La chica fénix: ¿Mi mate? romance Capítulo 36

—¡Al infierno! —Me gritan los dos al mismo tiempo.

—Si, no griten me desconcentran.

—Pero el infierno — me pregunta Aldo

—Pues no sé qué otro infierno conozcas, iremos al infierno donde vive Lucifer,

Ángel caído antes llamado Luzbel, padre de mi primo...

—Si ya entendí si se a que infierno hablas, lo que pregunto es que si no hay otro lugar donde esconder a mi mujer y a mi hijo.

—No, así que cállate —le digo para que no me distraiga, me está pasando sus nervios —Aldo te quiero mucho, lo sabes, no — trato de calmarlo.

—Si lo sé, yo también te quiero Eli.

—Entonces si me quieres tranquilízate que si no hago bien este portal cuando lo crucemos nos mandaría a cualquier sitio — lo reprendo.

—Amor cálmate que si Eli me lleva al infierno será porque estaremos bien halla

—le dice Karla señalando su vientre aún plano.

—Pe.pe… Pe.ro.

—Ya calma tortolitos — les digo antes de que comiencen con sus arrumacos.

Comienzo a concentrarme, imaginar el castillo de Lucifer, su sala de trono, pero de pronto siento mucho frío por todo mi cuerpo, aunque la sensación fue muy efímera, logró que me descolocó un poco. Traté de nuevo de concentrarme hasta que lo logró abrirlo.

Narrador Omnisciente.

En su trono sentado, aburrido de siempre ver lo mismo, humanos, lamentándose por los pecados que cometieron para que sus almas no puedan ser castigadas por sus demonios.

Eso era lo que él no entendía de los humanos, ellos tienen libre albedrío, tienen la oportunidad de hacer lo que quieran, sin embargo, cuando llega su hora de que paguen por los pecados que cometen todos lloran.

Solamente espera que su hijo menor vuelva, no es divertido castigar pecadores sin Dalec molestando porque se aburre, es raro, ya que de todos los hijos que tiene es el único que no le gusta castigar a los humanos, por eso le encanta pasar tiempo con hijo.

—Veo que aún te apareces sin llamar mi querida rojita.

—Y yo no veo nada, sé que es el infierno, pero porque no le pones un poquito más de iluminación, si quieres te puedo recomendar un decorador de interiores. — se burla la fénix, era verdad el infierno bien parecía un castillo muy tenebroso con una luz tenue como si fuera iluminado por velas.

—Sigue burlándote, sé que soy tu tío favorito.

—Político tío político te lo recuerdo.— lo señala.

—Y quienes son los lobos — dice señalando a Aldo y a Karla —¿Por qué parece que le dará un infarto al lobo?. — Aldo está con miedo, pero aun así sigue abrazando a su mate para protegerla de algún peligro.

Le causo ternura y un poco de tristeza a Eli, ya que últimamente solo ha tenido problemas con Mario y siempre es por Elisa, pero ese es otro problema que tiene que solucionar después.

—Déjalos vinimos porque quiero pedirte un favor.

— ¿Qué deseas rojita?, sabes que el diablo se caracteriza por hacer bien sus favores que obviamente tendrán que pagar, puesto que tú eres parte de la familia, no cobraré. — Eli mira a sus amigos, sabe que lo que está haciendo está bien, ella sería capaz de cualquier cosa por salvar a los que ama.

—Necesito que protejas a Karla, ella está embarazada y se encuentra en peligro — le pide.

—Sabes que nunca me negaría, pero ¿por qué justamente vienes por mi ayuda, digo siempre acudes a tus tíos?.

—Tú eres el único que podría protegerla de magia oscura.

—Bueno, si es así, ¡Semyazza!, ¡Yekun!. — Grita, de la nada aparecen dos seres tan guapos con una aura peligrosa que le pondrían la piel de gallina a cualquier mortal.

—Vaya, veo que la chica de fuego quiso visitarnos y trajo compañía.

— Yekun, mano derecha de lucifer.— hace una referencia.

—Y yo veo que tú sigues siendo el lamebotas de mi tío.

—Para mí no hay saludo. —ese que hablo era Semyazza, líder de los Grigori, uno de los primeros caídos uno de los seres más importante del infierno.

—Veo que no estás en la tierra procreando más nefilim — los caídos solo sonríen y la abrazan.

—¿Desde cuándo son amigos ustedes?. — pregunta Lucifer.

—No somos amigos, nosotros nos casaremos — dice Yekun.

—¿Cómo?— dicen todos ahí, más Aldo y Karla.

—Lamento informarles que nuestros planes de boda han sido cancelados, yo ya encontré a mi mate. — Eli hace un puchero falso.

—No nos importa compartir. — a la fénix siempre le gusto estar con esos chicos, eran muy despreocupados y le encantaba hablar y molestar a todos con ellos nunca se aburriría.

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