Jeremías
Después de encontrar mi oficina patas arriba, de darme cuenta de que mi hijo se ha llevado su hermana y de que ambos niños solo dejaron una nota diciendo que se irían a buscar ellos mismos a su nueva mamá, lo último que me esperaba era que ambos gritaran frente al hospital de uno de los socios de mi tío que ella era su madre.
—¿Señor Mark? — la mujer que estuvo a punto de golpear a esta chica loca frente a mis hijos jadea —¿Cómo puede ser que usted? — mira a la chica — porque sus hijos…
—No tengo tiempo para esto — le digo — envíen al padre de la señorita Smith al hospital Darwin Mark con todos los cuidados especializados y los informes de su tratamiento.
—Pero…
—¿Usted está diciéndole que necesita dinero verdad? — soy cortante — puedo pagarlo y créame realmente me desagradan las personas que no tienen conciencia de lo importante que es el cuidado de un enfermo, hablaré de esto con su esposo.
—oh, señor, lo que pasa es que esta mujer — la señora frente a mí gruñe sus venenosas palabras — no solo nos hizo gastar una cantidad de dinero absurda para luego escapar de la boda, sino que humilló a mi hijo y ensució la reputación de nuestra familia diciendo que…
—¿Ella ensució la reputación de su familia? — la miro con duda — ¿Acaso hacer un escándalo como este frente a un hospital no es mucho peor? — tomo una tarjeta de presentaciones mi cartera para entregársela — envíen la factura médica y los costos del traslado hacia el hospital de mi familia — miro a la mujer que es causante de que mis hijos escaparan de casa rápidamente — tome mis palabras como un consejo, nadie vendrá a un hospital donde una mujer desagradable grita que no le importa la salud de un paciente solo porque tuvo problemas personales con la familia.
—¿Mujer desagradable?
Murmura la señora con cara de enfado, le doy la espalda para cargar a mi hija en brazos y tomo a la mujer loca que sigue sin pronunciar una palabra antes de alejarme de la entrada de este hospital con mi hijo caminando en silencio a mi lado. No es hasta que estamos en el jardín frontal del hospital que ella reacciona deteniendo sus pasos, he intentado soltarse de mi agarre.
—¿Qué cree que está haciendo ahora mismo? — me mira — quien le dio el derecho de meterse en medio de mi problema, le dije que no quiero su…
—No se confunda señorita Smith — la corto — esa mujer estaba haciendo un escándalo frente a mis hijos — trato de mantener la voz calmada — y es algo que no puedo permitir, en cuanto a su padre, solo hice un acto de caridad, nuestro hospital tiene un programa de ayuda para…
—¡No quiero su caridad! — ella me grita — le dije que me dejara en…
Su voz se apaga cuando Lucas cae al suelo, con sus manos fuertemente pegadas a sus orejas. Maldigo intentando bajar a Lucia para calmarlo, pero la mujer prepotente a mi lado corre más a prisa. Toma las manos de mi hijo mientras le sonríe.
La barbilla de Lucas que ha comenzado a temblar detiene lentamente ese movimiento que conozco como uno de los síntomas de sus ataques de pánico. Ella pasa una mano por la cabeza de mi hijo.
—Perdónanos cariño — susurra dulcemente — tu papá y yo tuvimos un pequeño desacuerdo, pero no tengas miedo, ¿sí? — ella busca algo en su bolsa para entregarlo — ahora, comerás esta paleta y luego iremos por un helado, pero tienes que prometerme que estarás bien, ¿Ok?
—Sí mamá.
Abro mis ojos cuando Lucas vuelve a llamarla de ese modo, ella me mira como advertencia para que no le diga una palabra y cuando mi hijo extiende sus manos para que ella lo cargue no puedo hacer otra cosa que observar cómo lo levanta del suelo con delicadeza. Lizbeth me sonríe falsamente antes de señalar un puesto de helados al final del parque contiguo al hospital.
—Seamos civilizados por el bien de los niños — dice — hablemos después de comprar un helado para ellos.
Peina su cabello hacia atrás antes de pasarme un cupón de algún café con un bolígrafo para que pueda escribir en ella.
—Apunte aquí su número de cuenta para que pueda pagarle al menos una cuota por el traslado de mi padre hasta que consiga el resto del dinero y explíquele a sus hijos todo este malentendido y deje de molestarme.
Ella se pone en pie con prisas, me entrega el helado a medio comer cuando ve que no escribo absolutamente nada en la tarjeta que me entregó. Niega cansada antes de alejarse de donde estoy.
—¡Mamá!
Grita Lucas desde la mesa, corro hasta el que intenta ir tras la mujer que me ha dejado en medio de un tremendísimo problema y cuando mi hijo comienza a llorar desesperado sé que no puedo dejarla escapar. Me arrodillo frente al niño mientras Lucia corre para abrazarlo e intentar calmarlo.
—Iré por mamá — prometo — solo esperen aquí y la traeré de vuelta — trago las maldiciones que quiero gritar ahora mismo — terminen su helado, ¿Sí?
Mi hijo me mira, beso su frente una vez más y corro tras la mujer loca que tengo que convencer a como dé lugar. Ella va tan distraída que ni siquiera nota cuando una bici está a punto de atropellarla. La tomo del brazo antes de pegarla a mi cuerpo para evitar que esto suceda, pero termino cayendo con ella de espaldas sobre mí. Lizbeth se levanta de un salto mientras golpea mi costado con su bolsa mientras grita como la loca que es.
—¡Acaso todos los pervertidos van tras de mí! — una vez en pie de la vuelta para mirarme y sus ojos se ensanchan aún más — ¡Usted, le dije que me dejara en paz!
—¡Cásate conmigo por favor!,no pienso dejarla en paz hasta que asepte.
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