PROMETIDA AL NACER (COMPLETA) romance Capítulo 24

Estaba muy preocupada, no sabía que estaba pasando, de un momento a otro ya no se escuchaba nada, la pelea había terminado y no sé cómo estaba la situación.

-deja de dar vueltas- me dijo Evans, estaba dando vueltas por toda la habitación, quería salir y ver que había pasado.

-no puedo, no sé qué está pasando, solo espero que no haya sido Damián- dije mordiéndome las uñas.

-Damián es tú prometido, ¿cierto? - me pregunto y yo asentí con la cabeza.

-según me dijo Zen, es un vampiro- dijo levantándose de la cama.

-sí lo es, y lo amo con todo mi corazón, daría la vida por el si es necesario- le dije muy seria.

-tenemos que encontrar una manera de salir de aquí- dijo acercándose a mí.

Yo asiento con la cabeza y de repente oímos como la puerta se abre.

-ven conmigo, me has traicionado y ahora el pequeño lo pagara- dijo Zen gritando, agarró a Evans del brazo y se lo llevo de la habitación.

-no por favor, ese no fue el trato, dijiste que si aceptaba tu invitación no le harías daño- dije suplicando.

-sí pero no estaba en mis planes que vinieras con tu prometido, por cierto, creo que le queda poco tiempo en este mundo- dijo riéndose y llevándose a Evans.

- ¡No!, por favor, hare lo que tú quieras pero no lo mates, ni a Damián tampoco, por favor- me puse de rodillas, eso era lo más humillante que había hecho en mi vida.

Él se detuvo y me miro, yo estaba llorando, solo pensar que Damián estaba herido a punto de morir me partía el alma.

-Hay algo que puedes hacer para salvarle la vida a Evans- dijo sonriendo.

-lo que sea por favor- le volví a suplicar.

-renunciaras a tus poderes y salvaras su vida- dijo señalando a Evans.

Baje la cabeza y me quede pensando, si renunciaba no podría defenderme y matarían a Evans.

-acepto- dije limpiándome las lágrimas.

-no, Danira, porque hiciste eso, no quiero que lo hagas por mí, yo…no merezco eso- dijo Evans.

Zen lo soltó y enseguida fui hacia él para abrazarlo, había estado separada de él hace tiempo pero eso no volvería a pasar, no si puedo impedirlo.

-mañana al amanecer se te retiraran tus poderes- dijo Zen mirándome y se marchó.

Suspire cuando cerró la puerta, tenía hasta el amanecer para hacer algo por la vida de Damián.

-no debiste aceptar- me dijo Evans enfadado.

-no podía dejar que te matara, no quiero estar separada de ti, no de nuevo- le dije volviéndolo abrazar.

-hay que hacer algo, hay que intentar que no te quiten tus poderes, de que sirve ser bruja sin poderes- dijo, tenía razón.

Narra Raphael

Han pasado dos horas desde la última vez que hable con Damián, algo va mal, le dije que se comunicara y no lo ha hecho.

Vuelvo a llamarlo y no contesta, con el enfado tiro el teléfono contra la pared haciéndose añicos, voy a tener que averiguar qué está pasando.

Como Zen se haya atrevido a hacerles daño, se las verá conmigo.

********

- ¿Qué vas a hacer con el mocoso? - me pregunta Vanessa.

-le he perdonado la vida, a cambio de algo que te va a gustar- le digo acercándome a ella.

-a ver sorpréndeme- me dice ella sonriendo y entrelazando sus manos sobre mi cuello.

-le he pedido a la niñata que renuncie a sus poderes- le contesto atrayéndola hacia mí.

-no sabes lo que me alegra saber eso- dice plantando sus labios sobre los míos.

La cargo sobre mí y la pego a la pared, sigo besándola, la oigo gemir sobre mi boca y eso me pone a cien, la llevo rápido hacia mi habitación y cuando llego la arrojo sobre mi cama.

Ella sonríe al ver cómo me quito la camisa, me imita y se quita el vestido quedándose en ropa interior.

-ven lobito- me dice mordiéndose un dedo suavemente.

Sonrío y voy hacia ella, me coloco encima de ella y hago un recorrido de besos por todo su cuerpo, poco a poco le quito la ropa interior y se queda desnuda para mí, solo para mí, me levanto y me deleito con su cuerpo y sonrío.

Ella se sienta y se dispone a quitarme el pantalón, me quedo en bóxer y empieza a darme besos por el torso y el cuello, eso me excita y no aguanto más, la vuelvo a tirar sobre la cama y me pongo encima.

-hazme tuya- me dice en mi oído.

Vuelvo a sonreír y entro en su interior con fuerza, ella grita pero no me importa, me gusta ser brusco y ella no va a ser la excepción, el grito se convierte en placer y ya no hay vuelta atrás, las embestidas continúan y esto solo acaba de empezar.

Faltan solo unas horas para el amanecer y no he podido dormir en toda la noche, estoy preocupada por Damián, ojalá este bien y Zen me haya mentido.

-no has dormido nada, deberías echarte un rato, no quiero que te pongas enferma- me dice Evans, yo estoy mirando por la ventana, la luna esta hermosa.

-no puedo dormir, lo he intentado pero no puedo- le digo sin dejar de mirar la luna.

-siento que estés pasando por todo esto- me dice abrazándome por detrás.

Dentro de unas horas tendré que renunciar a mis poderes y no podré hacer nada, por un lado esta Damián y por el otro Evans, me siento entre la espada y la pared, si me niego a renunciar, mataran a Evans.

De repente oigo como la puerta se abre y me sorprendo porque todavía no es la hora.

-acompáñenme los dos, hay que largarse ahora- dice Zen entrando acompañado de varios guardias.

- ¿Qué pasa? - pregunto confundida.

-no tengo que darte explicaciones, ya lo veras cuando lleguemos- dijo saliendo de la habitación con nosotros detrás.

Salimos de la casa y nos tapan los ojos con un pañuelo para que no veamos nada, nos empujan dentro de un coche al parecer, no sé a dónde nos llevan, ni tampoco que piensan hacer con nosotros.

-quieto vampiro- oigo gritar a un guardia, y mi corazón empieza a latir deprisa, ojalá sea él.

-entra ahí dentro con los demás, no te resistas o te ira peor- le dijo el guardia.

Siento que alguien choca conmigo y enseguida descubro que es Damián, no podría olvidar su olor, una sonrisa se forma en mi cara, aunque no lo veo sé que lo tengo a mi lado.

-amor, ¿eres tú? - pregunto para salir de dudas.

-Danira, amor mío, al fin te encuentro- dice y nos buscamos con las manos, el problema es que estamos atados y no nos podemos mover mucho pero aun así nuestras manos se tocan.

-¿estás sola?- me pregunta.

-no. Evans está aquí con nosotros- le digo, me cuesta hablar sin poder ver a las personas con las que estoy hablando.

-hola, Evans, soy Damián, me gustaría presentarme mejor pero en estas condiciones es lo mejor que puedo hacer- le dice a Evans.

-hola Damián, opino lo mismo que tú, cuando salgamos de esta tendré que saber que intenciones tienes con mi hermana- le contesto Evans.

-chicos, no vayan a pelear ahora, cambiemos de tema- les dije, sé que mi hermano quería lo mejor para mí, y sé que cuando conozca a Damián lo entenderá.

-¿a dónde nos llevan?- le pregunto, por si él sabe algo.

-no tengo ni idea, estaba encerrado y de repente me taparon los ojos y me llevaron a la fuerza hasta el coche- dijo él y entonces me doy cuenta de algo.

-nos están llevando a otro sitio, a lo mejor sospechan de que Raphael pueda saber algo y por eso nos llevan a otro lugar- les digo, tiene que ser eso.

-puede que tengas razón, pero no entiendo una cosa- dice él.

-¿que no entiendes?- le pregunte confundida.

-porque no usaste tu magia- sabía que me preguntaría eso.

-es complicado, Zen me engaño y bebí algo que me quito mis poderes temporalmente- le dije con tristeza.

-maldito, juro que lo matare pero has dicho temporalmente, quiere decir que pronto lo recuperaras- dijo el esperanzado.

Baje la cabeza, no sabía cómo decirle que tendría que renunciar a ellos.

-si pronto los recuperara- dijo Evans mintiéndole a Damián.

-Zen también me dijo que no estarías mucho tiempo en este mundo, dime que no es cierto- le dije a Damián.

-me dispararon balas de madera, no me han matado pero estuvieron cerca, solo estoy un poco débil por la falta de sangre, nada más, no te preocupes- me dijo acariciando mi mano.

-puedes alimentarte de mí, por favor, necesito que estés fuerte para luchar si hace falta- le dije intentando poner mi muñeca en su boca.

-no, eso nunca más, no voy a alimentarme de ti- me dijo apartando mi muñeca.

-mi hermana tiene razón, necesitamos que nos ayudes, yo te daré sangre- le dijo Evans.

-no, eres solo un niño- le dije a Evans- tienes que alimentarte de mí, ya lo hiciste una vez- le dije agarrando su mano.

-olvídense los dos, no voy a hacerlo, estoy bien- dijo enfadado.

No haría entrar en razón a Damián a veces puede llegar a ser muy cabezota.

No sabemos cuánto tiempo llevamos en el coche, tiene que haber amanecido ya, oigo el cantar de los pájaros pero no nos dicen nada, ni siquiera sé si Zen está viajando con nosotros.

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