Roger
Sonrío mientras me dejo llevar por la emoción de ser besado por la mujer que después de todo me ha dejado más de una noche sin dormir las últimas semanas. No solo con sus clases de señas, sino también con estos deseos que ya no puedo ocultar, la deseo, me agrada verla, cuidar de mi hija como no lo hizo nunca nadie y es justamente por eso que me siento tan feliz.
El momento ardiente entre los dos me hace desear acariciarlo mucho más, empujo su cuerpo hacia atrás, perdido en la pasión de besarla. Lo hacemos hasta que algo cae debido a la oscuridad rodante a nuestro alrededor.
Ella jadea, me mira algo avergonzada mientras un fuerte estruendo viene debido a que otro de los caballetes cae contra un montón de cuadros y no puedo evitar sonreír ante sus nervios.
— Creo… Creo que deberíamos ir fuera — carraspea — algo podría caer sobre nuestras cabezas en algún momento.
Sé que ella está avergonzada y nerviosa, también sé perfectamente que ella es prácticamente una mujer inexperta, una que ha sufrido demasiado, así que, aunque lo único que deseo es hacerle el amor, prefiero darle su tiempo.
— Me llevaré a Amy conmigo — le digo — debo llevarla a casa de mi madre, aunque no me agrada mucho pensar en eso.
La mujer frente mi agradece que cambie el tema sin decir ninguna palabra sobre lo que acaba de suceder. Camino con prisas fuera del cuarto con ella siguiéndome hacia la sala de estar. Alzo a mi hija en brazos que se ha quedado algo adormilada en el sofá.
— Si quieres pueden quedarse un poco más.
— Me encantaría — admito tomando una de sus manos — pero tengo que preparar algunas cosas para aprovechar el viaje a la ciudad para hacer algunas cosas.
— Oh, comprendo — ella me mira algo desanimada — entonces supongo que comeré sola hoy.
No me gusta su tristeza, paso una mano por su mejilla antes de sonreírle tiernamente. Me aseguro de que mi hija siga durmiendo antes de inclinarme rápidamente para darle un beso en sus tiernos labios.
— Cuando regrese, si no es muy tarde vendré un rato, ¿Vale? — ella asiente — entonces nos vemos más tarde.
Salgo de su casa después de darle un pequeño beso, maniobro para no despertar a mi hija mientras cruzo la valla entre los dos. Después de acostar a mi hija en la cama, me dedico a arreglar los documentos y los cuadros que necesito llevarme conmigo para mi representante. Mientras arreglo las cosas me encuentro con la fotografía que se rompió cuando le mostré los álbumes a mi vecina.
Es una buena foto, pero creo que mi madre la apreciará más que yo, así que después de colocarla en un nuevo marco la empaco para llevársela. Tardo casi cuatro horas en arreglarlo todo. Mi representante me llama para tratar de apresurarme, pero no pienso hacerlo. Ayudo a mi hija para arreglarse antes de al final marcharme.
Mi hija pasa todo el viaje mirando los animados en su tableta, mientras yo no dejo de pensar en mi vecina. Realmente no quiero ir a casa de mi madre, pero no tengo mucho que hacer realmente porque tengo que organizar todo para el próximo mes.
Quiero hablar también personalmente con el investigador privado porque me parece más que absurdo que no haya podido encontrar ni un solo rastro de mi mujer. Llego a casa en pocas horas, como siempre que estaciono el auto siento la presión que recae sobre mis hombros al poner un solo pie fuera de este.
— ¡No piensas venir! — responde exageradamente — ¡Acaso pretendes que mi nieta sea una ermitaña como tú!
— Tenemos planes — respondo sin mucha prisa — y quiero evitar que mi hija vea cuánta diferencia haces entre mi hermano y yo madre.
— No hago ninguna diferencia entre ustedes, solo quiero que seas más como él, deberías tomarlo más como ejemplo porque él sí es un hombre trabajador.
— Por supuesto que lo es — me pongo en pie — es tan trabajador que debes estar pagándole el sesenta porciento de las cuentas que tiene en sus viajes madre.
— Es su herencia también — me recuerda — pero definitivamente él ha tenido mucho más éxito que ni siquiera te he visto hacer dos exposiciones por temporada.
— Eso es simplemente porque así lo quiero, pero dejé de tratar de complacerte hace años — me pongo en pie antes de dejar la fotografía que trae conmigo — ten, encontré esto en casa y pensé que te gustaría, ya que eres muy fan de su creador.
— Vamos Amy.
Digo antes de tomar a mi hija, la llevo de regreso y comienzo a hacer el resto de cosas que necesito para terminar mucho más rápido todo el resto de mis pendientes para regresar a casa junto a mi vecina.
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