─Tu Jose Luis es un grosero, ya no me gusta tanto ─se queja Antonella.
─Tu acabas de decirme dos groserías ─refuta molesto.
Ver la cara de Rohan en ese momento fue tan épico. Mentalmente felicito a esta pequeña, ya que el día de hoy, conocí una nueva cara de Rohan.
Su rostro está sonrojado y su entrecejo fruncido, una cosita hermosa.
Ya no dijo nada más, solo se giró y fue a hablar con el doctor. Yo me agacho y sigo platicando con Antonella.
─Me tendrás que enseñar maldiciones en arabe, y para que veas que es un trato justo, yo te enseñaré algunas en ruso.
─Trato hecho ─nos damos la mano como todas unas empresarias que acaban de cerrar el mejor negocio de su vida.
Una vez que la mamá de Antonella acabo de hablar con la doctora se fueron. No pudimos hablar mucho, pero sin duda es la mejor plática que he tenido en años.
Me acerco a Rohan y el doctor, mi intención era saber si me encontraba bien, pero le entiendo más a un perro que a estos dos hablando.
Espero a un lado de él mientras siguen hablando con batita blanca, y para mi suerte, no tarda casi nada. Me toma de la mano y comienza a caminar conmigo.
Cuando entramos a la habitación, intento deshacerme de su mano, pues tengo miedo de que me haga algo por lo enojado que está, pero él no me suelta.
Cierra la puerta con su mano libre y me lleva a la camilla, me ayuda a subir a ella y me cubre con la sábana.
Dos enfermeras entran por la puerta y se acercan a mí, comienzan a revisarme por todos lados para corroborar que estoy bien.
Pero nada de eso me importa ahora, la intensa mirada de Rohan sigue en mi y me preparo mentalmente para ser regañada.
No puedo evitar notar que una de las enfermeras, se le insinúa exageradamente mucho a Rohan, lo cual es muy molesto. Alejo todo mal pensamiento de mi cabeza, pues Rohan tiene novia y no soy yo.
Ahora que lo pienso, es un maldito cochino, ¿Cómo pudo meterse con varias personas a la vez? O sea, hay límites, pero Rohan ha demostrado que el título de “Prostipirugolfo” lo tiene bien merecido.
Las zorryenfermeras no tardan nada en irse ─cosa que agradezco─ y quedo nuevamente a solas con Rohan. Cierro mis ojos en espera de su grito, el cual, nunca llega.
─El doctor ha dicho que podrás irte esta por la mañana, a pesar de que saliste sin permiso, te encuentras bien ─abro mis ojos sorprendida.
─¿No me vas a regañar? ─mi voz se escucha sorprendida.
─¿Qué quieres que diga? ─negó con la cabeza─. Tamara, estas internada porque estabas a nada de sufrir un aborto. Saliste de tu habitación y escapaste con una niña menor, su madre tiene leucemia y se preocupó al no encontrarla. No soy quien para decirte que hacer. Solo piensa antes de actuar.
Las lágrimas se acumulan en mis ojos sin poder evitarlo. Pensé que me gritaría, pero lo dijo con una voz tan serena, que me hizo sentir culpable.
Tal vez, estaba esperando sus gritos, porque es lo que siempre hacen las personas, juzgarme sin saber lo que realmente pasó, pero, por primera vez, no me regañaron ni juzgaron.
─Lo siento mucho, no pensé en que nos pondría en peligro, yo solo… Yo quería un poco de aire y no pensé ─trato de explicarme, pero no lo logro.
Rohan se acerca y me abraza, yo se que piensa que soy patética, pero aun así me esta abrazando y eso es algo lindo de su parte.
─Solo debes de evitar meterte en problemas, yo se que no estas acostumbrada a este ambiente del embarazo, pero debes de cuidarte, por favor, prométeme que ya no te meterás en problemas, solo te pido esa promesa por tu salud y la del bebé.
─Está bien, te lo prometo ─tomas mis manos apretándolas fuerte. Me da un beso en la frente y me ayuda a recostarme.
Después de hacer esa promesa, me siento más tranquila, sé que debo cuidarme, y por alguna razón, siento que Rohan ahora está de mi lado.
─Deberías dormir, ya es muy tarde ─toma una silla y la coloca a un lado de mi cama sentándose en ella.
─Debes descansar también ─miro su rostro agotado, con pequeñas bolsas bajo sus ojos y su barba descuidada.
─Me quedaré aquí a tu lado, no quiero que les pase algo ─al escuchar eso, siento como si mi corazón se calentara.
Los dos salimos y lo primero que veo es a personas con cámaras tomando fotos como locos y gritando cosas que no entendía, provocando un leve dolor de cabeza.
Los guardaespaldas quitan a todos los periodistas de encima nuestro y nos ayudan a subir a la camioneta.
En el camino, el teléfono de Rohan sonó y se dedicó a contestar por el resto del camino, mientras que yo solo veía su rostro, cada vez que hablaba, gritaba, fruncía el ceño o se tocaba el entrecejo.
Realmente es un hombre hermoso, y aunque su carácter sea un asco, estos días se ha portado amable y preocupado conmigo.
Definitivamente es un hombre del que me enamoraría, siempre que estoy a su lado, aunque me haga enojar, me siento segura.
La camioneta se detiene sacándome de mis pensamientos, veo hacia afuera y me doy cuenta que hemos llegado.
Los dos nos bajamos y para mi sorpresa, Rohan vuelve a sujetar mi mano. Agustín es el primero en llegar a nosotros, seguido del primo raro y un palo tetudo.
─Amor, por fin llegaste ─Adriana no pierde el tiempo y se lanza a los brazos de Rohan.
Yo disgustada por lo que está pasando, intento quitar mi mano de la de Rohan, quien no me deja, pero al final lo logró.
Saludo a los chicos y entro a la casa sin decir nada más. Me siento una estúpida con lo que acaba de pasar. Por algún momento llegué a pensar que Rohan había terminado con Adriana y por eso se comportaba así.
Inmediatamente busco mi teléfono mientras me encierro en mi habitación. No quiero que nadie me moleste.
De la nada comienzo a sentir mucho calor, lo cual es raro, ya que el aire acondicionado está prendido.
Me toco la cara y siento mis mejillas calientes. Cuando me doy cuenta de lo que está pasando, marco con urgencia el número de Chris.
Ahora entiendo el por qué tengo tanto calor de la nada y el no poder decirlo o hacer algo me esta desesperando. Tengo un problema y ahora no se que hacer.
Me manda a buzón y algo preocupada, camino de un lado a otro. Decido hacer una videollamada con todos mis amigos, ya que realmente me urge resolver esto y aunque sus ideas son muy estúpidas, a veces funcionan.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Prisionera De Un Magnate
Me gustó mucho la historia, un poco diferente a las demás. Pero me hubiera gustado poder leer un poquito más, darle unas letras a la felicidad de descubrir que ya recuerda...