Felicidad efímera romance Capítulo 42

«¡Es media noche! ¿Por qué no llama al celular de Jonathan? ¿Por qué debe llamar a este número? Está llamando a la Residencia Landeros a media noche, para afirmar su dominio, ¿o no? Luce igual a alguien que haría algo así».

Por desgracia, Ximena estaba hablando con Ivonne.

—No puedo comunicarme con él en su teléfono. ¿Me podrías ayudar? Es algo urgente —le rogó, mientras sollozaba.

Al escuchar esto, Ivonne frunció el ceño porque recordó lo que Ximena había hecho.

—Si un hombre no quiere responder a tus llamadas, deberías saber lo que significa, ¿cierto? —dijo Ivonne.

—¿Con quién habló? —Ximena sonaba sorprendida.

Ivonne levantó la mirada en respuesta, ella quería que Ximena entrara en pánico, así que colgó el teléfono después de esto. De pronto, escuchó algunos pasos detrás de ella y se dio la vuelta. Vio a Jonathan en pijama por un segundo, antes de que el teléfono comenzara a sonar de nuevo; él lucía desanimado, aunque su mirada era fría.

Antes de dirigirse a la cocina, una vez más lo miró. Como el teléfono continuaba sonando, Jonathan lo contestó. Después de escuchar la voz de Ximena, le preguntó:

—¿Cómo conseguiste este número?

—Yo… Jonny, ¡José me lo dio! Tu teléfono está apagado, y he estado preocupada por ti. —Ella no se atrevió a decirle la verdad, así que terminó arrastrando a José en esto.

En realidad, ella había obtenido el número en secreto, aquella vez que Jonathan la llevó a la residencia Landeros por primera vez. Para su desgracia, Guillermo la expulsó de la mansión y no le permitió permanecer por más tiempo. A juzgar por la reacción de este, ella comprendió que no le agradaba.

—No te estoy probando. Es solo que siento, que te estás distanciando de mí. Me preocupa que puedas estar molesto conmigo. Ya me siento mucho mejor, así que puedo ayudarte con la Señora Renata en el futuro.

Al escuchar esto, él frunció el ceño. «No convivo mucho con las mujeres, pero creo que ella es la única que me da dolores de cabeza con su incesante parloteo».

—Se hace tarde. Duérmete temprano.

Dicho esto, terminó la llamada sin preocuparse. Entonces, se sirvió un vaso con agua y escuchó movimientos en la cocina. Al entrar ahí, vio a la persona que usaba un delantal rosa cortando tomates y al instante, todo su fastidio se esfumó. «Es un sentimiento tan extraño».

De pronto, Ivonne resopló. Ella estaba cortando demasiado rápido y por accidente se cortó la uña. Después de meter el dedo bajo el agua corriente, quiso alcanzar una servilleta. En ese momento, apareció una persona junto a ella.

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