La chica fénix: ¿Mi mate? romance Capítulo 38

ELI

Cómo correr si no siento mi cuerpo, como ver el camino donde me dirijo si mis párpados pesan, como gritar si no siento mi voz, lo único que más o menos me funcionan son mis oídos, digo más o menos por qué solo escucho murmullos personas susurrando cosas.

Siento como el frío se mete por cada rincón de mi cuerpo hasta calar a mis huesos, no siento a mi fénix por alguna razón, es como si no estuviera en mí.

Pierdo el sentido otra vez según lo que llevo la cuenta me he desmayado unas cinco o seis veces, pero que diferencia si no puedo abrir los ojos de pronto siento unas pequeñas manos frías rasposas en mi rostro.

—¡Papi mira cómo se está moviendo! — logró escuchar al fin aunque no esperaba que fuera la voz de un niño.

Trato de abrir mis ojos para ver quién es el dueño de esa voz, pero me cuesta el frío, hace que mi cuerpo no quiera responderme no sé qué pasa, es como si no tuviera mis poderes.

—Niño eso has dicho las últimas 10 veces y no despierta — esa voz se me hace conocida.

—¡Papi!, dile a la tía que la muchacha bonita ya va a despertar — le dice el niño a alguien.

—Si cariño ella va a despertar — escucho otra voz. De pronto hay un fuerte ruido como si abriera alguna puerta de metal pesada.

—Vamos a ver a quien le toca hoy — se vuelven a escuchar otra voz — ¿quién será el elegido para el castigo de hoy?, saben conseguí un nuevo látigo de plata así que quién quiere venir serás tú lobita o quieres hacerte el héroe otra vez. — vuelve a hablar tipo con voz escalofriante, quiero defender a quien sea que estén amenazando, pero no puedo — O quizás me lleve a la inconsciente tal vez se despierte con unos buenos latigazos. — creo que está vez hablan de mí.

—Tú no te le vas a acercar a nadie.— gruñe fuerte.

—Otra vez te harás el héroe, solo déjame decirte algo un día no resistirás más y ellas o el niño la pagarán. — decir qué sentía impotente por no poder hacer nada me quedaba corta.

Traté de abrir mis ojos, pero no podía. Escuché cómo le pegaban a ese pobre hombre sus gritos de dolor, más me dolió como el niño llora por su padre, la mujer que se me hace conocida su voz lloraba también.

Intento crear conexión con mi abuelo, pero no pude cómo es posible si es Ra él lo ve todo al menos en este mundo.

Poco a poco comienzo a pensar en algo cálido, algo que haga reaccionar mi cuerpo y pasan por mi mente la imagen de mis padres y de mi hermano juntos sonriendo a mi Mario feliz, mis amigos con sus parejas sonriendo hasta que escucho algo que interrumpe todos mis pensamientos.

—¡Si te desmayas voy a ver al niño para ver si él aguanta los latigazos que te faltan!. — grita el hombre, eso hace que mi cerebro haga clic.

Mis párpados y mi cuerpo como en automático se encendieron, me levanté rápido del colchón o lo que sea en lo que estaba recostada busco por toda la habitación al pequeño aunque está muy oscuro lo que veo a mi alrededor es hielo sólido entiendo ahora muchas cosas. Lo encuentro abrazado a una chica muy delgada que no se le podía ver el rostro y al igual que el niño estaba muy sucia, eso no me importo y me acerque al niño para abrazarlo.

—No… no, yo puedo resistir to..todo — escuché al hombre decir por qué lo estaban golpeando afuera de la habitación, sentí como el niño se removía en mis brazos.

—¡Despertaste!. — me dice el niño, se nota lo débil que está.

Asiento trató de verme fuerte este niño no puede sentirse débil en ese momento la chica levanta su cabeza puede ver bien el rostro, decir que me quedé en shock estaría minimizando cómo me siento en este momento. No sabía si era un maldito juego del brujo o que es lo que está pasando lo único que atiné a decir fue su nombre.

—¿Elisa?— pregunto aún confundida.

—Te conozco — dice ella y la pregunta que nada en mi cabeza es ¿Cómo es esto posible?. Aunque tenga el mismo rostro aunque sucio hay algo en ella distinto a la garrapata que conozco.

—¿Tú eres Elisa, la amiga de Mario?. — Sé que la pregunta es tonta peor en las circunstancias que nos encontramos, pero necesito una explicación.

—Claro que soy su amiga, pero tengo más de un año que no lo veo.

— okey okey creo que ya me perdí.

—Pero si tú estabas en su casa pegada a él como garrapata haciendo que él y yo peleáramos a cada momento. — ahora creo que ella está igual de confundida que yo.

—Asumo que tú eres su mate, no soy esa de la que tú me hablas, yo llevo un año encerrada aquí, la persona que vive bajo su techo es una impostora. —me quedé un poco descolocada ahora entiendo por qué ese olor amargo qué sentía cada vez que estaba cerca de ella y yo lo relacione con el fastidio que le tenía. Mientras la verdadera Elisa y yo hablábamos el niño se mantenía aferrado a mí y ya no escuchábamos los golpes eso hizo que me asustara el niño se dio cuenta y me trato de calmar.

—No te preocupes mi papi está bien, él es superfuerte solo que cuando le golpean lo llevan a bañarse con agua helada. — Pobre niño que tanto le ha tocado ver a su padre así que ya lo ve normal solamente lo aferró más a mí.

Nos quedamos así hasta que abren la puerta y lo lanza como si no valiera nada uno de los hombres que entraron a la habitación se da cuenta de mí y se me acerca más de lo que debería.

—Veo que despertaste que pena que el jefe no nos deje jugar contigo por tu regalito. — otra vez con lo del regalo no sé de qué hablan, se aleja de mí y se dirige a la puerta, pero antes de eso se gira — Agradézcanle a ella — me señala — porque tendrán más comida por lo menos por unos meses. — dicho eso sale de la habitación yo intento encender mi cuerpo, pero como antes no pasa nada.

El niño y Elisa se acercan al chico y lo intentan levantar para llevarlo a dónde estaba acostada, yo también los ayudó aunque se me dificulta.

Al ver la cara del chico se me parece mucho a alguien, su piel es muy blanca y su cabello está un poco sucio, pero logro ver unos mechones blancos y sus ojos tan azules.

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