La verdad de nuestra historia romance Capítulo 197

Esa tarde, Abril notó que sus empleados la miraban de forma extraña cuando se encontraba haciendo rondas en la oficina.

—¡Señorita Pedrosa! El señor Fariña es tan amable con usted que todos estamos muertos de envidia —bromeó una de las empleadas más cercana a ella.

Al oír eso, Abril se quedó atónita sin poder evitarlo.

—¿De verdad? ¿Cómo sabes eso? —preguntó a la ligera mientras forzaba una sonrisa despreocupada.

—Todo el mundo sabe que el señor Fariña cuidó de usted en el hospital durante toda la noche. —La sonrisa de la empleada se hizo más congraciada—. Sin embargo, hoy vino a trabajar a horario. En verdad es nuestro modelo a seguir.

—¿De qué estás hablando? —Abril se puso tensa.

«¿Luciano me cuidó en el hospital toda la noche? Estuve en perfectas condiciones estos días, así que no he ido al hospital».

Abril volvió a su oficina con una expresión sombría. De inmediato, entró a Twitter y buscó noticias relacionadas con Luciano. En cuanto escribió su nombre, apareció una noticia que decía: «El señor Fariña acompañó a su prometida en el hospital y demostró que su relación es íntima». Los titulares que aparecían debajo eran bastante similares. Hizo clic en el primer enlace y los comentarios ya habían superado el millón. La noticia más popular había sido publicada por una página de entretenimiento de renombre en la industria y decía: «Anoche, el señor Fariña llevó personalmente a su prometida al hospital y la cargó en brazos durante todo el trayecto. ¡Qué novio tan atento! A las ocho de la mañana de hoy, ambos subieron al auto del señor Fariña, acompañados por la hija del hombre. Su prometida tiene una estrecha relación con la niña, así que parece que la boda está cerca». Debajo de la nota había dos fotos: la primera era de noche y mostraba a Luciano cargando a una mujer hacia la entrada del hospital; la segunda era de la entrada del hospital, con Luciano delante del auto mientras la mujer subía con una niña en brazos. A juzgar por la ropa y la figura, era evidente que la mujer de ambas fotos era la misma persona y ambas imágenes daban la impresión de que las personas que aparecían eran muy cercanas. De hecho, la segunda foto parecía el retrato de una familia de tres. Sin embargo, como la prometida en cuestión, Abril desconocía todo el asunto.

No solo Luciano había estado ignorándola, sino que la mujer en las fotos era otra persona. Hizo zoom a las imágenes y las examinó varias veces antes pensar en una figura familiar. «¡Ay, es esa p*rra de Roxana otra vez!». Después de todo, tanto el perfil como la silueta de la mujer en las fotos coincidían a la perfección con ella.

Tras darse cuenta, la expresión de Abril se ensombreció de repente. La supuesta atención que Luciano había demostrado por su prometida era solo un gran malentendido. «¡No fue a mí a quien cuidó toda la noche, sino a esa p*rra de Roxana!».

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