Lizbeth
—¡Mira mami, esta es tu habitación!
Lucas empuja unas enormes puertas de madera negra para revelarme el interior de una habitación casi tan grande como mi departamento. El lugar tiene un pequeño espacio similar a una sala donde hay un escritorio bastante grande. Los tonos oscuros de las paredes me recuerdan un poco a mi nuevo esposo, pero eso es lo de menos ahora.
La niña pequeña junto a mí me tira del vestido, le doy una rápida sonrisa antes de inclinarme para dejar la caja con mis cosas más importantes a un lado para tomarla en mis brazos. Ella toma uno de los mechones aún ligeramente húmedos de mi cabello.
—Estás muy linda — gesticula antes de llevar el mechón a su nariz — hueles como una mamá.
Mi corazón se derrite lentamente ante el significado de esos símbolos, Lucas sube rápidamente al asiento a mi lado para estar ligeramente a la altura de su hermana ahora en mis brazos.
—Claro que huele como una mamá Lucia — el pequeño se abraza a mi cintura — ella es nuestra mamá y ahora somos una familia de verdad.
—¿Para siempre?
Cuestiona la silenciosa niña, el chico asiente mientras siento un poco de remordimiento porque después de todo esta situación tiene fecha de caducidad, pero es lo último en lo que necesito pensar ahora. Dejo a la pequeña niña en el suelo una vez más antes de mirar a los dos pequeños que son la uncia compañía que tengo realmente ahora.
—¿Me van a enseñar la casa, verdad?
—¡Sí!
Responde luchas mientras su hermana asiente, el niño baja de un salto del asiento donde estuvo hasta ahora y corre hasta una de las puertas en la pared adornada únicamente con una pintura frente a los dos.
—Esta es tu habitación mamá — explica — y esta es la de papá — el niño ríe — pero papá y mamá deben dormir juntos, ¿Verdad?
—Cariño a veces, las mamás no duermen con los…
—¡La tutora dijo que mamá y papá duermen juntos para hacer bebés! — abro mis ojos ante esas palabras—¿Podremos tener un hermanito? — la felicidad en su mirada es casi asfixiante para mí — ¿Verdad que dormirás con papá?
—Si… — señalo alrededor — esta es una sola habitación, así que si estamos durmiendo juntos—trato de convencerlo — pero los bebés deben esperar — sonrío — quizás deba hablar con su tutora también.
—La señorita Ruiz es muy mala—murmura Lucas—no me deja jugar fuera hasta que termina la mañana.
—Oh, y porque no vas a un colegio — cuestiono curiosa mientras tomo mi caja una vez más — ¿No te gusta?
—Papá dice que puedo estudiar en casa — comenta — antes de lo que nos pasó a Lucia y a mi yo… — el niño hace una mueca de dolor — antes yo…
Lucas lleva sus manos a su cabeza, sus pequeños pies tropiezan entre sí haciéndolo caer sobre su trasero y corro hasta él para ver qué sucede. Sus ojos están fuertemente cerrados. Lo llevo entre mis brazos preocupada.
—¿Estás bien cariño? — Trato de abrazarlo asustada — ¿Dime que sucede Lucas, dime…?
Su hermana toca mi hombro para llamar mi atención, mueve sus manitas rápidamente para explicarme qué ha sucedido y beso la coronilla del pequeño niño en mis brazos para intentar reconfortarlo.
—No tienes que pensar en lo que hacías antes — le pido — ¿Ok? —alzo su rostro para que me mire — ahora, respira despacio — arrugo mi nariz — como si fueras a sumergirte en la piscina, ¿Está bien?
Comienzo a respirar profundamente para que el pequeño me imite y me doy cuenta de lo terrible de su condición cuando lo noto calmarse poco a poco. Después de que el pequeño está perfectamente bien, trato de distraerlos a ambos del terrible momento. Anoto mentalmente pedir los exámenes anteriores para evaluar el diagnóstico y ver si puedo hacer algo desde mi nueva posición como madre.
Después de acomodar las cosas y despedirme de los niños me dirijo al hospital donde tengo la cita para las prácticas, me acerco rápidamente a la recepción impresionada por el increíblemente hermoso vestíbulo de este lugar. Confirmo que definitivamente el grupo Mark es el número uno en el sector médico debido no solo a los buenos médicos si por lo equipado que está todo el lugar.
—Este es mi hospital, porque no estaría aquí.
—Porque eres el jefe del grupo Mark, no deberías estar en una oficina gigante con vistas de toda la ciudad donde te pararías a tomar decisiones con aire enigmático.
—No soy ese tipo de protagonista, en esta historia — comenta riendo — aunque tu sí que eres la protagonista loca, pero eso da igual ahora, hablemos de tu pasantía — mi esposo empuja una carpeta azul hacia mí — estarás en la mesa de recepción en el ala de psicología — explica — necesitas, preparar los informes, llenar los formularios y…
—¿Informes? — niego — no puede hacer eso, quiero trabajar con pacientes, he estado haciéndolo en el otro hospital y esto sin duda es un paso atrás.
—No puedo simplemente ponerte a atender pacientes directamente—responde—estaría mal visto, además, solo necesitas las notas, así que tómalo con calma y solo has lo que te ofrezco.
—¿Tomarlo con calma? — niego — escúcheme bien señor Mark, puede que dinero le haya dado todo — respondo — probablemente usted ni siquiera entienda cuanto significa todo este esfuerzo para mí, pero quiero ganarme mis calificaciones con mi trabajo así que exijo justamente lo que prometió, quiero hacer mis pasantías como psicóloga en el campo.
—¿Está segura?
—Lo estoy
Respondo, mi marido me mira con lo que absurdamente me parece admiración en sus ojos y lo veo garabatear alguna cosa en una nueva hoja de papel que después me extiende.
—Te pondré a asistir al doctor Louis — explica — es el psicólogo de Lucas, así que tendrá los días en que él tenga consulta de descanso, pero créame va a ser complicado, él es nuestro mejor psicólogo infantil, así que tendrá mucho trabajo.
—Eso es justamente lo que quiero y, por cierto — dudo por un momento — me gustaría ver el historial clínico de Lucas — miro a mi esposo — hoy en la mañana le pregunté si había ido alguna vez al colegio e intento responderme si antes del accidente lo hacía, pero de repente tuvo una crisis y…
—¡Mi hijo habló de antes del accidente! — antes de que me dé cuenta, mi esposo está a mi lado sosteniéndome del brazo — ¡Cómo fue que lo consiguió!, ¡Qué le dijo! — luce genuinamente desesperado por saber — ¡Por favor dime qué fue lo que dijo!
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Papá compró una mamá psicóloga!