— Diana se ha estado reuniendo con los Halls, aún no se que están planeando, pero ellos quedaron bastante molestos porque no les diste el dinero que esperaban y además tuvieron que firmar un documento, lo cuál les disgustó más. — Informó Max.
— Lo más probable es que quieran hacer algo en mi contra de nuevo, hay que estar muy atentos a sus movimientos, la situación de los Halls va a ir empeorando cada vez más y eso los volverá más peligrosos. — Comentó Lucien pensativo, sabía que habían vuelto a llamar a Aria para que hablara con él para decirle que el dinero que les dio no era suficiente y ella parecía estar bastante preocupada y él sentía que había algo que ella no le estaba diciendo, pero no podía obligarla a decirle.
— Si, las cosas en su empresa van mucho peor, también están presionando a Noah para que les devuelva el dinero, pero las cosas para él tampoco van bien, incluso su padre ahora está muy enfermo, dudo que pueda devolverles algo.
— Aunque él no estaba en mis planes su intervención en esto me facilitó bastante todo, gracias a que los Halls le dieron parte del dinero su caída será mucho más rápida, si él no se hubiese metido con Aria las cosas no hubiesen terminado tan mal para él. — Dijo Lucien lleno de frialdad, él antes de conocer a Noah no tenía nada en su contra, pero Noah decidió hacer las cosas mal e incluso le hizo daño a Aria, no eran cosas que podía dejar pasar.
— Con él te sumaste un enemigo más a la lista, estoy seguro que debe odiarte mucho. — Comentó Max, su amigo ya tenía muchos enemigos y aunque eso no parecía importarle demasiado, él si quería que no siguiera añadiendo más, las cosas ya eran bastante difíciles con lo que tenía.
— Lo debe hacer, pero yo no soy el culpable de que terminarán así, ellos hicieron las cosas mal y yo solo moví algunos hilos. — Espetó Lucien sin darle mayor importancia. — Por cierto, vigila muy bien a los Halls y a mi familia, es probable que en cualquier momento ataquen, porque aunque siguen pensando que no estoy bien, también están muy preocupados porque yo me quedé con lo que tanto anhelan.
— Esta bien, entonces si no hay nada más me retiro. — Se despidió Max y se dio la vuelta, pero antes de que abriera la puerta volvió a escuchar la voz de Lucien.
— Priscilla va a limpiar la habitación de Camille en estos días, no creo que sea apropiado seguir conservando sus cosas aquí cuando estoy con Aria, lo que quiero es que arregles todo para que lo envíes a otra propiedad por si en un momento Luna quiere estás cosas, también quiero que pases por la joyería de Fran y retires algo que le encargue. — Dijo Lucien, había estado pensando mucho antes de tomar está decisión, pero había decidido que era lo correcto, quería hacer sentir bien a Aria, que ella se sintiera feliz en este matrimonio, que estuviera segura que él de verdad la quería, porque así era.
A él le preocupaba un poco que ella no estuviera feliz con él por haber sido obligada a casarse, porque las palabras que ella había dicho ese día aunque él no quiso darle demasiada importancia habían quedado grabadas en su mente y eso le preocupaba y molestaba un poco. Se sentía muy feliz con Aria, le encantaba cada momento a su lado y quería que ella se sintiera igual, no quería perderla, por eso estaba dispuesto a hacer lo necesario para que ella se sintiera segura de lo que él sentía por ella y las cosas de Camille en casa podrían llegar a confundirla, más cuando la vez que ella entró a esa habitación él la había tratado mal.
Max se quedó totalmente sorprendido al escuchar esto de su amigo, podía darse cuenta de que él de verdad parecía estar enamorándose de Aria, pero no imaginó que tanto como para tomar este tipo de decisión, después de todo siempre pensó que su amigo era demasiado frío.
— ¿Me estás hablando en serio? — Preguntó Max un poco incrédulo.
— Si. — Respondió Lucien frunciendo el ceño ligeramente, entendía porque Max estaba sorprendido, pero no quería que hiciera un gran alboroto por esto.
— Estás actuando tan diferente, nunca pensé que ibas a tomar tan en serio a una mujer, si no supiera que es imposible pensaría que eres otra persona. — Murmuró Max, siempre pensó que Lucien nunca se iba a enamorar de nadie, pero ahora lo estaba de Aria y mucho.
— No digas tonterías y vete ya. — Regañó Lucien antes de volver a enfocar la vista en su computadora, él mismo podía darse cuenta que estaba comportándose de manera diferente, pero no quería hablar más de eso.
Max sin querer irritar más a Lucien se retiró.
Después que pasaron un par de horas, Lucien se alejó de su escritorio para bajar al comedor donde Aria y Luna ya lo estaban esperando.
— Buenas noches Aria. — Se despidió Luna y la abrazó sorprendiendo un poco a Aria, era la primera vez que Luna hacía esto antes de irse a dormir, pero Aria al reaccionar envolvió de inmediato a la niña en sus brazos.
— Buenas noches pequeña, que tengas dulces sueños. — Dijo Aria antes de dejar un beso en la frente de Luna, lo que puso a la niña de mucho mejor humor y se fue alegremente a su habitación.
Lucien que había visto toda su cercanía tenía una sonrisa, estaba feliz de que Aria y Luna se llevarán tan bien y que Aria de verdad parecía querer mucho a su hija y era muy buena con ella, que las cosas fueran así lo aliviaba mucho, porque aunque había intentado separarlas al principio porque pensaba sacar a Aria de sus vidas luego de que su plan terminará, ahora que quería que ella se quedará con ellos era muy importante que ella y Luna se llevarán bien, eran las personas más importantes en su vida.
— Bueno iré a contarle un cuento a Luna, nos vemos en un rato en la habitación. — Le dijo él mirándola con intensidad y Aria asintió sonrojándose.
Ella conocía muy bien está mirada y lo que él pretendía cuando volviera a la habitación, porque desde que lo habían hecho la primera vez él había querido estar haciendo el amor bastante, él no parecía tener mala salud en absoluto.
— Esta bien. — Susurró Aria bajando la mirada y Lucien sonrió al verla así, cada vez que ella actuaba tan tímida le parecía más linda.
Sin decir nada más él se retiró, loco por terminar con lo que tenía que hacer y volver a la habitación con su esposa, estaba ansioso por volver a reclamar su cuerpo, nunca se cansaba de besarla o poseerla, ella le parecía adictiva y él nunca se había sentido así con ninguna otra mujer.
Con Aria todo era diferente, lo que sentía con ella era increíble y la deseaba en todos los sentidos y aunque el hecho de que ella no lo quisiera tanto como él a ella le preocupaba un poco estaba dispuesto a hacer todo para que ella lo quisiera de la misma manera y nunca se fuera de su lado.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa Obligada Del CEO Paralítico