PROMETIDA AL NACER (COMPLETA) romance Capítulo 23

Narra Damián

Llevo una hora esperando aquí afuera, no sé qué es lo que está pasando dentro de esa casa, pero espero que todo este yendo bien, estoy lo suficiente alejado para que nadie me descubra.

De repente algo vibra en mi pantalón y me asusto, estoy tan concentrado que no me asusto con cualquier ruido, no quiero que el plan falle, miro en mi pantalón y es el móvil que está vibrando, lo desbloqueo y veo que es Raphael.

- ¿Qué ocurre? - le pregunto bajito.

-eso mismo me pregunto yo, no me has dicho nada y ya ha pasado una hora, estoy preocupado por ella- me dice y se oye irritado.

-no sé nada todavía, tengo que esperar a que pase otra hora, ese era el plan- le conteste.

-está bien pero mantenme informado, ojala pudiera estar ahí pero Ivorath me mantiene ocupado- me dice y sé que dice la verdad.

Cuelgo el móvil y vuelvo a mirar hacia la casa, de repente oigo un ruido, es como alguien caminando despacio, me preparo para quien pueda ser pero al minuto veo aparecer un gato, maldito gato.

Vuelvo a mi posición y un dolor en mi cabeza, hago una mueca de dolor, no sé qué me pasa pero pronto lo averiguo, veo a Vanessa hablando cosas en latín, siento que me va a estallar la cabeza.

-para- le grito, y me hace caso.

- ¿Qué haces aquí? - me pregunta.

Maldición, el plan se va a estropear por su culpa, que hará ella aquí.

-sabía que esa mocosa no iba a venir sola como Zen le pidió, pero eso ya no es problema, ahora él la tiene a ella y yo te tengo a ti- me dijo riéndose.

Qué demonios estaba diciendo esta tipa, acaso estaba involucrada con Zen.

-que mierdas estás diciendo, ¿Qué le habéis hecho a Danira? - le pregunto furioso.

-bueno todo era una trampa, Zen la quiere a ella pero no te voy a decir para qué, pero eso no es importante, ahora eres mío Damián y voy a hacer contigo lo que me plazca- me dijo y se acercó a mí.

No deje que se me acercara más cuando la acorrale sobre una pared agarrándola del cuello.

-dile a tu perrito guardián que deje libre a Danira si no quiere que lo mate- le dije apretando mi agarre.

-sabes me agrada que me trates con violencia, eso me pone a mil- me dijo riéndose, definitivamente esta mujer está loca.

- estás loca, ¿crees que no puedo matarte? - le dije.

-me encantara verlo- dijo y se soltó de mi agarre, no sé cómo pero lo hizo, seguro fue algún hechizo de brujos.

-demuéstrame lo que vales, Damián- dijo volviéndose a reír.

No quiero pelear con ella, necesito estar concentrado en ver qué pasa con mi amor, sé que quiere distraerme pero no lo va a conseguir.

De un momento a otro corro, sé que no me va alcanzar tan fácil porque será una bruja pero no tiene velocidad vampírica, corro hacia la casa, sé que tenía que esperar una hora más pero viendo como están las cosas, no puedo esperar.

Llego a la entrada y dos guardias me cortan el paso pero me libro rápido de ellos, los guardias son hombres lobo y tengo que tener cuidado con que no me muerdan o tendré serios problemas.

Los he tenido que matar o eran ellos o yo, lo he pedido por las buenas pero no había manera así que los tuve que matar.

Llego a la puerta principal y oigo ruidos, no lo pienso y tiro la puerta abajo, entro y me guio por el sonido del corazón, escucho dos corazones, tienen que ser Danira y Evans. Voy a subir las escaleras pero alguien me detiene.

-a donde crees que vas- me dice Zen agarrándome del cuello.

-suéltame perro, ¿Dónde está Danira? - le pregunto con rabia.

-no te lo voy a decir, sabía que no podía confiar en ella, sabía que no vendría sola, maldita zorra- dijo furioso, no iba a permitir que la insultara en mi presencia.

Le di un puñetazo que lo alejo a unos metros de mí, se levantó del suelo furioso y fue hacia mí, esta vez el me ataco dándome otro puñetazo.

********

-oyes eso- le dije a Evans, los dos fuimos hacia la puerta.

-parece una pelea- dijo el pegando su oído a la puerta.

-que estará pasando- dije, espero que no sea lo que me imagino.

-prueba a hacer magia- me dijo Evans.

Le hice caso pero no podía hacer ni siquiera una pequeña esfera, maldición porque tuve qué confiar en Zen.

********

Seguíamos dándonos golpes, estábamos muy mal pero aun así ninguno de los dos íbamos a parar, nunca debí aliarme con él, no se puede confiar en los lobos, son traicioneros.

-yo me encargo de él, Zen- dijo una voz, era Vanessa.

-al fin llegas, ¿Dónde demonios estabas?- le pregunta Zen furioso.

-estaba ocupada con esto- dijo enseñando una pistola.

-crees que eso puede dañarme- le dije riéndome, Zen la miro mal.

-ya verás- dijo y enseguida disparo, pero no eran balas corrientes eran de madera, me disparo tres veces, una de ellas cerca del corazón.

Caí al suelo, la subestime, no era tan tonta como pensaba.

-ahora que chupasangre- dijo riéndose y Zen sonrió.

-te subestime, eres más buena de lo que creía- le dijo él a ella y a continuación los dos se besaron, aparte la mirada.

Me sentía débil, estaba perdiendo mucha sangre, tenía que sacar las balas como sea.

-enciérralo- dijo Zen a un hombre que había a su lado pero que antes no estaba ahí.

Ese hombre se acercó a mí y me agarro de la camisa, intente resistirme pero cada vez que hacia algún movimiento más sangre perdía.

Me llevo al sótano, ahí había una especie de cárcel con cadenas, me imagino que aquí es donde se convierte en lobo, me empujo dentro y cerró la reja con unas llaves que se metió en el pantalón.

Me saque las balas con cuidado, la del corazón me costó más pero estaba débil, necesitaba alimentarme pero no sé cómo lo haría, necesitaba encontrar a Danira.

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