Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 3

— Señor Myers, la señorita Maya va en camino al aeropuerto junto a su hermano. — Informó el guardaespaldas y cuando Victor escuchó estás palabras sintió su corazón mucho más incómodo, si ella se iba cuando se suponía que estaba estudiando lo que deseaba aquí, era porque la había lastimado demasiado, tanto como para dejar lo que quería atrás, ella nunca lo podría perdonar.

— Esta bien, ya puedes dejar de seguirla. — Espetó Victor antes de colgar la llamada, se sentía terrible por el dolor que le estaba causando a ella y por el que se estaba causando a sí mismo con esto, pero no había otra opción, el pasado siempre estaría ahí, torturándolo y terminaría torturándola a ella.

“Muñequita lo mejor es que estés lejos de mí, es lo mejor para los dos, espero que puedas sanar, olvidarme y ser muy feliz, que encuentres a alguien mejor para compartir tu vida con él.” Pensó Victor, aunque su corazón se sentía muy renuente, no deseaba que la única persona que lo hacía latir de manera desenfrenada estuviera con alguien más.

— A veces el mayor acto de amor es dejar ir y confío en que es lo correcto en nuestro caso, no puedo ser egoísta, yo no podré hacerla feliz, así que es mejor que lo sea con alguien más. — Susurró Victor, intentando grabarse estás palabras en su mente para no terminar corriendo detrás de ella para explicarle las cosas e impedirle que se aleje.

…

— ¿Lo que me dijo Jacob es cierto? ¿Estás embarazada? — Cuestionó Jerome, mirando a su hija, furioso.

— Papá acabamos de llegar, fue un vuelo pesado, deja que Maya descanse y luego podemos sentarnos a conversar. — Intervino Jacob antes de que su hermana pudiera hablar, intentando calmar las cosas.

— Jacob no te metas en esto, deja que ella me conteste, deberías salir de aquí.— Gritó Jerome, haciendo que Maya se estremeciera y sus ojos comenzarán a cristalizarse, nunca había visto a su padre tan furioso como ahora por su culpa.

Jacob a pesar de haber escuchado sus palabras se negaba a irse, no quería dejar a Maya sola con su padre cuando él estaba fuera de sí, así que solo dio unos pasos atrás, esperando que ellos pudieran hablar las cosas.

— Lo estoy, lo siento mucho papá. — Dijo Maya finalmente, dejando que sus lágrimas comenzarán a caer, odiaba tener que decepcionar a todos a su alrededor.

— Bueno vas a abortar, prepararé todo para que hagas esto mañana mismo. — Dispuso Jerome y tanto Jacob como Maya se quedaron mirándolo incrédulos.

— No haré eso papá, yo quiero tener a este bebé, no voy a abortar. — Se negó Maya, no podía creer que su papá le estuviese diciendo algo así, pero ella no pensaba ceder, quería tener a este bebé, no importaba si Victor no la amaba, igual desde el momento en que se enteró que estaba embarazada había comenzado a amar a este bebé y estaba decidida a tenerlo.

— Cállate, tú vas a abortar a ese bastardo o no puedes seguir siendo parte de esta familia. — Rugió Jerome mirándola furioso, aunque amaba a su hija, en este momento se sentía profundamente decepcionado de ella y le preocupaba mucho que cuando los demás se enteraran de su embarazo, que esto los perjudicará aun más.

— Si no quieres a mi bebé, tampoco me quieres a mí, así que está bien, yo tampoco quiero ser parte de esta familia. — Gritó Maya, justo antes de recibir una bofetada de su padre.

— Papá sabes que mamá no va a estar de acuerdo con lo que estás haciendo. — Masculló Jacob para finalmente alejarse junto a Maya. Sabía que si su mamá estuviera hoy aquí no estaría de acuerdo con la manera en que su padre estaba actuando, pero ella estaba de viaje.

— Jacob no quiero que te enfrentes a papá por mí, es mejor si te disculpas con él y yo me voy. — Susurró Maya, no tenía idea de que iba a hacer, pero no quería causarle más problemas a su hermano.

— Maya vamos a hacer las cosas como querías, solo que las apresuraremos, en lugar de quedarte aquí unos meses, nos iremos de una vez, yo te voy a acompañar, hoy nos quedaremos en un hotel mientras arregló los papeles necesarios para que no nos puedan encontrar. — Espetó Jacob, mirando a su hermana, sabía que ella en este instante estaba destrozada y odiaba verla así, la tristeza en sus ojos era desgarradora, por eso no pensaba dejarla pasar por todo sola, se encargaría de estar con ella en cada momento y para eso tenía que arreglar nuevas identidades y buscar la manera de salir del país sin que puedan ser rastreados, porque si perdían la protección que el estatus de su padre les proporcionaba, era seguro que algunos enemigo de este podrían ir por ellos.

— Jacob tú no irás a ningún lado, tu lugar es aquí con nuestros padres, se que quieres ayudarme, pero no puedo aceptar que hagas las cosas así, papá a ti no te ha echado, por eso debes quedarte, solo ayúdame a irme, quizás algún día papá me pueda perdonar y me deje volver, pero no me va a perdonar si tú te vas conmigo y no nos vuelve a ver. — Sollozó Maya, quería aceptar que él se fuera con ella, porque no quería estar sola, no quería estar sin su hermano por tanto tiempo, porque luego de irse, estaba segura que pasaría un largo tiempo para que pudieran volverse a ver, pero sabía que sería muy injusto para Jacob, él no había hecho nada malo y no tenía porque pagar por errores que no eran suyos.

— Maya no pienso dejarte sola, estás embarazada, nunca has estado desprotegida, siempre has sido muy consentida, no estás preparada para enfrentarlo todo sola, el mundo real es muy cruel, así que no llores y no discutas, iré contigo. — La consoló Jacob abrazándola.

— Debes quedarte, así podrás hablar con papá hasta que me acepte de vuelta y de esta manera me podrás proporcionar más ayuda, por favor Jacob no insistas, yo podré con esto, solo quédate. — Insistió Maya, separándose de su abrazo para mirarlo a los ojos.

— Esta bien, pero te llevaré hasta tu nuevo hogar y te dejaré instalada antes de volver. — Suspiró Jacob, sabía que ella tenía razón, quedándose podía intentar que su papá dejara todo atrás y además podría darle suficiente dinero para que ella estuviera cómoda allá, también pensaba ir a visitarla cada vez que tuviera alguna oportunidad.