Los ojos de Jonathan se oscurecieron. Cuando estaba a punto de contraatacar, Ximena apareció de la nada. Sonrió y preguntó:
—Vaya, Ivonne. ¿Nuevo novio? Si no me equivoco, el hombre con el que estabas antes no tenía este aspecto, ¿verdad?
Ivonne frunció las cejas al pensar que Ximena se estaba pasando. «Pero, ¿por qué siempre intenta hacerme quedar mal delante de Jonathan?». Ivonne estuvo casada en secreto con Jonathan durante tres años, pero no se lo contó a nadie, ni siquiera a su madre. «¿A menos que Jonathan le contara sobre el matrimonio? Supongo que no debería sorprenderme que Jonathan se sincerara con Ximena, ya que están a punto de casarse».
Sin embargo, le agradó que Ximena hiciera ese comentario. Su sarcasmo le dio a Ivonne la oportunidad de salir del apuro. En lugar de desahogarse, sonrió y contestó despreocupada:
—¿No me aconsejaste que conociera a otros hombres antes de sentar cabeza? Por eso intento aprender de ti y hago todo lo posible para que todos los hombres sean felices.
La expresión de Ximena se volvió sombría. Miró a Ivonne y le preguntó:
—¿Desde cuándo te doy yo esos consejos? No tienes una relación seria porque tratas a los hombres como juguetes. Mírame, Jonny es el único hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida.
—Bueno, si ese es el caso, deberías empezar a vigilar al caballero que está a tu lado. Me miró un par de veces —dijo Ivonne mientras miraba con atención al malhumorado Jonathan.
«No hay duda de que es un hombre guapo con un cuerpo ardiente, pero su personalidad apesta». Después de mirar al hombre con disgusto, Ivonne se armó de valor y añadió:
—¿Por qué me miras así? ¿Esperas que me calle después de lo que hiciste?
Ivonne siguió mirando con desprecio a Jonathan a pesar de apartar la mirada. Luego tomó a Sebastián del brazo y se alejó. Su comentario pareció agitar a Ximena. «¿A qué se refería cuando dijo que Jonathan la miró? ¿Se cree una belleza?».
—¿Qué le pasó a Ivonne? Debe ser ese hombre que le inculcó todos esos valores ridículos. Hace unos días, la vi con otro hombre en una habitación de hotel, y ahora está con otra persona.
»A Ivonne siempre le gustó coquetear con chicos durante sus años de escuela. Me pregunto cuántos hombres tendrá…
Fue como si Ximena hubiera dicho eso sin querer. Antes de que pudiera terminar la frase, se dio cuenta de que el hombre la miraba con atención. Apretó los labios y apartó la mirada.
—Jonny, sé que no te gusta escuchar esto, pero estoy preocupada por ella. Me preocupa que alguien juegue con sus sentimientos. Su madre la deja ser, y si yo, como su prima, sigo fingiendo que no conozco sus acciones, sabe Dios lo que le pasará. Hay tantas tentaciones ahí fuera…
—Querías verme, ¿de qué quieres hablar? —Jonathan interrumpió.
Ivonne miró al hombre que tenía detrás. «¿No debería irse a casa?».
—Parecías muy natural cuando me usaste hace un momento.
La luz brilló en el rostro gallardo de Sebastián. Ivonne se sintió un poco avergonzada. En efecto, lo había utilizado para salir de la situación.
—Yo… Um… Lo siento. Yo…
Ivonne respondió con una sonrisa torpe, ya que no sabía qué más decir. De repente, Sebastián se acercó a Ivonne y le susurró al oído:
—No lo sientas. Estaba dispuesto a seguirte el juego de todos modos.
Se alegró de haber encontrado por fin a Ivonne, la genio que desapareció de la faz de la tierra durante muchos años después de haber eclipsado a los demás en el concurso internacional. Sin embargo, no tenía ni idea de lo que le había ocurrido en los últimos años. Seguro le horrorizaría saber lo miserable que era su vida.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Felicidad efímera