Luciano solo apartó la mirada de Estela una vez que el profesor la buscó.
—Vamos —le dijo a Camilo, quien movió la cabeza y condujo hacia la oficina de Grupo Fariña.
Una vez que Luciano llegó a su destino, se apresuró a unirse a una reunión ejecutiva, la cual duró un poco más de una hora y cuando esta terminó volvió directamente a su oficina.
—Luciano, volviste —lo saludó Abril tan pronto ingresó al lugar.
Al oír su voz, Luciano frunció el ceño. Cuando la vio, ella vestía un traje negro y estaba de pie frente a la mesa de su oficina y sonreía; parecía que llevaba un rato esperando.
—¿Cuándo has llegado?
Luciano se dirigió al otro lado de su escritorio antes de mirar unos documentos que estaban sobre la mesa y luego miró a Abril. La joven se sentó al verlo y sonrió sin vacilar ni por un instante.
—No hace mucho. Me enteré por Camilo que estabas en una reunión. —En ese momento, vio la costra en los labios de Luciano y se sintió angustiada—. ¿Te has... lastimado los labios?
En los ojos de Luciano se reflejaba el desagrado que sentía tras recordar el incidente de la noche anterior.
—Me mordí accidentalmente. No hay de qué preocuparse. —Su tono se volvió aún más distante.
Abril asintió dudosa y se consoló a sí misma tras pensar que, además de ella, no había ninguna otra mujer detrás de Luciano en ese momento. Por lo tanto, su sospecha no era más que una paranoia. Así que, con eso en mente, al fin se sintió un poco más tranquila.
—Luciano, llevo seis años esperándote. ¿Cuántos años puede esperar una mujer? Por supuesto que no me importa esperarte, pero si está escrito que ambos estemos juntos, ¿por qué sigues sin querer casarte? Eso les daría tranquilidad a los mayores de nuestras familias. —Mientras hablaba, observó con cuidado el rostro de Luciano y, cuando se dio cuenta de que él parecía inmutable, se armó de valor y añadió—: Hemos estado planeando la boda desde el principio, así que por qué...
—Prometí casarme contigo —interrumpió Luciano con indiferencia—. Pero tú, más que nadie, deberías saber por qué lo hice.
Abril comenzó a sentir mucho miedo cuando se dio cuenta de su expresión.
—Creo que la familia Fariña ha compensado más que de sobra a la familia Pedrosa durante todos estos años. De hecho, la compensación ha superado enormemente el valor de este compromiso y, aunque no siguiéramos adelante con el plan, nadie diría nada al respecto. —Luciano habló en un tono monótono todo el tiempo lo cual dejaba en evidencia que era un discurso que tenía preparado hacía mucho tiempo.
En cuanto Abril lo oyó, abrió los ojos con incredulidad y comenzó a sentirse aterrorizada. Estaba más que claro que Luciano quería terminar el compromiso con ella.
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