¡Papá compró una humana! romance Capítulo 26

Bastián (Hace unos días).

-Bastian…

-No me digas, ¿Otra familia solicita su expulsión de la manada? – Dije sintiéndome muy homicida en este momento.

-De hecho son tres. – Dijo Rowan con expresión seria. – Además, el Alfa Luca ha solicitado tu presencia.

-¿Te dijo el motivo? – Dije con un gruñido.

- Extraña a su hija, a su nieto y quiere preguntarte en persona por qué m****a no le has dado el pago del mes.

Jodidamente perfecto; el bastardo sabía que mi manada no estaba en condiciones de pagarle en estos momentos y seguramente quería aprovecharse de la situación.

Ahora, con respecto a su hija, no podía darme el lujo de que la viera en este momento. O en cualquier momento.

Poco después de enviar a Chase a una de las manadas más seguras del Continente bajo una excusa estúpida, tuve que encerrar a Clarissa antes de que le diera caza a mi pareja. Era una situación delicada ya que pensé que despidiendo a Rose y mandándola lejos, Clarissa no notaría el inequívoco olor de Luna que comenzaba a desprender.

Había estado ocupado con los negocios, la manada, los ataques, el Alfa Luca… en fin, mi atención había estado en todo menos en mi pareja a punto de cumplir la mayoría de edad.

Ese día, cuando por fin la tuve a centímetros de distancia, pude oler que a lo mucho tendría medio año antes de que mi lobo decidiera que ya había sido suficiente y la marcara como mía.

Y marcarla en un futuro cercano en la situación en la que mi manada se encontraba no sería una jugada inteligente.

Pensé que todo estaría bien, por desgracia atacaron a mi manada en mi usencia y cuando regresé para encargarme del asunto, el olor de Rose se encontraba por todo el jodido territorio.

Algo que, por supuesto, también notó Clarissa a su regreso. Su instinto de loba la volvió loca y comenzó a buscar casa por casa la fuente del aroma para retar a muerte a la loba que la naturaleza le indicaba que era mi verdadera compañera. Ya sabía que estaba obsesionada conmigo, pero fue demasiado lejos cuando no encontró la fuente del aroma y obligó a todas las mujeres y niñas a presentarse ante ella para jurarle lealtad a mis espaldas.

Como Luna, ella tenía esa autoridad sobre las hembras de la manada.

Menos mal que Rowan la descubrió y pude encargarme del asunto. No podía matarla por las estupideces territoriales que salían de sus labios debido a que la manada de su padre haría trizas a la mía, pero si podía contenerla.

Han pasado meses desde la última vez que la visité en su celda improvisada. Era Rowan quien me daba algunas actualizaciones sobre ella; en ningun reporte se había vuelto más cuerda.

Si la soltaba para ir a visitar al Alfa Luca, no creo que lleguemos a mitad de camino antes de que haga alguna estupidez como intentar salir por la ventana y buscar la fuente del aroma de nuevo.

Una loba celosa y con ambición era capaz de muchas cosas.

-Estamos muy jodidos, ¿No es cierto? – Dije dejando caer mi cabeza en el escritorio. Rowan ni siquiera tenía que responder algo tan obvio. - ¿Cómo están nuestras reservas de dinero después de las últimas reparaciones del ataque de esta semana?

-Quinientos mil dólares menos. – Dijo con expresión seria. – El Alfa Fred llamó más temprano en la mañana; nuestro grupo de exploradores llegó a un callejón sin salida.

-Bueno, no esperaba que Nuestra Gran Madre me sonriera en los próximos meses de todas formas. – Dije apretando mis ojos. – Estamos cerca, lo sé.

-Lo estamos, pero las familias de nuestra manada no lo ven así. – Dijo con cuidado. – Si seguimos con los constantes ataques, en un par de meses no tendremos una manada por la cual preocuparnos.

-Y eso es lo que quiere el maldito Alfa desconocido que perseguimos. – Dije contra la madera de mi escritorio.

Hacía unos meses el Alfa Fred había perseguido a un par de lobos y descubrió que la gran mayoría de los lobos que nos atacan son de hecho lobos sin manadas. Hemos tratado de descubrir quién demonios les paga y por qué habían tratado de llevarse a algunos miembros de mi manada sin éxito.

-¿Uh? – Pregunté confundido.

-Supongo que el Alfa Noa no ha tenido tiempo para hacerte una llamada. – Dijo pensativo mi cachorro. – Bueno, la historia corta es que atacaron esta manada. Estoy bien, solo que no sé si tenga tiempo para hablar contigo el viernes porque Amanda y yo tenemos planes para ver un par de películas en la guardería, ¡Estamos de vacaciones! O eso dice ella. Mis clases se van a reanudar hasta la siguiente semana...

-¿Cuándo pasó el ataque? – Dije interrumpiéndolo y diciéndole a Rowan que llamara inmediatamente al Alfa Noa.

-Antier, justo cuando terminaba la escuela.

-¿Quieres que vaya por ti? – Pregunté comenzando a levantarme. A la m****a el papeleo.

-No es necesario, por lo que sé, la manada perdió solo un par de civiles. Una linda chica eliminó a la mayor parte de las amenazas, así que no alcanzaron a hacer gran daño – Dijo Chase quitándole importancia. – Además, quiero terminar la escuela aquí, es divertido.

-Bien. De todas formas te llamaré el viernes. – Dije con voz de advertencia.

-Pero mi cita… - Protestó mi cachorro y casi sonreí. - … bien, el viernes. Te llamaré temprano por la mañana. Te quiero, adiós.

Y me colgó el cachorro astuto.

-El Alfa Noa en la línea. – Dijo Rowan entregándome su móvil.

Yo lo tomé y comencé a gruñir.

-¿Por qué m****a no me habías llamado para decirme que tu manada había sido atacada?

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