La venganza de un grande romance Capítulo 40

José Miranda miró incrédulo a Soler y a Jirón:

—¿Vinieron a entregarle vino a Nataniel Cruz? —tartamudeó.

Todos los demás en la sala también estaban sorprendidos, pues el hombre más rico de Ciudad Fortaleza, junto con el líder de la autoridad de inspección de alimentos y medicamentos, se habían encargado de entregarle vino a Nataniel Cruz: «¿Qué tan poderoso era realmente el esposo de Penélope?»

—Así es. Estamos aquí para entregar este vino al Señor Cruz. ¿Dónde está? —preguntó Soler.

—Ese soy yo —respondió Nataniel Cruz, sonriendo.

La multitud se acercó inmediatamente a él, y Soler le entregó con cuidado el vino que tenía en las manos como si fuera un tesoro:

—Señor Cruz, me enteré de que quería un La Romanee-Conti de primera calidad, así que permítame obsequiarle con esta botella. Es de 1990, y la he guardado durante mucho tiempo.

Zacarías Soler y Erick Jirón habían recibido una llamada de un oficial llamado César Díaz que les había pedido, que le llevaran una botella de Romanee-Conti al señor Cruz.

Cuando se enteraron de que éste último había servido como capitán a las órdenes del general de la Guardia Nacional y era muy querido por éste, se pusieron en marcha inmediatamente con la botella de vino a cuestas. Nataniel Cruz tomó el vino que Zacarías Soler le entregó y lo estudió durante unos segundos:

—Señor Soler, Señor Jirón, han llegado justo a tiempo. José Miranda estaba presumiendo de su botella de Romanee-Conti hace un momento, así que les agradecería mucho que me ayudaran a determinar si es una imitación o no.

El rostro de José Miranda palideció en el momento en que Nataniel Cruz dijo eso y Zacarías Soler frunció el ceño:

—Solo se produjeron siete mil cuatrocientas cuarenta botellas de Romanee-Conti en 1990. Dudo mucho que muchas de ellas sigan existiendo ahora, ya que han pasado tres décadas. Yo colecciono vino de alta gama por afición, así que si realmente existe otra botella de este vino, sin duda estaría en mi bodega.

—No necesito ni mirar esa botella para saber que es falsa.

—Bien, esta vez ganas tú. ¿Quién iba a saber que podrías conseguir la ayuda de Soler y Jirón? La próxima vez te ganaré.

Después de eso, hizo un movimiento para irse con su asistente, sin embargo, Nataniel Cruz lo detuvo en su camino:

—Espera. ¿Te irás después de la gran demostración?

José Miranda abrió la boca para protestar, pero antes de que pudiera decir nada, Nataniel Cruz ya había levantado la botella de la mesa y la arrojó sobre su cabeza de un golpe. ¡Con un fuerte estallido, la botella de vino se hizo añicos y la sangre corrió por la cara de José Miranda!

Nataniel Cruz tiró la botella rota a un lado y se burló:

—Solo quería darte una pequeña lección. Si te atreves a meterte con mi mujer de nuevo, tendrás una muerte horrible.

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