¡Papá compró una mamá psicóloga! romance Capítulo 23

Lucas

Después de una mañana agobiante, de una noche de insomnio y la agradable noticia de que mis esfuerzos dejaron como resultado que un nuevo bebé viniera al mundo que Beatriz entrara a mi oficina, vistiendo ese vestido rojo sutilmente apegado a sus curvas es todo lo que puedo desear.

¿Por qué?

Porque ella es perfecta y trae toda esta extraña aura a mi vida que no me deja hacer otra cosa que sonreír.Ella deja la bolsa de plástico sobre mi mesa,abre el taper a rebosar de sandwiches y tomo uno antes de sentarme con ella en uno de los sofás de mi oficina.

Ella saca algo de su bolsa, una caja de madera que luce antigua.

—La verdad no es mucho pero me pareció bonito así que lo compré para ti.

—No tenías que…

—Oh, lo quería comprar — responde — es un regalo para ti.

Tomo la caja en mis manos después de terminar mi sandwich, la abro con cuidado y me quedo conmocionado ante el reloj dorado de bolsillo dentro del acolchado forro del interior.Pasa una mano por las letras talladas en él mientras Beatriz susurra esas mismas palabras.

—Siempre y para siempre — dice cuando la observo — es latín,lo aprendí en el colegio y cuando vi el reloj pensé que sería un bonito gesto, ya que lo único que queda en esta vida cuando llegamos o nos vamos es el tiempo — sonrío ante sus palabras — aunque el reloj también es bonito.

Dice apresuradamente, tomo la mano de la mujer junto a mi y la llevo a mis labios,mis ojos titan entonces la pulsera colgando de su muñeca.

—¿Y esto?

—¡Oh, es un regalo que viene con el reloj! — responde con prisas — el señor de la tienda me lo regaló por…

—¿Qué dice?

Cuestiono tocando las letras en ella,mi compañera se sonroja antes de responder con voz nerviosa.

—siempre fuertes — me mira — es un regalo así que pensé que debía usarlo ,no es importante o…

Ella trata de alejarse pero la llevo hacia mi con un ligero tirón.Beso sus labios con prisas y ella salta de su asiento cuando necesitamos aire para respirar.Ella carraspea avergonzada, me pongo en pie tomando el reloj para colocarlo en una de las trabillas de mi pantalón.

—Es un bonito regalo — tomo su mano una vez más — de los mejores que me han regalado en realidad.

—¿De verdad?

Asiento, acaricio el rostro de la hermosa mujer frente a mi, ella se sonroja una vez más, mis dedos se mueven deliberadamente hasta sus labios y mientras le doy un rápido beso en los labios deslizo mis manos hasta su cintura. Beatriz jadea ligeramente cuando me inclino para besarla pero antes de que pueda hacerlo mi asistente entra sin llamar a la oficina.

Mi falsa novia se aparta con prisas,mi asistente la mira con mala cara así que Beatriz camina rápidamente hasta donde dejó su bolso.

—Me iré al trabajo, en la tarde también iré a la iglesia para donar la ropa que ya no usaré más y luego puede que vaya a hacer la compra — mira preocupada a Claudia — espero tengas un buen día.

Sale antes de que pueda decir alguna cosa, mi secretaria la mira con molestia pero no dice nada así que prefiero ignorar esa mirada para no amargarme el día.Ella me muestra el expediente que lleva en sus manos.

—Cariño, perdonar es de humanos y él está muy enfermo,sus médicos dijeron que...

—No me importa y ni se les ocurra darle algún tipo de apoyo porque les juro que no vuelvo a pisar esta casa.

—Si madre, porque me hacen esto — Lucía se pone en pie con las manos temblando — porque me hacen bajar de mi casa para decirme que el hombre que me ha hecho la vida una m****a va a salir de la cárcel, ¡Porque!

—Porque tenemos que ser mejores que él — responde mi padre — porque le quedan tres meses de vida y estoy seguro de que mi hermano…

—Mi padre murió por su culpa, ese bastardo me jodío a tal punto la niñez que de no ser por mi madre no habría logrado seguir adelante — miro a mi madre — a ti te arruino tu verdadero sueño, mamá,cómo puedes estar de acuerdo con esto.

—Porque es un hombre moribundo Lucas,no podría vivir sabiendo que lo dejé morir solo…

—A él no le importó vivir con el hecho de que mató a mis padres, de que asesinó a un hermano que ni siquiera había nacido y tampoco tuvo problemas en intentarlo una segunda vez, el si que no merece oportunidad, tiene lo que se merece.

—Si madre — reafirma mi hermana — papá no llames por un tiempo, no quiero saber nada de ustedes y mas les vale que no escuche que están ayudando a ese bastardo porque mi vida es un infierno por su causa.

Mi hermana se marcha con su perro siguiendola, camino yo mismo hasta mi auto y siento la garganta cerrarse mientras mi respiración se detiene, busco en la guantera del auto las pastillas que llevo tomando últimamente e intento calmar el ataque de pánico que viene.

Ese bastardo merece morir, le dieron setenta malditos años y era muy poco, como m****a pueden sacarlo cuando no ha cumplido ni la mitad de la mitad de su condena.

¡Como!

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