La verdad de nuestra historia romance Capítulo 172

Los autos de adelante comenzaron a moverse, así que Roxana sacó el pie del freno y prestó atención a la carretera. Todo le parecía aún más irónico cuando recordó la expresión de Luciano.

—¿No está comprometido con la señorita Pedrosa? ¿No le parece inapropiado estar tan cerca de mí por Ela?

«Además, ni siquiera sabe quién es la madre biológica de la niña». Cuanto más pensaba en el asunto, más indignante le parecía. «¿Cómo se atreve a fastidiarme?». Luciano no esperaba que nombrara a Estela.

—No es lo mismo —respondió confundido luego de que se le desfigurara el rostro.

Después de todo, Estela era la hija biológica de Roxana.

—¿Cuál es la diferencia? —dijo Roxana en tono de burla—. Además, lo único que nos une es Ela y ni siquiera somos amigos porque yo decido de quién serlo. No tiene nada que ver usted. ¿No cree que esté siendo demasiado controlador?

En cuanto dijo eso, pareció que la temperatura del auto disminuyó. La expresión de Luciano se tornó sombría mientras miraba a lo lejos. Después de eso, no dijo ni una palabra más durante todo el viaje. Del mismo modo, Roxana frunció los labios con fuerza; no podía dejar de pensar mientras tenía la misma expresión que el hombre. Ambos permanecieron en silencio durante el resto del viaje. Luciano no le dijo a dónde quería ir, así que ella condujo hasta su casa.

—Además, es notorio que la señora Fariña no quiere que Ela se quede conmigo —continuó.

No sabía por qué, pero notó que Luciano la miraba fijo de manera extraña y, sin que nadie se lo pidiera, la mujer dejó de hablar. Luciano la miró por última vez y se alejó sin decir ni una palabra. Al verlo desaparecer, ella abrió la boca; no dijo nada, pero suspiró aliviada. Luego, se volteó y entró a la mansión.

Al ingresar, Andrés, Bautista y Estela se abalanzaron sobre ella emocionados. Como de costumbre, la mujer se puso en cuclillas, extendió los brazos y los tres se acercaron para abrazarla. Cuando sintió el calor y el dulce aroma de los tres niños, se conmovió. Los abrazó con fuerza y los acercó a ella mientras dejaba de pensar en aquello que la preocupaba.