La chica fénix: ¿Mi mate? romance Capítulo 26

Mario

La manada estaba tranquila, los ancianos del consejo también no se enojan a menudo, así que nunca tengo problema con ellos, los nuevos integrantes de la manada que acoplan bien no hemos tenido ningún problema con ellos en casa igual, pero mi cabeza da vueltas mi estómago se siente vacío y ni hablar de mi boca está muy seca. Estoy un poco ansioso, mañana es mi celo y no sé si mi Eli esté preparada, no me importa esperar si no lo está solo que está vez mi lobo estará más descontrolado porque ya encontré a mi mate.

Sé que no es una delicada flor que puede romperse, ella sola puede cuidarse, la he visto pelear, me atrevo a decir que incluso es más fuerte que yo, eso me tranquiliza, pero no confió en mi lobo sé cómo puede descontrolarse en el celo y más aún si cae en luna llena mi bestia interior me controla a veces cuando mi fuerza de voluntad flaquea.

—A mí no me eches la culpa de nada humano calenturiento — dice Leros entre gruñidos, claro me olvidaba que él es un santurrón, si antes de encontrar a mi luna era el que más fantaseaba en cómo encontraría y marcaría a nuestra soul mate.

—Cállate que tú eres el que es así — me defiendo. No sé si es normal pelear con tu lobo, jamás le he preguntado a mis amigos si ellos pelean con su espíritu animal me da pena hacerlo, no quiero ser el único alfa con problemas de comunicación.

—Primero tú y yo estuvimos de acuerdo que únicamente estaríamos con nuestra mate y dos no soy un santurrón, si fuera por mí esperaría a nuestra Eli el tiempo que sea — me dice. Claro que estuve de acuerdo desde pequeño cuando supe la historia de mi padre y no quería lastimar a mi pareja, nunca pasó por mi mente salir con alguna de las chicas que conocí en el instituto, incluso mi mejor amiga me alejaba de cualquiera que quisiera acercarse a mí de manera romántica y siempre se lo agradecí, ya que no soy bueno captando indirecta.

—Sí, y yo también, pero recuerda que en nuestro celo no nos podemos controlar si hay luna llena — eso me preocupa, no quiero hacerle daño y jamás la obligaría a estar conmigo, desde pequeño, mis padres me enseñaron a respetar a todas las mujeres literal mamá me amenazo con cortarme él… bueno se entiende, mamá es muy poco sutil.

—Yo de ti, ni me preocupo por eso, jamás le haríamos daño, por otro lado, acabo de hablar con el lobo de tu papá, o sea mi papá dice que nos quiere dar la charla — este lobo se confunde solo, pero si mi papá me quiere dar la charla será mejor que huya no quiero tener ese tipo de charla con él es muy incómodo además ya recibí clases de educación sexual, para terminar mi lobo cerró cualquier comunicación conmigo claro bien valiente me salió para ser un alfa.

No doy ni dos pasos y me encuentro a papá con una sonrisa escalofriante.—Hijo, ya que te encuentro quiero hablar algo importante contigo— oh, oh, es hora de huir, parece que se da cuenta de mis intenciones porque me detiene, trata de no reírse, si el viejo lo disfruta creo que no estaría mal dejarlo a solas con el príncipe Nick.

—Sabes papá, tengo cosas que hacer, ya sabes cosas fundamentales que hacen los alfas, papeles, lobos y eso así que me voy adiós— intento levantarme, pero no me deja.

— Eso déjalo para más tarde, ahora tú y yo tendré una charla — okay está es la hora dónde quedaré traumado de por vida — verás hijos cuando un hombre y una mujer se aman ellos...

—¡Amor mío, he llegado!— grita mi Eli, así interrumpiendo una charla que me mandaría directo al psicólogo, me acerco a mi luna para levantarla por los aires, me llena de tanta felicidad y alivio por verla.

—Gracias, no sabes de la que me salvaste — ella solo me mira y sonríe, sé hacer a mi oído.

—Claro que lo sé desde afuera, escuché lo que tenía que decirte, eso nada más lo discutiremos tú y yo en la habitación— me susurra muy despacio haciendo que me estremezca por completo cuando sus labios tocan mi piel y lo nota. Su cabello largo se agita con la más mínima brisa, las pecas en sus hombros parecen gotas de lluvia regadas, su mirada brilla como la luna llena en una noche oscura y el sonido de su risa cantarina es lo más maravilloso que he escuchado y su aroma es tan hipnotizante que tiene a mi lobo chillando de felicidad cada parte de ella es perfecta, estoy tan absorto en la belleza de mi Luna que una voz nos interrumpe.

—Deja tus cochinadas dónde yo no pueda escucharlas — me volteo y miro a un chico muy parecido a mi Eli y una mujer también joven del brazo del padre de mi mate, todos se parecen mucho. Veo de donde saco Eli su belleza.

—Cállate cabeza de antorcha, mira lobito, este es mi hermano Bastian y ella es mi mamá — me los presenta, yo estiro mi mano hacia el hermano porque está más cerca, pero no me la da, únicamente me da un asentimiento con la cabeza, después estiró mi mano hacia la mamá de mi Eli y ella me abraza, al parecer me gane a los suegros menos a mi cuñado.

—Mucho gusto en conocerlos — les digo

—¡Bastian, no seas grosero!— lo reprende mi suegra.

— ¿Yo?, pero si yo no he hecho nada— se defiende, como si fuera un niño pequeño.

— ¡Mamá Bastian cree que se saldrá con la suya!

—¡Mentira mamá!

— Dejen de discutir niños. Bastian, discúlpate— jamás había pensado que mi suegra daría tanto miedo, incluso igual que mi Luna.

—Pero……

—Pero nada ahora

—Está bien— se acerca a mí y estira su mano, yo sin estar enojado se la doy. Comenzó a apretar más mi mano hasta que me acercará a él y de manera peligrosa me dice— Tú le haces daño a mi hermanita y no vivirás para contarlo.

— No te preocupes si llega a derramar una sola por mi culpa, yo mismo acabaré con mi vida— le respondo

— Si saben que todos los escuchamos — papá nos separa tratando de calmar las cosas.

— Cálmate Moon, tú ya estás en mi lista— ante lo dicho papá solo le sonríe levantando sus brazos en señal de rendición.

— Bastian contrólate— mi suegra ya se estaba enojando, al menos eso supuse hasta que puso la misma sonrisa que mi padre y nos mira divertida—No le hagan caso se calló de chiquito.

Mi luna soltó a reírse muy fuerte sosteniéndose en mi brazo para no caerse—Bueno, puesto que están todos aquí, mañana no pueden estar, ya que estaré ocupada con mi mate, así que hagan sus planes, mamá, papá y Bastian pasen momentos de familia recuperen el tiempo perdido — dice mi mate papá y yo la quedamos viendo porque sabemos el motivo.

—Porque quieres que no vayamos mañana — le pregunta su papá.

—Bueno, creí que querías pasar un rato con mamá y con Bastian — le dice tranquila.

—Eli— le dicen los tres al mismo tiempo, eso dio un poquito de miedo.

—Bueno, está bien, mañana es el celo de mi lobo, así que todos se van a ir, nada más nos quedaremos él y yo —si, así no más lo dice, yo me estoy muriendo de la vergüenza en este momento.

—Bueno, entonces creo que tendremos que darles la charla — mi mate me mira asustada por lo que dice su madre

—En eso estaba antes de que llegaran — dice mi padre palmeando la espalda y con su sonrisa burlona.

—Yo creo una distracción y salimos corriendo — me susurra Eli al oído, haciendo que todo mi cuerpo se erice, eso me encanto.

—¿Eh?— es lo único que digo cuando un resplandor aparece en la habitación en dónde estábamos. Mi Eli me agarra de la mano y salimos corriendo esquivamos a los de la manada incluyendo las de mi beta y delta conociéndolo se están burlando de mí, algún día esperaré respeto de esos dos.

—¡Elisabet!—escucho que gritan, decidí seguir hasta el lugar que ella decidiera llevarme, corrimos unos minutos por el bosque hasta que llegamos a un claro muy amplio sin importarle que su ropa se manchara se sentó en el suelo, ella es tan bella y no solo por fuera se nota lo buena que es con los demás como cuida a todos siempre los trata como familia he visto a sus guerreros como la admiran y como la quieren aunque a veces no me gusta como su tercero al mando le habla él tal Lea o era Lío no lo recuerdo no me gusta que se le acerque.

Un gruñido sale de mí sin querer, ella solo me mira y alza una ceja —¿Qué?— niego rápidamente por miedo a que se enoje al saber de mi gruñido— Mejor siéntate lobo gruñón. Aquí no nos quedaremos hasta que se vayan— palmea a su lado para que me siente, pero decido mejor recostar mi cabeza en sus piernas— Eres un mimado— me da un corto beso en los labios y yo no podría estar más feliz.

—¿Y si nos da hambre? — le preguntó, no quiero que le falte comida, mi luna es un poco gruñona cuando le da hambre.

—Bueno, estás, tú serás mi alimento — ella sonríe y yo no entiendo lo que dice.

—Así, yo pensé que te ponías de mal humor si no comías — digo la verdad, no quiero que se enoje si no come.

—Es en serio, me pongo romántica y tú te pones así — su tono indignado me descoloca.

—Si ves lo que causas humano tonto— yo solo creí que si quería comer— ella no habla de comida, a veces me pregunto como es que me toco un humano tan tonto— hasta que volvió el lobo cobarde, por alguna razón mi lobo solo me gruñe y se queda callado es un milagro.

—Lo siento mi amor, solo, no quiero que pases hambre — digo apenado, no sé nada de hablar en modo romántico, nunca tuve preparación para eso, no sé cómo demostrarle todo lo que siento por ella, soy un idiota…

—No te preocupes— comienza a masajear mi cabello— solo relájate mi lindo y muy gruñón lobito— sonrió por sus palabras, un suspiro sale de mí ella es perfecta en todos los sentidos, mi corazón late con tan solo su presencia quiero decirle tantas cosas.

Comenzamos a conocernos, le conté de mis miedos más grandes, de mis sueños, de tener una familia grande, ella me enseñó sus anhelos de como ve en el futuro nuestra relación, le hablé de mi pasado y de cómo mi padre me hacía bromas, sé que ella ama a mi padre por eso no dude en contarle su vida con nosotros no me sorprende que hayan sido amigos tienen el mismo sentido del humor. Así pasamos toda la tarde hasta que se hizo de noche y decidimos regresar a la casa, cuando llegamos no había nadie, así que decidimos comer y dirigirnos a nuestra habitación para dormir juntos.

Eli

Dormía tranquila soñando con mi lobito en traje de baño, si bien sexi él y eso que es mi imaginación, su sonrisa me deslumbraba y sus ojos verdes me miraban con amor.

Pero siento que mi cuerpo comienza a calentarse, me despierto asustada creyendo que comenzaría a quemar la habitación, pero no, el calor no es de mi cuerpo, busco a mi lobito en la cama, pero no lo veo, me levanto de la cama y lo encuentro en la esquina en el piso temblando y sudoroso.

—¿Mi amor que tienes?— le pregunto preocupada.

—No te acerques, ya comenzó mi celo y no quiero hacerte daño — su voz está más ronca, eso hace que mis vellos se ericen.

—Amor, tú no me harías daño — me agachó a su altura — mírame sabes, yo también quiero estar contigo— si no fuera por qué todavía está oscuro, se verían mis mejillas sonrojadas, estoy preparada lo que más me tiene segura es que él me espero se comportó como un caballero conmigo me hace tan feliz haber encontrado a una alma gemela que sabe tratar a una mujer.

Lo ayudo a levantarse del piso estando a la par frente a frente, él toca mi mejilla con la mano, puedo ver sus ojos de un color amarillo intenso, sé que está su lobo aparte de él en dominio de su cuerpo.

—Eres tan hermosa — eso hace que cierre mis ojos, encantada con su aroma, mi fénix se enciende dentro de mí deseando ya a mi pareja.

Narradora

Con la luna llena a su tope brillando a través de la ventana, Mario agarra la cintura de Eli acercándola a su cuerpo firme como si temiera que se aleje de él; lentamente juntan sus labios, al principio es un beso lento, que poco a poco va convirtiéndose en un beso más feroz con hambre de su sabor, recuesta a Eli lentamente en la cama despojando poco la ropa que ya les comenzara a molestar aunque tuvieron problemas con la camisa de mario, ya que se le enredó en la cabeza ella solo rio mientras la destrozaba con sus manos. De pronto él se detuvo, se notaba la pelea interna con su lobo por el control de su cuerpo.

—Amor estás segura, yo podría esperarte si quieres— su mirada era de comprensión, aunque el deseo quería apoderarse de él, ama demasiado a su pareja, haría todo por ella.

—Estoy muy segura—vio cómo iba a hablar, así que lo interrumpió— ahora cállate y bésame — él no espero mucho, las palabras de su amada eran ley para él. Mario comienza un camino de besos desde sus labios bajando poco a poco hasta el cuello, haciendo suspirar de placer a Eli, siente como electricidad, recorre su cuerpo con cada beso, con cada caricia.

—No sabes lo mucho que espere esto — dice Mario recorriendo el cuerpo de Eli. Ambos estaban en un frenesí entre besos y jadeos, se demostraban cuanto se necesitaban hasta que se hicieron uno al fin. En un Vaivén de sus cuerpos a punto de llegar al éxtasis con sus cuerpos sudorosos deseosos por más.

—Márcame. — Susurra Eli lo suficiente alto para que su mate lo escuché.

Mario al escuchar lo que su amada le pidió va hace que sus colmillos salgan buscando su cuello, primero besa la zona donde llevará su marca, preparándose con todo el amor que podría demostrarle, poco a poco clavando sus dientes en la piel de su amada Eli, causándole un poco de dolor para cambiarlo a puro placer. Eli siente cómo su amado se corre dentro de ella haciendo que la parte superior del miembro de Mario se hinchara, ella ya había escuchado de eso, su mate la había anudado sellando así su lazo.

No esperé mucho para ella también marcarlo, poco a poco se acercó a su cuello, aunque ella no tiene colmillos, una simple mordida bastará para que su marca aparezca. Ellos estarán hasta el final de sus vidas juntos y felices y nada ni nadie podrá borrar eso.

—Te amo mi luna — le dice Mario después de salir de su amada abrazándola fuerte para no que no se separe de él.

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