— Eres tan linda. — Susurró Lucien quitando el cabello del rostro de Aria, la cuál estaba sonrojada y un poco sudada porque acababan de terminar de hacer el amor.
Aria se quedo en silencio por un momento, había disfrutado mucho de lo que acababa de pasar, pero había algo que no podía seguir ignorando, pensaba que por más que él tuviera gran fuerza en sus brazos no podía moverse así si sus piernas no funcionaban, porque aunque él ahora la guiaba un poco a ella para que hiciera cosas, él seguía haciendo el mayor trabajo, por esta razón las dudas en su cabeza seguían creciendo.
— ¿En qué piensas? — Cuestionó Lucien acomodándose para mirarla a los ojos, al darse cuenta que ella parecía estar un poco aturdida.
— Tus piernas… ¿Puedes moverlas? — Preguntó Aria dudosa y muy nerviosa, no quería ofenderlo o que él se sintiera mal por esto si no era el caso, por esa razón había evitado hacer está pregunta antes, pero ya no podía seguir haciéndolo.
Lucien se quedó en silencio por un momento antes de asentir, imaginaba que ella en un momento se iba a dar cuenta de esto y le extraño que no hiciera está pregunta antes, porque a pesar de que hacían el amor con las luces apagadas habían cosas que ella obviamente iba a notar por más que él intentará ocultarlas.
Aria se quedó con la boca abierta y mirándolo totalmente sorprendida, sin poder decir nada, pero su rostro lleno de más dudas.
— La verdad es que si tengo movimiento, aunque no muy bueno, mis piernas necesitan más terapias y no puedo esforzarme demasiado porque cuando lo hago me duele, todavía no puedo dejar de usar la silla de ruedas y tampoco me conviene hacerlo así pudiera, porque quiero que todos sigan pensando que nunca volveré a caminar y espero que puedas guardar mi secreto. — Confesó Lucien sin quitarle los ojos de encima, sabía que al tener está relación con ella y admitir esto se estaba arriesgando, pero no podía seguir mintiéndole al menos no con esto cuando ya todo era evidente. Además de que creía que Aria no se parecía en nada a su familia adoptiva y quería confiar en ella, solo que había demasiado en riesgo, porque no solo era él quien podía salir perjudicado, si no Luna, que era quien en realidad le preocupaba, porque si solo él estuviera en riesgo sería totalmente sincero con Aria, porque ella significaba mucho para él.
— ¿Por qué quieres que sigan pensando eso? ¿Por qué me lo ocultaste? — Interrogó Aria aún confundida y un poco triste al pensar que Lucien no confiaba en ella.
— Porque las personas que causaron mi accidente si se enteran que pudo caminar es probable que intenten asesinarme nuevamente, es mejor si piensan que no me recuperaré nunca y te lo oculte porque pensé en un principio que entre tú y yo no pasaría nada y después que las cosas cambiaron no sabía cómo decírtelo. — Explicó Lucien, no pensaba decirle quien eran las personas detrás de todo porque sería demasiada información delicada para ella que tal vez la pondría en más riesgo.
— ¿Por qué desean lastimarte? ¿No hay nada que se pueda hacer para impedirlo? Deberíamos poder denunciarlos para que no te puedan lastimar de nuevo. — Dijo Aria frunciendo el ceño preocupada, está información la dejaba bastante sorprendida, pero muy preocupada por él, no quería que le sucediera nada.
Lucien al ver la preocupación en su rostro le acarició la mejilla con ternura y le sonrió, al ver que ella se preocupaba por él de esa manera sintió una agradable sensación de calidez en su corazón.
— Es bastante complicado todo el asunto, pero en un tiempo se solucionará, tranquila solo debes mantener el secreto y todo estará bien. — Respondió mirándola con ternura y Aria asintió con decisión de inmediato.
— No diré nada sobre esto a nadie. — Prometió y Lucien se acercó a darle un dulce beso en los labios.
— Me preocupa mi abuela, mi mamá no deja de llamarme para exigirme que le des dinero y yo no quiero que le des nada porque ya les has dado demasiado, pero me preocupa que por esta razón no cuiden de mi abuela bien, ya me habían amenazado antes con no seguir pagando el hospital donde estaba. — Admitió Aria frunciendo un poco el ceño. — Y si disfrutó de estar aquí porque estoy con Luna y contigo, pero ahora que Luna va a empezar el colegio y tú también trabajas, me gustaría poder trabajar o terminar la universidad ya que me tuve que retirar antes.
— Lo de tu abuela es un poco complicado, pero mañana podemos ir a ver que ella esté bien y puedo darles un poco de más dinero, mientras vemos la manera de asegurarnos que ella esté en un lugar bien cuidada, en cuanto a la universidad por supuesto que puedes hacerlo, no es necesario que trabajes porque mi dinero es el tuyo. — Explicó Lucien acariciando el cabello de ella, quería complacerla a pesar de que no le agradaba ni un poco tener que darle más dinero a los Halls, lo haría por ella, porque estuviera más tranquila.
— Muchas gracias. — Dijo Aria con una sonrisa y lo abrazo, sintiéndose cada vez más agradecida con él por hacerla tan feliz y ser tan bueno con ella.
— De nada. — Le susurró Lucien y luego le dio un beso en la frente.
Aria se quedó recostada en su pecho abrazándolo hasta que se durmió mientras él acariciaba su espalda con delicadeza.
“Yo haría cualquier cosa por verte sonreír y eso me da un poco de miedo, porque fácilmente podrías destruirme.” Pensó él sin poderse dormir, ya que estaba tan fascinado por ella, que por primera vez en su vida sentía miedo de sus sentimientos.
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