. —Dijo Aria y Lucien se quitó la máscara y luego llevo la mano de ella a su boca para besarla.
— Aria solo le di una parte de lo que merecen, se que no te han tratado bien, puedo imaginar las cosas que te han hecho por lo que me dijiste hace un tiempo cuando pensabas que te iba a encerrar en el sótano, si ellos no son buenos contigo no debes ser buena con ellos porque si no terminarás sufriendo siempre. — Explicó Lucien, omitiendo la parte de lo del dinero, porque en cuanto a esto, él tenía sus propios planes.
Aria se quedó sin palabras al escuchar esto, sabía que de nada serviría que lo desmintiera y también sabía que Lucien tenía razón, porque su familia siempre la ha lastimado y por primera vez habían tenido un poco de retribución gracias a él que la había defendido.
— Es que…
— No tienes que decir nada, solo déjame protegerte, no quiero que nadie te haga daño. —Dijo él y la atrajo hacia su cuerpo para sentarla en su regazo y luego acarició su mejilla con delicadeza. — Ahora deberíamos ponerte algo en tu mejilla para curar el golpe.
Aria solo pudo asentir un poco aturdida por sus cuidados y caricias, no estaba acostumbrada a ser protegida y cuidada, pero lo estaba disfrutando mucho, más cuando esos hermosos ojos azules la envolvían.
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