Jeremías
Trato de enfocarme realmente en mi trabajo, ignoro las llamadas que recibo de mi tío porque realmente estoy un poco enfadado con lo que he descubierto sobre el diagnóstico de Lucas y que posiblemente estuvieran equivocados.Sé que quizás él no tenía idea cuando me recomendó a los doctores.
Pero por alguna razón no me agrado que se molestara cuando le dije que cambiaría por mi cuenta al doctor de Lucas. Paso la mañana tranquilamente en mi oficina. Me cercioro de que las cosas estén marchando viene antes de salir a mi recorrido mensual por el resto de hospitales y decido pasar también por los hospitales de ayuda a desfavorecidos.
—¿Dónde deberíamos ir ahora, señor?
Cuestiona mi chofer una vez salimos del grupo Mark, le pido conducir hacia el hospital general en el suburbio de la ciudad y mi móvil suena en el bolsillo de la chaqueta unos minutos después de que estemos atravesando la ciudad. Chasqueo mi lengua con una sonrisa cuando veo el mensaje que mi esposa ha enviado.
«Llevaré a los niños a almorzar hoy que tengo la tarde libre, ya que tenía algunas clases en la universidad, pero el profesor las canceló, prometo que volveré temprano y no dejaré que la pila de mi celular se acabe, ten buen día.»
Releo el mensaje una segunda vez y mi sonrisa muere cuando mi chofer me mira curioso desde el retrovisor. Pongo mi rostro neutro una vez más e intento escribir rápidamente una respuesta.
«No necesitas escribir siempre que salgas, solo avisa si crees que te demoraras»
«¡Estupendo!, sé que está bastante ocupado pero ¿podría volver a casa temprano?»
Leo el mensaje riendo internamente, ignoro el millón de sugerentes cosas que mi desenfrenada mente imagina, pero el siguiente mensaje de mi esposa las desmiente todas.
«Como dije en la mañana me gustaría hablar de algo importante que ayudaría a los niños»
Los niños, por supuesto que quería hablar de los niños, me regaño mentalmente, ella aún no ha dicho una sola palabra sobre lo que le comenté y aunque yo mismo no creo que lo dijera en voz alta, la realidad es que esta mujer loca me está haciendo sentir tentado.
Puede que solo sea resultado del celibato al que me he sometido durante estos últimos años o simplemente estar conviviendo con alguien que realmente está interesada en la mejora de mis hijos, me haga sentir agradecido, pero también debo admitir que hay mucho más ahí que me avece desearla.
Ella es una mujer bonita después de todo, puede que sea obstinada, e irritante, también debo aceptar que está un poco loca, pero sigue siendo increíblemente atractiva. No solo físicamente, sino personalmente.
Una mujer que ha logrado todo lo que ella en poco tiempo es sin duda diferente, no solo consiguió una nueva carrera, sino que lo ha hecho con una nota y una dedicación impresionante y su actitud, no puede ser más encantadora con los niños.
¿Cuántas mujeres he conocido así?
Prácticamente, ninguna y es justamente por eso que quizás estoy tan fascinado con mi esposa. No estoy diciendo que la ame o que pretenda hacer real este matrimonio, pero no puedo asegurar que no vuelva a intentar besarla, que me resista si la tengo cerca llorando o mirándome con esos ojos tan hermosos y envolventes que cuando no parecen los de una loca son simplemente encantadores.
¡Infiernos quiero llevarla a la cama!
Hacía años que no me sentía así, no entiendo por qué tenía que ser justamente ella quien despertara todos estos sentimientos. El auto se detiene frente al hospital construido a unos veinte minutos de donde mi hermano murió y siento esa desagradable sensación en mi pecho cuando camino hacia el interior.
Si este hospital hubiese estado aquí probablemente mi hermano hubiese sobrevivido, probablemente mi vida y la de mis hijos habría sido distinta, quizás mi madre fuera diferente, pero no vale de nada llorar por algo que paso hace años. Saludo a la enfermera sentada en la recepción del hospital e intento concentrarme en lo que realmente importa que es controlar que ahora las cosas estén yendo bien y podamos salvar tantas personas como sea posible.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Papá compró una mamá psicóloga!