¡Papá compró una mamá psicóloga! romance Capítulo 4

Beatriz

—Si no quiere dinero no sé cómo puedo ayudarlo — le digo al hombre que, aunque apenas conoce, me da mucha seguridad — no tengo nada que dar y no podría dormir con alguien que…

—Dije que no pensaras cosas raras — responde él señalando la comida — come, esta la preparé yo, así que no es tan buena como la de antes.

—Gracias—murmuro comiendo el primer bocado — yo, realmente no puedo quejarme — lo miro durante un instante—no he comido bien en meses.

—Exactamente, eso es lo que podríamos arreglar — el doctor que hoy si lleva su bata se sienta cruzado de piernas en el sofá próximo a la cama del hospital donde me encuentro — verás, puedo darte una casa y todo lo que necesites durante el embarazo — noto su seguridad — quiero ayudarte mientras me ayudas tú.

—¿Cómo podría ayudarte?

—Necesito una novia.

Dice el hombre sentado frente a mí y abro mis ojos en pánico, lo miro detenidamente, la mandíbula marcada, los ojos profundos. La atractiva forma de su rostro no lo hacen lucir como un descarado, pero que estoy pensando , si después de todo fui traicionada por alguien que parecía el mejor de todos.

—De verdad le agradezco lo que ha hecho, pero no voy a dormir con usted — lo miro con firmeza — puede que esté prácticamente sin nada, pero no pienso comprometer lo único que me queda en esta vida que es mi orgullo.

—No quiero dormir con usted — me dice entonces — jamás le pediría eso a una mujer a cambio de cuidarla—sus ojos se mueven hasta mí — permítame explicar detenidamente lo que realmente necesito de usted.

Me quedo en silencio, sigo comiendo porque el hambre es bastante fuerte. Él se pone en pie, se acerca más a mi cama y puedo ver la sinceridad una vez más en sus palabras cuando comienza a explicarme su plan.

—Mi madre es una mujer muy preocupada — me explica — y siempre ha querido lo mejor para mí, ella ha estado cuidando de mí por muchos años, así que siento que debo hacerla feliz — sus ojos se mueven hacia algún lugar de la habitación — nunca he querido mentirle, pero no estoy listo para una relación o algo así.

—¿No puedes explicarle eso?

—Verás, he tenido momentos difíciles en el trabajo — suspira — momentos que de no ser por mi madre no habría podido superar y por eso quiero que deje de estar preocupada por mí — esta vez coloca sus ojos en mí —te daré casa, té ayudaré hasta que estés lista para cuidarte por ti misma — toma una de mis manos — quiero ayudarte y sé que no tratarás de chantajearme en el futuro, puedo notar que eres una buena mujer, por eso quiero pedirte que lo pienses.

—No lo sé, mentir es…

—No quiero que te sientas mal, esto no es algo malo — responde — puedo ayudarte mientras me haces un favor, podemos hacer un contrato si decides aceptarlo.

Después de pasar por la cabina de seguridad y tomar el ascensor, llego al piso número cuatro, el pasillo elegante me hace sentir otra vez fuera de lugar, pero aparto rápidamente ese pensamiento antes de abrir la puerta de dicho apartamento.

Mi corazón se siente definitivamente conmovido ante la vista de este nuevo lugar, dejo la maleta a un lado disfrutando del olor a limpio que despide este lugar. Me acerco a uno de los sillones disfrutando de su textura, camino hasta la puerta más allá de la pequeña sala de estar y me quedo impresionada ante la habitación.

Está perfectamente cuidada, limpia y con una cama que se ve definitivamente cómoda, dudo si debo o no quedarme en este lugar. Me permito sentirme durante unos minutos en la sala de estar mirando la letra un tanto confusa del papel en mi mano.

¿Será esto lo que le pedí a dios todas mis noches?

Desde que mis padres me lanzaran a la calle recé tanto para conseguir una oportunidad, pero jamás pensé que un ángel podría llegar de esta manera. Camino hasta la cocina para curiosear en la nevera.

Al ver la nevera completamente surtida, mis piernas ceden, me dejo caer en medio de la cocina con mis lágrimas corriendo sin control hasta mi barbilla. Me digo que he sido tan buena que quizás esta si es la oportunidad, toco mi vientre que ha comenzado a crecer, pienso en todo lo que soy capaz de hacer por este bebé que después de todo es lo más importante para mi y le hago una promesa que esta vez prometo cumplir.

—Te prometo que esta vez sí voy a poder cuidarte bien, cariño.

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