Años atrás
nadia
Conozco a Cam desde que tengo memoria, nuestros padres siempre fueron amigos, vivían en el palacio y cuando no venían íbamos a Dulbaí a verlos.
Esam siempre estuvo más cerca de él, y los dos más distantes de nosotros éramos Emhre y Nathália, yo.
Mi primo casi no venía a palacio, había mucho trabajo en el ingenio y mi tío Pedro casi nunca venía a Shariff.
Emhre siempre se quedó conmigo cuando ella no estaba.
Los hijos del tío Mohamed no se llevaban mucho, vivían en otro palacio y casi nunca venían a nuestra casa.
Enzo es un poco más joven, así que jugaba con quien lo llamara.
Una vez que estuvimos en Dulbaí, fui a ver el lugar como me gustaba hacer, Emhre se unió a los chicos jugando a la pelota.
El tío Kalil le hizo un jardín a la tía Camile y quedó hermoso, ella dijo que era su paraíso y se olvidó de todo lo que había salido mal en su vida, justo cuando se fue a vivir a Dulbaí, en tres días le hizo construir el jardín y era hermoso, construido para que ella no llorara más y que cuando tuviera ganas de llorar o estuviera triste plantara una flor.
Y así lo hizo, plantó tantas rosas de todos los colores y allí se convirtió en un lugar sagrado.
Yo ya había estado allí y quedé encantada con la cantidad de flores que había en el lugar, cuando me dijo que cada rosa plantada era una lágrima por el maltrato que había sufrido, por la humillación y que cada flor que allí brotaba le demostraba que el amor es más grande que cualquier otra cosa.
Y que otros dos sentimientos van de la mano con el amor, que es la fe y la esperanza, sin ellos todos no evolucionamos día a día en nuestra vida en la tierra.
Me pareció hermosa su explicación, no entendí muy bien lo que le había pasado, porque estaba hablando con mamá y conmigo.
Mamá, por supuesto, entendió todo, pero yo seguí mirando cada rosa y pensando en el amor, la fe y la esperanza.
A veces pasaba suavemente la mano por uno de ellos y pensaba en cómo Alá había hecho cosas tan hermosas.
El palacio del tío Kalil siempre fue tan hermoso como el de papá, pero era más claro y las paredes blancas aportaban pureza al lugar, el hermoso lago con danzas de agua hechas solo para que nos sentáramos a disfrutar era un espectáculo que sacaba sonrisas a todos.
Estaba asombrado y mis ojos brillaron al ver los colores de las luces y dejé escapar una sonrisa.
- Sabía que eres más hermosa cuando sonríes - Cam se acercó a mí.
- ¿Quieres decir que piensas que soy hermosa?
Le di una sonrisa de lado.
- Eso es lo que dije – respondió riéndose también.
- Pensé que ni siquiera sabías que existía, pero al parecer te diste cuenta.
- ¿Te gustó ser notado por mí?
Esbocé una nueva sonrisa e iba a dejar que hablara solo, pero me agarró del brazo e iba a decir algo, pero Esam lo llamó para jugar un juego de niños.
Siempre lo he notado, cuando somos niños y el mejor amigo de tu hermano va a jugar con él, pero no te miran y no te llaman para jugar tú también finges que no los notas.
Nuestra estadía en el palacio de Cam no sería muy larga y nos íbamos al día siguiente, así que decidí ir al jardín de la tía Camile, porque ella me dijo que si quería ver las rosas podía ir.
Y luego caminé como lo hicimos ayer, aunque soy joven tengo buena memoria que me hizo llegar rápido.
Y allí estaban, las rosas más hermosas que había visto en mi vida, ni la de mamá ni la de la abuela Paula eran así, tan hermosas y de colores vibrantes.
Pero la que me llamó la atención fue la rosa negra, la tía Camile me explicó que simboliza el odio, la muerte y la desesperación y que el tío Kali se la trajo después de un viaje a Turquía, pero con ella trajo la rosa Arco Iris, que tiene el significado de la alegría, y el despertar de la felicidad.
Que en ese momento necesitaba despertar y salir de su lado oscuro y buscar su felicidad.
Observé cada uno de ellos, ella los reprodujo en gran cantidad, varias rosas negras aportaron un aire lúgubre al lugar, pero la tenue luz que latía y las gotas de agua aportaban un brillo especial no dejaban de aportar belleza.
Oscuro y encantador.
- Me intrigas, ¿sabes?
Salto ante la voz detrás de mí.
Tiró de mi mano haciéndome perder el equilibrio y caer prácticamente encima de él, susurrándome al oído ''me gustó nuestro beso'', le pisé el pie, no sé ni cómo hice esta hazaña, con él soltando un oh y lo deje ahí dejo de mirarme y sonreír.
- Niño idiota.
- ¿Por qué esta hermanita enojada?
- me dice Esam entrando detrás de mí.
- Este chico Cam que es un idiota – Me arreglé los lentes – No dejo de pensar en cómo un chico inteligente como tú tiene este tipo de amigos.
-Nadia que paso?
Es hijo de la tía Camile y el tío Kalil, ¿lo conocemos desde niño?
- No soy su amigo, Esam – miro hacia la ventana, cerrando el asunto – Y ni siquiera quiero serlo.
- Qué pasó - dice Emhre sentándose en su sillón.
- Nádia está un poco irritada hoy - responde Esam.
- ¿Estás amargada hoy hermana?
– viene y me hace cosquillas – Más que otros días.
- Solo creo que tu amigo es un idiota y punto – miro a Emhre – Y no soy amargado, simplemente no me gusta la gente aburrida.
- Entonces ella no se quiere a sí misma – el chico idiota estaba en la puerta del avión – Mamá pidió entregártelo.
Era una rosa negra, estaba plantada en un jarrón como señal de que la tía Camile no quería que la dejara morir, caminó hacia donde yo estaba y me la entregó pasando sus dedos entre los míos.
Levanté mis ojos y él se inclinó, mientras mis hermanos hablaban entre ellos.
- Es un regalo mío para ti - susurró - Para recordar tu primer beso.
Y luego me estaba dejando sin palabras.
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