Lucas
No sé si estoy haciendo lo correcto o si ella realmente aceptará esta absurda y loca idea que le he propuesto, pero no puedo dejar de pensar en ello. Esa chica se ve lo suficientemente buena como para este trabajo y puede que esté cometiendo un error, pero estoy casi seguro de que la juzgué bien.
He sido bueno para juzgar a las personas durante años, pero siempre se puede fallar. Dejo los resultados de los exámenes que he estado examinando sobre mi mesa, miro una vez más el teléfono dudando si debería o no llamar para ver cómo está la chica que se llama Beatriz.
Resoplo cansado antes de tomar el teléfono, marco la línea fija en casa de mi hermana y el teléfono tarda tres tonos en ser contestado. Organizo distraídamente los exámenes en mi escritorio mientras escucho la dudosa voz del otro lado de la línea.
—¿Dígame?
—Soy Lucas, llamaba para… — dudo por unos minutos — saber si está todo bien en casa de mi hermana, envíe a alguien para limpiar, así que no sabía si…
—Todo está muy bien doctor — me dice — yo estoy muy pero muy agradecida con todo esto, realmente…
—Le dije que no necesita darme las gracias, estoy haciendo esto porque veo que eres una chica que lo merece y porque… — niego ligeramente — quizás me puedas ayudar en algún momento.
Señor yo…
—No necesitas responder ahora mismo — le digo — solo quiero que sepas puedes llamarme si necesitas algo y mañana haremos la primera ecografía así que puedes venir a las cinco — miro hacia la puerta de mi consultorio cuando se abre — podemos ir a cenar después de eso, tengo que irme ahora.
—Mmmm, bien doctor.
Ella me da las gracias antes de cortar la llamada, paso una mano por mi cabeza mientras mi asistente se acerca con rostro de disgusto, ya que al parecer escuchó la última parte de mi conversación telefónica. Ella toma los informes apilados sobre el borde de la mesa.
—¿Hay algún paciente más por atender hoy?
—No doctor — me dice — hasta mañana no tiene nada más, así no necesita preocuparse.
Bien, entonces envíame al correo las estadísticas de esta semana y me pondré a revisarlas antes de irme a casa en unas horas — le sonrío — usted también puede irse cuando quiera.
Gracias doctor.
Su voz suena enfadada, pero no dice nada más antes de salir de mi oficina, tarda cinco minutos en enviarme el correo y escucho el fuerte golpe de la puerta al salir de mi clínica de ginecología, mi móvil vibra dentro de la chaqueta colgada a mi izquierda. Extiendo una mano hasta este mientras mando a imprimir el resto de los documentos.
—¿Qué sucede papá?
—¿Qué hace aquí doctor? — luce algo extrañada — ¿Sucedió algo?
—No, yo… — suspiro — traje unos dulces para usted, puede guardarlos si ya cenó — dudo una vez más, pero termino mirándola directamente a los ojos — la verdad es que necesito que responda a mi propuesta lo antes posible, me gustaría hablar con usted con calma.
Oh, puede pasar — me dice — en realidad aún no he cenado y creo que también sería mejor darle una respuesta.
—Excelente, ¿Le gustaría que cenáramos juntos? — le digo entrando a su casa — puedo prepararte algo para cenar.
—no necesita hacer eso — dice rápidamente — yo puedo hacer la cena, usted me está dejando quedar en esta casa y eso es suficiente, así que permítame hacer la cena mientras hablamos.
—Si eso quieres — sonrío ligeramente — no te detendré, pero prepararé un zumo natural mientras lo haces.
—Si usted insiste — me dice ella — esta es su casa después de todo.
—En realidad esta es la casa de mi hermana — le recuerdo — ¿Qué tienes pensado hacer para cenar?
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