October full moon romance Capítulo 14

A eso de las una de la tarde Simon volvió por Rue, me había agradecido por haberle cuidado a su hermanita. Le dije que no había problema y que cuando quisiera las puertas de mi casa estaban abiertas para ellos. Claro, Konan aún no se iba. Cuando me despedí de Simon y de Rue, cerré la puerta para volver a la cocina.

—Al fin estamos solos —Konan se quita su chaqueta negra y solo se queda en una camiseta blanca. Sus músculos son notorios, parecía que iba al gimnasio.

—¿Y qué tiene que estemos solos? —fruncí el ceño.

—Que somos libres de hacer lo que queramos, ¿no? —Konan tomó unos ingredientes de la nevera y los puso en la tabla para cortar—¿Tienes hambre?

—¿Qué piensas hacer?

—Hmm no lo sé, estoy pensando lo que podría hacer con esto que tienes allí.

Mi hermana y yo no teníamos muchas cosas porque casi ni nos manteníamos en casa, siempre comíamos fuera.

—Pediré algo para comer mejor —me dirigí a buscar el celular pero Konan me detuvo.

—No, tú solo siéntate y espera un poco —hizo que me sentara en la encimera de la cocina.

—¿Estas seguro? ¿No necesitas ayuda?

—Quizás un poco.

Konan empezó a trozar algunas verduras, solo me pedía cosas como que sacara un sartén y buscara una cuchara o llenara de agua el sartén.

—¿Qué piensas hacer en halloween? —le pregunté mientras Konan vertía las cosas en el sartén.

—¿Por qué la pregunta?

—Bueno, supongo que harás una fiesta enorme —comenté—Siempre haces fiestas, ¿no?

—Solo a veces, cuando estamos aburridos y queremos distraernos un poco.

La verdad sea lo que sea que estaba cocinando Konan empezaba a oler muy delicioso. Me dio mucha hambre ya.

—Entiendo. Mi cumpleaños está cerca también —se me escapó.

—¿Cuándo es tu cumpleaños?

—El veintiséis de Octubre.

—Casi en Halloween —parecía un poco sorprendido pero después volvió a la normalidad.

Konan terminó de cocinar sea lo que sea que haya hecho.

—¿Tienes hambre? —sacó dos platos.

—La verdad sí.

Llenamos los platos con un poco de arroz y del pollo en salsa que había hecho. Los dos nos sentamos en el comedor, acompañados de una copa de vino que mi hermana tenía por ahí.

—Konan, no sé si sea buena idea tomar desde ya.

—¿Crees que esto es tomar? —se rió— Sólo es vino, Lev.

Rodé los ojos mientras empezaba a comer. La verdad estaba demasiado delicioso, tanto así que lo comía rápido hasta casi acabarlo. Konan a veces me daba miradas de picardía pero las ignoraba totalmente.

—Quiero más —le dije llevándome a la boca la última cucharada de mi plato— Iré por más.

—No, déjame voy yo —Konan tomó mi plato y volvió a la cocina. Así que Konan también era bueno en la cocina, ¿había algo que este chico no pudiera hacer bien? A parte de guapo y súper bueno también cocina y solo a veces tiene arranques de caballero. Como hoy, justo ahora.

No sé por qué pienso todas estas cosas, quizás sea el efecto del vino. Tal vez a Konan no le haga nada pero yo no soy de tomar y es obvio que se va a notar.

Konan volvió con mi plato más o menos lleno de un poco de comida.

—Gracias —empecé a comer mientras tomaba vino a veces, sorbitos nada más. Konan estaba terminando su plato, tomó la copa de vino y se la terminó de tomar también. Se miraba bien: tenía su pelo despeinando, su camisa blanca era casual, sus vaqueros negros también eran casuales. Y sus zapatos... usaba tenis negros también. Parecía un chico normal a simple vista, pero sabía que guardaba muchos secretos.

—Listo.

Terminé de comer el mío y de beber un poco más de vino.

—Terminé también.

—¿Te gustó?

—¡Claro! ¿No se notó?

Los dos nos pusimos de pie con plato en mano para llevarlos al fregadero. Después los lavaría.

—Subiré para darme un baño —le dije— ¿Te quedarás solo aquí? —lo miré, aunque pensándolo bien parecía una insinuación hacia él por lo que después me arrepentí. Konan sonrió de lado—Quiero decir, por si te irás a tu casa.

—¿Me estás corriendo? —se acercó.

—No, es solo que... agh, quédate aquí mientras me baño —volteé y salí de la cocina, pero Konan venía detrás— Te dije que me daré un baño —le recordé mientras subía la escalera.

—Ya lo sé, me preguntaba si tendrías un cepillo de dientes extra para cepillarme los dientes.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: October full moon