No más palabras romance Capítulo 2

Asunto: Agradecido por su cumplido.

"Primeramente muchas gracias por el halago " Modelo de ropa interior", seguro nunca fui descrito de una manera tan interesante.

Usted debería agradecer que no existe límite para mencionar o escribir la palabra "mierda", estoy suponiendo que es la palabra favorita de su repertorio, quizá la utilice durante su programa, espero y si ese es el caso, las madres no dejen ver a sus hijos, dudo que agradezcan el aprendizaje de un lenguaje tan... ¿Incorrecto?

Respondiendo a su elocuente asunto, no me creo diccionario, señorita Cortés, solo creí que estaba siendo amable dándole una explicación de una negativa que no pareció entender. Mis disculpas si la ofenden mis ganas de explicarle lo que pensé no entendía, pero entonces permita que le sugiera que trabaje en la aceptación de una declinación.

Pretendía que no se lo tomara personal, de hecho la hacía más profesional (He de admitir que su primer correo me dejó impactado con su impecable modo de cortesía), pero me temo que la realidad no necesita de brillos para mostrarse.

Difiero de ser un escritor palurdo, pensé que al menos lo hacía un 10% bien mientras cumplía mi sueño de escribir, supongo que debo replantearme con mi publicista si vendo por la apariencia que de una forma un tanto extraña usted halaga o por las habilidades que esperaba tener. Gracias por eso, seguro.

Si considera que su sección es demasiado para mí, entonces la invito a desistir de invitarme, si la hace sentir mejor puede retirarla. Le prometo que no lloraré, seré un hombre fuerte.

Ahora, yendo al punto de mandarme al infierno, supongo que varios tenemos un lugar guardado ¿Quiere que le guarde el puesto a mi lado para el viaje? Lleve ropa holgada, que de seguro el infierno está caluroso.

Espero y se replantee el estudio de su diccionario y palabras, tómelo como una sugerencia.

Con simpatía, el escritor palurdo que solo vende por lucir como un modelo de ropa interior."

—Elocuente manera de enviar a alguien a la mierda, felicidades, Paul Coleman— es lo primero que dice Eddy antes de deslizar mi celular hacia mí.

— ¿Qué pasó con las disculpas que ibas a enviar? — ese es Alex.

—Cuando iba a presionar enviar mis sinceras disculpas, mi bandeja de entrada se iluminó con un correo muy lleno de la palabra «mierda». Así que mis disculpas se fueron al carajo porque ella ha ofendido la cosa que más amo hacer en la vida. Lo único que me ayudó a superar toda mi mierda.

—Ya veo que te quedó grabada la palabrita— Eddy da un trago a su café, sigo preguntándome si algún día nos dejará ver sus mejillas libre de barba de nuevo. Pero hay tantas preguntas sobre Eddy para hacerle que el tiempo no alcanzaría.

—Mira, sí, fui un idiota. Lo admito, desaté mi molestia con quien no debía.

Sabes que no me gustan ese tipo de entrevistas, no me siento cómodo, no era la manera de rechazarla, pero cuando quise disculparme ella disparó.

Disparó de forma grosera, agresiva y directa. No voy a dejarla saltar sobre mí yugular sin devolver el golpe.

—Paul, ¿Borraste ese maravilloso correo de disculpas que con esmero escribiste? — Alex y su eterna paciencia casi consiguen que ruede mis ojos.

—No, está en borradores.

—Uhm...

— ¿Qué?

— ¿No es Elisabeth Cortés una preciosa mujer? — pregunta esta vez.

—Nada tiene que ver con eso, sabes que...

—Que tienes responsabilidades que cumplir y blah blah blah. Paul saca la cabeza del arenal y date cuenta que no le debes nada a Nicole. No tienes que pedirle salir contigo, corta tu maldito drama— se exaspera Eddy—. En serio, estoy a instantes de apuñalarte con esta cuchara en donde digas de nuevo que tienes la responsabilidad de enamorarte de Nicole.

—Ya activaste el lado agresivo de Eddy— se burla Alex.

— ¿Saben qué? Enviaré el mensaje de disculpa, no tengo que caer en todo este asunto. Seré profesional, me disculparé y retractaré de mis palabras.

—Bien pensado genio. Demuestra que eres un escritor que si tiene y usa materia gris para más que crear sus historias— dice Alex. Eddy hace una mueca.

—Esa ni siquiera es una buena cita del correo y...

Mi celular vibra. Los tres lo observamos.

Un nuevo correo.

Asunto: No sea un mendigo de halagos :D

"¡Ufs! Por un momento tuve fe que su largo mensaje demostraría algo de sensatez, pero me temo que todo lo que pudo conseguir fue un montón de rodar de ojos.

¿Seguro que estoy hablando con Paul Coleman? Porque según leo, me da la impresión de que respondo a un pobre niño puberto de sueños frustrados que llama libreta de nota a lo que en realidad es un diario.

No se preocupe, nunca necesité de la ayuda que con tanta amabilidad me ofreció. Tengo compañeros de trabajo muy inteligentes que fácilmente me habrían dado incluso una mejor definición que usted.

Puede que ambos nos vayamos al infierno, pero tenga por seguro que ocurrirá por caminos separados con distintos finales.

Digo la palabra mierda, cuantas veces me dé la puta gana. Es mi boca y por ella saldrá lo que me venga en gana. Déjese de palabrería barata conmigo que sinceramente solo me hace pensar que no fue usted quien escribió los libros y que simplemente pusieron su rostro a un escritor anónimo para hacerlo ver bien.

Tomo su sugerencia y haga con ella lo que le plazca, que si es por mí también lo mando a la mierda :D

—Yo nunca te escucho pequeño Cristian.

—Porque te da miedo enamorarte de mí — me dice con coquetería.

Río tomando ahora mis zapatos de tacón, estoy tan adaptada a estar sobre ellos constantemente en el programa, que difícilmente tengo tiempo para quejarme.

—Si eso es lo que te dices para matar tu enamoramiento sobre mí— le guiñó un ojo.

—Cualquier hombre que se acueste contigo se enamorará durante el acto.

—Sin duda es lo más bonito que me han dicho en mi vida—me pongo de pie—. Y sí escuché la parte de que te quieren para protagonizar una serie y que te gustó el guión, que si se da, será grabada en Europa. Así que éxito en eso pequeño Cristian.

—Nada en mi es pequeño y lo sabes.

—Esos suelen decir los hombres que tienen inseguridades sobre su miembro.

Lo pico como siempre y la costumbre lo hace reír. Me acerco y doy un beso en sus labios de forma breve—. Siempre es divertido, verte sin ropa, pero...

—Volvamos a nuestra realidad de amigos ¿Alguna vez te has preguntado por qué funcionamos siendo amigos y solo tenemos encuentros sexuales esporádicamente una o dos veces al año?

—Eres como mi vibrador humano.

—Y tu mi muñeca inflable.

Está vez lo que suelto es una gran carcajada, aprieto su nariz y despeino su cabello. No sirve para novio, al menos no para ser el mío, pero le tengo cariño como amigo.

—Nos vemos en la entrevista que espero programes.

—Ahí te veré pequeño Cristian. Y me escribes o llamas para contarme cómo te va con la serie.

—Lo haré, cuídate y Dios no permita que la piedra que late en tu pecho se ablande.

—Solo estás molesto de no haberlo ablandado tú.

—Claro.

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