Felicidad efímera romance Capítulo 38

Ivonne no tardó en recibir en su teléfono la notificación de la suma que se le había transferido. «El lugar se lo dejó el abuelo a mamá. ¿Quién se cree Ximena para vender la casa?».

—¿En qué te basas para vender la casa, Ximena?

Ximena estaba enfadada de igual manera y como Jonathan era un sentimental del lugar, sintió la necesidad de cortar por lo sano.

—La podría vender a como me diera la gana. De todos modos, es mi casa. ¿No tengo derecho? Te dejé vivir allí bastante tiempo y fui educada al no cobrarte alquiler. Como eres tan competente, no creo que te guste mi casa. ¿No conoces a muchos hombres? Acude a ellos por ayuda.

—¡Te arrepentirás, Ximena! «¿Cree que soy una pusilánime por dejarme provocar todo el tiempo?».

—¡Este es el precio a pagar por seducir a mi hombre! ¿Qué se siente no tener casa, Ivonne? —Ximena colgó el teléfono y no volvió a tomarlo.

Ivonne miró el dinero de su cuenta bancaria y llamó a la puerta para hacerle una propuesta a la nueva propietaria.

—Te pagaré cuatrocientos mil por esta casa. ¿Podría vendérmela?

La anciana negó con la cabeza.

—No la vendo por mucho que me ofrezcas.

Era bien sabido que la zona estaba a punto de ser demolida. Además, tenía noticias de que una persona rica había comprado toda la manzana, entonces, esperaba que el precio se multiplicara por cien.

Ivonne no sabía qué hacer, por fortuna, vio otro lugar para alquilar no muy lejos en Instagram. «Necesito un lugar donde quedarme». Aunque no estaba lejos de donde vivía con anterioridad, Ivonne arrastró su equipaje hasta allí, pasó toda una tarde instalándose y al final terminó muerta de cansancio.

Ivonne se sentó ante su escritorio y abrió el portátil, el sol de la tarde caía sobre ella mientras tecleaba furiosa y pronto encontró lo que buscaba, comenzó a recopilar sus hallazgos y envió una copia a Ximena.

—¿Qué quieres?

Ximena tomó la iniciativa de llamar esta vez porque Ivonne había desenterrado detalles desagradables de su pasado, donde ella había intervenido en el matrimonio de una pareja y se había convertido en la amante de alguien cuando era más joven e inmadura, también se exhibía desnuda en una transmisión privada y quedó embarazada en su cuarto año de universidad por lo tanto su decisión fue abortar, además Ivonne incluso había encontrado grabaciones de su plática con Nina.

—Señora Landeros…

Reconoció al anciano que tenía adelante, era el hombre de confianza de Guillermo, el mayordomo de la Residencia Landeros. Clemente Carranza que había crecido con Guillermo, por consiguiente, sus palabras tenían peso dentro de la familia.

—Señor Carranza...

—Don Landeros te echa de menos. Me pidió que viniera para que lo acompañe a cenar.

«Debió ser la Señora López quien le dijo que me habían dado el alta». Al recordar que hacía mucho tiempo que no veía a Guillermo, accedió y subió al auto, que no tardó en llegar a la residencia de los Landeros.

A pesar de los siglos de cambios históricos, la vieja mansión lucía más grandiosa que nunca, reflejaba toda la fortuna y la influencia de la familia que eran vastas, aunque no daban muchos descendientes; los Landeros procedían de una larga línea de herederos varones. Como los padres de Jonathan vivían en el extranjero, sólo Guillermo y varias amas de llaves ocupaban la vasta mansión.

La puerta se abrió de un empujón para revelar al anciano con la cabeza llena de cabellos blancos, él podía ver al hombre en su sillón observando la actuación de un violinista. Se podría decir que, a pesar del período de ausencia de Ivonne, todo allí le resultaba bastante familiar.

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