La chica fénix: ¿Mi mate? romance Capítulo 25

Narra Eli

Si alguien me hubiera dicho que tendría que pasar lo que he vivido no le creería nada, claro, quién creería en hombres lobo, en guardianes Fénix o en todo lo sobrenatural que existe, simplemente me negaba a creerlo por eso mismo no me sorprende la reacción de mí, hermano con todo lo que le he contado digamos que está conmocionado.

—O... ósea, papá es un Dios — señala a papá — y tú eres un tipo de guardiana o algo así— me dice confundido.

— Si ya me lo has preguntado cinco veces — ruedo los ojos recordaban a mi hermano lento, pero no tanto — enserio no consideraste que algo andaba mal, ya que tú no envejeciste estos años o peor que podías controlar de qué edad te ves— trato de no rodar los ojos por suerte los chicos que estaban sentados con él en la cafetería se fueron para darnos espacio, mi hermano se ve tan diferente mayor por un momento un sentimiento de nostalgia embargo mi pecho. Me hubiera gustado tanto estar a su lado en estos años, mi cabeza de zanahoria es mayor.

—Si digamos que mamá dijo y cito sus palabras" Cuando tu papá regrese te lo explicará así que no preguntes "—me río porque eso suena a mamá tan linda ella.

— Así que... ¿Cómo está tu mamá?— se rasca la nuca papá nervioso, el abuelo siempre dijo que cuando un Dios se enamora lo hace con cada fibra de su ser ver a papá así me lo corrobora el ama a mamá como la primera vez.

—Ahora está trabajando — dice mi hermano no sé porque creo que me está contando todo.

—Suéltalo ya, hermano — no me gusta que esconda información, se sonroja porque sabe que lo conozco — eres tan predecible— lo abrazo.

—Bueno— se rasca la cabeza — mamá trabaja de mesera en un restaurante y el dueño se le ha insinuado varias veces, pero ella no le corresponde —mejor que aclarara eso porque ya estoy viendo a mi papá rojo y no es bonito cuando al señor Fénix se enoja vuelan llamas por todos lados.

—Llévanos con tú mamá — se nota mucho sus ganas de verla; mi hermano nos lleva a su auto apenas lo veo me largo a reír hasta casi quedarme sin aire, su auto tenía el dibujo de una zanahoria en el maletero.

— Lo puse porque me recordaba a ti cada vez que lo veía— me dice apenado— siempre fui tu cabeza de zanahoria aunque sabías que no me gustaba ese apodo y mira — me enseña una pequeña antorcha que colgaba en el espejo— mi cabeza de antorcha— solo niego con lágrimas amenazando con salir, lo amo tanto mi pequeño Bastian.

— Yo también te extrañe— susurro apretando su mano, me acomodo en el lado del copiloto.

— Desde cuando somos tan cursis— bromea— seamos inmaduros o mamá no te reconocerá— papá sonríe en la parte de atrás, su rostro se ilumino al vernos interactuar, ese siempre fue su sueño que su familia al fin este justa.

Nos quedamos en un silencio cómodo hasta llegar a un restaurante justo en el centro de la ciudad es muy elegante bonito, pero mi encanto no duró mucho, no hay muchas personas así que decidimos entrar, y lo que vimos no fue de nuestro agrado ahí estaba mamá con un tipo que la sostenía contra la pared ella trataba de soltarse, pero no podía vi de reojo a papá y a Bastian muy enojados.

—¡Suéltame ya te dije que no te quiero y estoy casada! — todos miraban aquella escena y no hacían nada a veces los humanos me enojan tanto y aunque yo fui una de ellos jamás permití que le hicieran algo malo a una persona que no puede protegerse.

—¡Eso es mentira tú no tienes marido te investigue y no sale nada, porque será dime!— decía el tipo mientras ejercía más fuerza en las manos de mamá.

—Yo que tú la soltaría si no quieres terminar como puré— los dos giran a mí dirección mamá se sorprende al vernos.

—Y ustedes qué carajos son y porque se meten en una charla con mi empleada — papá trata de ir a golpearlo, pero yo le gané y doy un derechazo ni fuerte lo golpee y cayó al piso inconsciente. Mamá está asombrada mirándonos a papá y a mí.

—Mami... — dije no me dejó seguir hablándole porque se me tiró encima dándome un gran abrazó.

— Mi amor mi chiquita — mamá llora, manteniéndome en sus brazos sin querer soltarme como si yo fuera solo un sueña en el que teme despertar — yo... yo... yo pensé que te había perdido —comienza a llorar más fuerte, me parte el alma verla así jamás quise que ella pasara por este sufrimiento.

—Ya mami mírame soy yo estoy bien, solo estaba con papá — mamá se estremece cuando lo nombró, nos levantamos juntas del piso ni siquiera sé en qué momento nos caímos. Me da un beso en la frente se separa de mí y va hacia papá sé para cara a cara muy seria, juro que me imaginé cualquier reacción de su parte menos lo que vi, mamá le da una cachetada a papá que se escucha por todo el restaurante para ser humana creo que a papá le dolió o creo que lo que dijo la tía Luna se está cumpliendo papá siempre bajaba todas sus guardias con la mujer que ama.

—¡Auch! y eso porque fue— pregunta papá.

—¡Eso fue por demorarte más de treinta años para volver! — le grita, lo que hace después supongo que dejará un trauma en Bastian y en mí, mamá agarra a papá de la camisa y lo acerca para besarlo—y eso es por volver con mi niña — creo que exagera tampoco soy tan pequeña un poco inmadura si, pero no digo nada ya que esos dos están en una burbuja de amor arrumacos ¡iugh!. Así me veo con Mario no creo que nosotros somos más discretos eso somos más discretos.

Al ver a papá y mamá en su burbuja no me di cuenta de que ese tipo ya había reaccionado tan dramático solo fue un golpe.

—Estas despedidas yo mismo me encargaré de que no te con…— ni término porque esta vez fue Bastian que lo golpeó aunque esta vez no cayó.

—¡Tú no despides a nadie, ella renuncia maldito pervertido! — le gritó mi hermano, quisiera saber cuantos golpes aguanta este humano.

—Hijo déjalo mejor vámonos — mi mamá trata de calmarlo.

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