Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 3

— Señor Davis, le presento a mi hija Mia, su prometida. — Dijo Elijah cuando Mía llegó a su lado y ella al escucharlo abrió los ojos de par en par, no entendía nada, pero sabía que solo tenía que obedecer como su padre le había dicho, no quería tener que quedarse encerrada en su habitación sin comida por días de nuevo.

— Es un placer señorita. — Espetó Jacob extendiendo la mano hacía ella y Mia la tomó, en ese momento los dos sintieron cierta electricidad recorriendo su cuerpo, haciendo que de inmediato Mia alejara su mano y Jacob frunciera el ceño.

— Bueno vamos a la mesa a sentarnos, ya la cena nos está esperando. — Comentó Elijah dándole una mirada de reproche a Mia y si tan solo Jacob no hubiese estado aquí ya le estaría gritando.

Todos pasaron al comedor y aunque el ambiente se sentía un poco extraño, comenzaron a disfrutar de la comida, mientras Brooke observaba a Jacob sin disimular demasiado y en cambio él observaba a Mia con cierta curiosidad, se le hacía extraño que ella parecía estar demasiado incómoda con todo esto, pero no decía nada.

Mia por otro lado, solo intentaba mantenerse calmada y no demostrar sus sentimientos, mientras su cabeza era un caos.

Cuando terminaron de cenar, Elijah le pidió a Jacob que lo acompañará a su oficina y este así lo hizo.

— Espero que mi hija sea de su agrado, es bonita y obediente, estoy seguro que se podrán llevar bien y en dado caso que ella no se comporte adecuadamente, puede enseñarle a que lo haga, no tendré ningún problema con eso, a veces a las mujeres hay que enseñarles. — Espetó Elijah cuando entraron a su oficina y Jacob arqueó sus cejas sorprendido.

— ¿A que se refiere exactamente con enseñarle? — Cuestionó Jacob, ya sabía a lo que se refería él, solo quería ver si se atrevía a decirlo, porque el solo hecho de pensar en golpear a Mia le disgustaba, ella se veía muy frágil, no la creía capaz de aguantar ningún golpe y a pesar de que no le interesaba ella de ningún modo, solo era un medio para un fin, no estaría dispuesto a golpearla, de hecho no estaba de acuerdo con la violencia en el matrimonio ni hacía las mujeres.

— Bueno a veces ciertas mujeres necesitan que se le enseñe quien manda, pero ya debe saber cómo funcionan las cosas, dígame más bien, ¿Qué tal le pareció? Me gustaría terminar con todo esto cuánto antes, cooperando nuestros negocios se expandirán mucho más. — Respondió Elijah con una sonrisa un poco tensa, sentía que a Jacob no le agradaba el hecho de golpear a las mujeres y aunque le parecía un poco extraño porque muchos de los hombres en la mafia lo hacían con frecuencia, no quería seguir con este tema porque no le importaba demasiado y no sabía si Jacob se sentiría disgustado al saber lo que él le hacía a Mia.

— Creo que ella es linda, pero, ¿Qué me dice de su otra hija? ¿Por qué será Mia mi prometida y no Brooke? Creo que esta última está más interesada en mí que la primera. — Dijo Jacob con una pequeña sonrisa, era claro para él que Brooke estaba muy interesada en él y en cambio Mia parecía un poco temerosa, pero si esto era así, no entendía porque era Mia su prometida.

Al escuchar sus palabras Elijah se tensó.

— Bueno es que creo que Mia será una mejor esposa, ella es muy obediente y se sabe comportar, en cambio Brooke es bastante difícil, le gusta andar de fiesta y demás, siempre ha sido rebelde, no quiero que nuestra alianza pueda verse afectada por las cosas que ella pueda hacer. — Explicó Elijah nervioso, aunque lo que estaba diciendo era en parte verdad, está no era su razón para darle a Mia.

— Está bien, igual no es demasiado importante quien sea mi esposa, las dos son lindas, lo que importa es nuestra alianza, así que está bien. — Accedió Jacob un poco pensativo por la manera en que Elijah se había comportado.

— Perfecto, entonces, ¿Cuándo desea hacer la boda? ¿Desea que le diga a mi esposa que empiece a encargarse de esto cuánto antes? — Preguntó Elijah un poco más relajado y sonriendo, pensando que en cuanto más rápido ellos se casaran, más rápido podría meter sus manos en los negocios de Jacob y se quitaría una preocupación sobre Mia.

— No es necesario molestarse con eso, yo no tengo muchos familiares, no quiero hacer una boda y tampoco tengo tiempo para esto, me parece irrelevante, ella y yo podemos ir al registro y contraer matrimonio simplemente. — Respondió Jacob con simpleza, a pesar de que su padre había muerto hace más de un año, su mamá aún no se recuperaba de esto, no quería hacerla pasar por una boda y a Maya no la iba a hacer venir con su familia a algo que no duraría demasiado, que era una farsa.

Él no tenía más familiares ni personas que le importasen aparte de ellas, así que no quería una boda.

— Pero es que esto no puede ser así, cuando se hace una alianza siempre se hace una gran boda para mostrarle a todos que ahora somos familia, que somos aliados. — Replicó Elijah frunciendo el ceño, esto no era algo que esperara, siempre cuando se concertaban matrimonios habían grandes bodas.

Ella no quería casarse, menos con alguien que no conocía en absoluto, sentía que deberían haber preguntado al menos su opinión, que debió enterarse de esto antes de la cena y por otra parte se había sentido muy mal por culpa de su encierro, por todo esto había tenido que volver a su habitación.

— Cállate, tú no decides esto, te vas a casar con él y más te vale que seas una buena esposa, porque si no lo eres vas a tener que enfrentar terribles consecuencias. — Amenazó Elijah mirándola con los ojos entrecerrados y los ojos de Mia se cristalizaron.

Se sentía impotente, como si ella no pudiera decidir nada acerca de su vida, como si todos pudieran manipularla a su antojo y ella simplemente tuviera que obedecer, pero no podía hacer nada, porque su tan solo reclamaba la iban a golpear y encerrar, ya se sentía demasiado mal y solo esperaba que si se iba a casar con ese hombre este no fuera tan malo como lo era su familia.

— Está bien papá, seré una buena esposa. — Accedió bajando la cabeza, al mismo tiempo que sus lágrimas comenzaban a deslizarse por su rostro, sintiéndose como una marioneta, alguien sin voluntad propia.

— Más te vale, no quiero problemas por tu culpa y te voy a levantar el castigo, pero no se te ocurra volverte a meter con tu hermana o con tu madre, porque te va a ir muy mal. — Advirtió Elijah y se acercó para tomarla del cabello con fuerza para hacer que ella levantará la cabeza y lo mirará a los ojos. — ¿Entendiste?

— Si. — Susurró Mia sin poder parar de llorar al ser lastimada así, no entendía porque su padre la odiaba tanto.

— Más te vale que lo entiendas muy bien y no lo olvides o te haré entenderlo a las malas. — Masculló él y finalmente apartó la mano de su cabello, con sus ojos llenos de disgusto y salió de la habitación.

Mia se hizo un ovillo en la cama y lloró, sintiéndose vacía, demasiado triste y extrañando su vida como lo era antes, cuando era muy feliz y su madre seguía viva.

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