La chica fénix: ¿Mi mate? romance Capítulo 19

Eli

Camino de un lado para el otro buscando al pobre de mí lobito, no quiero que ellos lo vean no hasta que yo hable primero los conozco bien son seres muy vengativos, aunque no lo parezca, no sé en qué momento esta casa se hizo más grande ni siquiera siento a mi pareja. En el camino me encuentro a Yack más contento de lo habitual y lo comprendo vi el recuerdo de Nay, el beso y como huyo después de eso.

—¡Hey! tierra llamando a Yack, tierra llamando a Yack — le doy pequeñas cachetadas para que reaccione, paso unos minutos hasta que funciona y reacciona lo noto en su mirada su lazo con la chica humana le se está fortaleciendo.

—Eh ¿qué pasó? ¿Viste a Nay? —me pregunta — Si la viste me puedes decir dónde está, sabes ella me…. — comienza a divagar se nota que está idiotizado por el beso es comprensible, pero lo necesito al cien por ciento.

—Si la vi estaba igual que tú solo que roja como tomate — le informó— sin embargo, la podrás buscar más tarde ahora tú me ayudarás porque ellos ya llegaron y activé el código H.C. por tu culpa — entrecierra sus ojos cuando me ve.

—Yo que culpa tengo— se defiende.

— Tienes toda la culpa porque les dijiste que yo estaba aquí se supone que les iba a decir uno por uno no a todos ellos de una vez, sabes cómo se pone el príncipe del infierno enojado — esto es ridículo porque es que les tengo miedo, ah ya me acordé no es por mí es por mi lobito que no sé dónde se ha metido ahora.

—Ya cálmate que no es para tanto, yo te ayudaré— se detiene y me mira con miedo— será mejor que te calmes porque ya llegaron — me señala hacia afuera lo agarró de la oreja y nos dirigimos a la entrada y ahí los veo con su típica parada de super héroe me alegra verlos de verdad, pero no sé cómo se tomen todo esto de los mates con Yassi y yo tan distraída estaba por los nervios que recién noto que estaba a mí lado, corremos a abrazarlos los extrañe tanto.

—Dalec, princesito me extrañaste — el príncipe del infierno hijo de mi tía Lilith y de Lucifer, sí y también es mi primo fue extraño la primera vez que nos conocimos ya que no es muy hablador y yo lo hago hasta por los codos, incluso hasta entrenamos juntos muchas veces termine con las costillas rotas; a él no le importa si soy mujer con tal de enseñarme eso es lo que más me agrada de él ya que no me trata como si me fuera a romper.

Dalec intimida un poco, pero te acostumbras sus uno noventa de altura cabello negro y ojos rojos color vino tan intensos que te dejan hipnotizado, su rostro marcado y su voz gélida puede que te asuste mucho, tiene muchas dagas que te podrían matar con solo un rose si no eres inmortal al ser creadas en el mismo infierno.

—Serene, mi peliblanca favorita — también la abrazo, Serene princesa de las brujas blancas ella y su familia está bajo el mando y protección de mi tío Deilec, lo sé es un poco confuso, pero mi tía Lilith le puso ese nombre a su hijo en honor al Dios de los brujos.

— Acaso conoces a mas peliblancos — niego sonriendo y le señalo a Yack que se hace el ofendido, Serene me protege como si fuera su hermana menor la conocí gracias su voz melódica cuando tuve que hablar con los reyes me perdí en su castillo y solo pude guiarme con su voz para salir de un laberinto de pasillos, ella es más alta de Dalec su piel es tan tersa del color de una perla uno des ojos son negros como la misma oscuridad y el otro es azul claro contrastando su vestimenta y sus cabellos blancos como los hilos de seda pura.

—Y para mí no hay abrazo — Nick abre sus brazos en mí dirección.

—Claro que hay abrazo si dejé lo mejor para el final — Lo abrazo fuerte. Nicklaus Cunningham príncipe de los licántropos es un gran lobo sobreprotector, desde el primer momento en que lo conocí a sido uno de mis protectores incluso peleo con Dalec por romperme el brazo en un entrenamiento no le importo estar en desventaja al ser mi primo un semidios.

—Ahora me dices por qué razón tus soldados es tan en modo de defensa — me aprieta más a él cuando no le respondo tal vez pensara que estamos en peligro, cuando estaba decidida a contestarle unos gruñidos interrumpe mis explicaciones.

Al girar veo a mi lobito con unas rosas en sus manos, pero la está apretando mucho no quiero que mal intérprete esto así que me suelto rápido de Nick que ahora me mira como si yo tuviera dos cabezas y no solamente a mí, también a Yassi no me había dado cuenta de que César también estaba ahí y con la misma cara de mi lobito, pero sé que mi lobito trata de controlarse, pero el beta no, su lobo está controlándolo y hasta ahora yo lo controlo, pero eso será hasta que marque a Yassi.

—Set cálmate— le ordeno los chicos me miran sin saber que pasa — Set deja que César tomé control de su cuerpo tú no quieres que Yassi se asuste — la mira y asiente dejándole el control a César a regañadientes.

—Bueno porqué te estaban abrazando — dice mi lobo celoso.

— Mario — digo yo.

—Eli — dice Nick.

—Nick —dice Dalec.

—Dalec— dice Serene.

—Yack— dice Yack tratando de quitar la tensión. Haciendo que nos riamos.

—¿Por qué me dices Mario? — susurra enojado — siempre me dices lobito o mi amo — se enojó ahí por los Dioses este hombre es tan dramático creo que los papeles se han invertido.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La chica fénix: ¿Mi mate?