¡Papá compró una mamá psicóloga! romance Capítulo 9

Lizbeth

No quería estar en esta situación, debí haber corrido, apenas tuve oportunidad, pero ahora mismo no puedo hacer otra cosa que abrazar a la niña que llora desconsolada por culpa de alguna persona desagradable que probablemente esté hombre intenso frente a mí contrató solo porque tenía una buena recomendación.

Me pongo en pie aun cargando a la niña. Lucas niega aún con los dibujos de su hermana en la mano y puedo ver la rabia emerger en el rostro de su padre cuando la causa de este inminente desastre aparece por la puerta.

—¡Porque te comportas así hoy niña! — grita la mujer desde la puerta — no puedes solo seguir mirándome con esos ojos desagradables que me dan escalofríos como todos los…

Su voz muere cuando se da cuenta de que la pequeña no está sola, Su hermano mayor, cae sobre su trasero ante los gritos de la mujer, Ella cubre la boca, e intenta salir de esta situación como de lugar, pero al parecer se da cuenta de que no tiene mucho por hacer.

—Señor Mark — jadea — esto no es lo que cree, su hija hoy por algún motivo no quería que le diera un baño y lo que dije antes fue porque…

—Porque es una mujer desagradable — contesto caminando hasta el señor Mark para entregarle a su hija — Usted no vuelva a acercarse más a esta niña, debería recoger sus cosas y dejar de trabajar con niños.

—¿Perdona? — la mujer me mira incrédula — ¿Quién demonios se cree usted para decir eso? — me encara — llevo dos años cuidando de esta niña, usted no tiene ni la menor idea de…

—¿Dos años? — niego — como puede llevar dos años cuidándola y ella ni siquiera le tiene afecto, usted no…

—Ella es nuestra mamá — la voz infantil y temblorosa de Lucas me hace mirar a mi derecha — usted es mala con Lucia, ella me dijo que usted le advirtió que no le dijera a papá.

—¡Qué estás diciendo niño molesto!, ¡Acaso ahora no solo estas loco sino que tambien deliras!— grita tratando de llegar hasta él — no hables estupideces ,tu y tu hermana lo unico que necesitan es unas buenas palmadas para que dejen de comportarse como un loco y su hermanita muda a la que resulta desagradable cuid...

Mi mano se mueve por sí sola, abofeteo tan fuerte a la mujer que esta da dos pasos hacia atrás, escucho al señor Mark maldecir. El niño comienza a llorar haciendo que me odie a mí misma por no controlarme. Miro al niño lloroso mientras su padre se acerca a ella. Camino rápidamente hacia la mujer para llevarla conmigo fuera de la habitación.

La mujer protesta una y otra vez mientras la llevo conmigo hasta el pasillo y una vez he cerrado la puerta trato de calmarme tanto como soy capaz, pero la persona desagradable frente a mí no ayuda en lo absoluto.

—No vuelvas a amenazar a los niños así — grito — y no comprendo como alguien como tú puede ser una niñera.

—¿Quién te crees m*****a? — me repite — eres la novia del señor Mark, por favor eso no te hace nadie — sonríe — soy buena niñera, pero esos dos niños no son normales y créeme por muy dulce que parezcan no son más que dos pequeños monstruitos traumatizados que…

—¡Cierra la boca!, el único monstruo aquí es usted.

Grito incapaz de poder escucharla por mucho más tiempo — rebusco en mi bolsa los pocos billetes que tengo ahí — esto es más de lo que mereces como niñera — le grito — no puedo creer que duraras dos años aquí, ¡Fuera!

—Te dije que no tienes derecho a despedirme, tú no vives aquí, el único que puede despedirme es…

—Soy yo — la voz masculina en mi espalda me hace saltar — y es justamente lo que voy a hacer — responde — no voy a pagarte absolutamente nada, si haces alguna cosa, terminarás con una demanda sobre tu cabeza — señala a las escaleras — salga de mi casa y le aseguro que nunca más va a trabajar con niños porque le contaré de esto a todos mis conocidos.

—Pero señor, yo…

—¡Fuera de mi casa m*****a sea! — puedo ver la absoluta rabia que desprenden sus palabras — no vuelva a decir algo así de mis hijos.

—No lo sé, los hombres iririt… — detengo mis palabras — como usted suelen tener la necesidad de conseguir a como dé lugar lo que quieren cuando son rechazados, esa es la regla más importante, no se enamore de mí, porque este matrimonio, es solo para que sus hijos estén bien y luego terminará así que…

—Creo que está pensando de más, Lizbeth — me corta él — aunque usted fuera la última mujer sobre la tierra preferiría extinguirme antes de hacer o sentir cualquier cosa por usted, no me van las lo… — resopla — dejemos de perder el tiempo y vayamos a mi oficina para firmar el contrato.

—¿Tiene un contrato? — murmuro incrédula — ¡Por qué!

—¡Porque sabía que terminaría aceptando!

—Es usted un hombre muy…

—Tatata — sonríe malicioso — recuerde la regla que usted misma colocó.

¡Dios, esto va a ser muy difícil!

Gruño enfurruñada mientras camino tras él para firmar el contrato que parece mi salvación, pero por alguna razón luce como un pase directo para el mismísimo infierno, un infierno donde esos dulces niños necesitan de mí, pero yo necesito obedecer al rey de los demonios.

—Idiota, molesto…

Susurro para mí misma mientras bajo las escaleras en absoluto silencio.

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