Los Hijos del Jeque romance Capítulo 69

Nadia

la tercera hija

- Buenos días Fernanda - digo al entrar a mi oficina.

- Buenos días Doctor - Me dirijo hacia mi habitación - Dijo que lo esperaría adentro y no pude...

Entro en mi oficina y lo encuentro mirando a través de la pared de vidrio de mi oficina.

El hombre alto e imponente se gira cuando abro la puerta, ahí tenemos una batalla de miradas, me ajusto los anteojos recetados y fijo mi mirada en la suya.

- Puedes irte Fernanda, yo me encargo de este señor - se va y cierra la puerta - Que yo sepa afuera hay una sala de espera muy cómoda para clientes y no clientes.

- Entonces, ¿has decidido si vas a tomar mi caso?

- Ya te dije que sí – Dejo mi carpeta sobre la mesa – Y me voy por Manuela.

- ¿No me has contactado?

Sabes que estoy desesperado.

- Estoy sondeando a ver cuál es su estrategia y entrando al proceso, me iba a poner en contacto.

- Te agradezco que me hayas ayudado - él a mi lado.

- Ya gracias, no hace falta que te acerques a mí - continúa - Lo hago por tu hija y tu familia y no por ti.

Se acercó y golpeé la mesa, no tenía adónde ir.

Odio cuando hace eso, trata de presionarme para estar con él.

Pero no soy una mujer que se deje presionar, trato de golpearlo en sus países bajos, pero él es más inteligente y esquiva y me sujeta el cuello.

- Nadia.

- ¿Qué quieres Cam?

- Tú - baja y huele mi cuello - Sabes que siempre te quise.

- Ahórrame tus discursos Cam por muchos años ya no me hacen efecto, o sigues pensando que caigo en tus pendejadas – me chupa el lóbulo de la oreja – ¿Puedes dejarme ir?

No quiero poner una bala en tu cara.” Se ríe.

Cojo mi arma, soy uno de los mejores del Domo y estoy muy bien entrenado, pero Cam es mi talón de Aquiles.

Me deja totalmente inquieto.

Trato con todas mis fuerzas de ser fuerte y resistirlo, porque en el pasado me traía muchos dolores de cabeza y me lastimaba mucho, hoy solo quiero verlo lejos de mí y por eso me escapo de él. costos

Pero la abuela de Manuela, la hija de Cam, está presentando una solicitud de custodia, ella quiere llevarse a la niña y no queremos eso, Manu es nuestra niña y la queremos y no queremos que la niña se vaya.

Tomo mi arma mientras me besa el cuello y se la pongo en su gran preciosa, se ríe susurra algo y continúa hasta llegar a mi boca, su lengua se abre paso y entra devastando mi cordura, toma el arma de mi mano y continúa baja hasta mi pecho, me pone sobre la mesa y me aprieta contra su cuerpo su boca se une a la mía y yo agarro su cabello.

Sus manos recorren mis piernas llevándome la falda hasta la cintura, me aprieta el trasero y me quita las bragas metiéndolas en su bolsillo, me abre más las piernas y se arrodilla, me mira con ojos llenos de deseo.

Luego me abre más las piernas para el boleto, lo miro y me muerdo el labio inferior.

- Esos vasos tuyos me vuelven loco.

Y su boca se acerca a mi clítoris, tiro mi cabeza hacia atrás cuando la punta de su lengua mojada choca con mi sexo caliente, y allí comenzamos un baile.

Me muevo en su boca caliente y húmeda, sus dedos entran en mí haciéndome gemir y sujetar su cabello chocando mi cuerpo contra su rostro.

Seguimos en esta locura, en esta pasión hasta que entro en éxtasis y todo mi cuerpo vibra con el placer que me ha dado Cam, pero necesito terminar con esto o las cosas van a empeorar entre los dos.

Mientras él se levanta pensando que vamos a continuar muevo mis piernas al otro lado de la mesa y me bajo de ella, ya arreglando mi ropa.

- ¿Por qué huyes de mí?

- Ya tuviste tu oportunidad conmigo Cam y no supiste aprovecharla – Ya estoy vestido de nuevo.

- Nadia tienes que perdonarme y dejar atrás el pasado, ha pasado tanto tiempo y te he pedido perdón por ser un idiota.

Cuando me gradué quería una oficina propia, tenía algo de dinero ahorrado y compré este edificio en Shariff por una miseria y lo renové como quería.

Donde tengo mi oficina, en la planta baja tenemos una panadería y un restaurante con comida brasileña y algunas habitaciones en los siguientes pisos, los dos pisos superiores los hice para una cubierta.

Fernanda también vive aquí, ya que la pobre trabaja casi las veinticuatro horas del día para mí, es brasileña, hija de un exnovio de mamá, que papá lo odia.

Pero nos gusta mucho, somos amigos de la infancia, así que decidí traerla a vivir aquí.

Y ella es mi mano derecha en todo, siempre está dispuesta a ayudarme y por supuesto está muy bien pagada.

Una mujer exitosa e independiente y no sé qué haría sin ella en mi vida.

Tengo una terraza acogedora y cuando no voy al palacio me quedo aquí viendo el desierto y el hermoso cielo relajándome en mi casa y tomando algo.

Bueno, aquí puedo llamar a la mía.

Tengo una chimenea eléctrica para cuando el desierto se enfría por la noche, un jacuzzi que me relaja el cuerpo en los días estresantes, unos sillones para cuando tengo visitas, un balcón de vidrio y un deck de madera y algunos adornos como jarrones y plantas que hacen que todo sea acogedor y oscuro como me gusta.

- Oh mi amigo, me gusta mucho aquí.

- Yo también Fer aquí es uno de mis lugares favoritos – entro al jacuzzi en el que ella ha estado un rato – me gusta el palacio pero mi lugar favorito es aquí o en casa de la abuela.

- Vaya, ni me hables del lugar – toma un sorbo de vino – Está tan bueno ahí – pone el vaso en el borde de la bañera – Y el bombón hoy lo que pasó ahí dentro.

- ¿Qué pasó Fer?

– ahora soy yo quien bebe – Estrés y más estrés.

- Vaya, pero estuvieron mucho tiempo discutiendo, ¿no?

- No todo fue discusión, pero no seas curioso.

- Oh, ¿no me lo dirás?

- ella insiste.

- No pasó nada, olvídate del idiota de Cam porque ya lo olvidé - Yo también quiero olvidar, pero no puedo.

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