PROMETIDA AL NACER (COMPLETA) romance Capítulo 45

Sigo llamando a Héctor por teléfono pero no hay manera de que me conteste, debe seguir enfadado conmigo, tengo que hablar con el como sea, debo hacerle entender que no ha pasado nada entre Carlos y yo, debería ir a su casa pero nunca he ido, y ahora que lo pienso se me hace extraño, siempre hemos quedado en la cabaña o en mi casa, cada vez que le decía de ir a su casa buscaba un excusa para no ir y pues deje de insistir, creo que tendría que preguntarle a mi hermano si él sabe dónde vive pero no creo que le haga gracia que lo moleste para eso.

Voy a buscar a mi cuñada, ella me ayudara, salgo de mi habitación y voy a la habitación de Danira.

-adelante- oigo desde dentro, abro la puerta y ella está leyendo un libro en el sillón.

-¿qué ocurre?- me pregunta ella apartando la vista del libro.

-necesito que me ayudes- le digo yendo hacia ella.

-necesito que hagas un hechizo para encontrar a Héctor- le digo y ella me mira confundida.

Le cuento lo que ha pasado esta mañana y ella se sorprende.

-te ayudaré, debes escuchar tu corazón, a lo mejor hablando las cosas te das cuenta de lo que sientes en realidad- le sonreí, ella tenía razón, tenía que hablar con él y decirle la verdad.

-hare un hechizo de localización, necesito que me des algo suyo- me dijo ella, me levante y fui a mi habitación.

Sabía lo que tenía que darle, era un collar con el símbolo del infinito, era de plata y con las letras Forever love en el símbolo, es muy bonito, me lo regalo por nuestro aniversario, cuando lo tengo en mis manos vuelvo a la habitación y Danira ya lo tiene todo preparado, le doy el collar y se concentra, al cabo de varios minutos abre los ojos y sonríe.

-lo he encontrado-me dice-y se levanta a por un papel y escribe algo en un papel-aquí tienes la dirección, suerte- me entrego el papel y le di las gracias.

No quería perder más tiempo, me puse las botas porque estaba descalza y salí de mi habitación, estaba nerviosa, sentía como si fuera la primera vez que lo veo, subí al auto y fui a la dirección que me había escrito Danira.

Media hora después estoy enfrente de una casa antigua pero bien cuidada, me bajo del vehículo y vuelvo a mirar la dirección para comprobar que no me he equivocado, todo es correcto, doy un suspiro y doy un paso al frente, y voy hacia la casa

Toco el timbre y se oye dentro de la casa, todo parece tranquilo, espero un rato a ver si me abre alguien pero no es así, cuando estoy a punto de irme oigo la puerta abrirse detrás de mí, me doy la vuelta para ver si es él pero me sorprendo al ver a otro chico parecido a Héctor.

-Hola, pensé que no había nadie, ¿está Héctor?- le pregunto nerviosa, es un chico joven y delgado, tiene el pelo negro como la noche y despeinado, parece como si se acabara de levantar.

-tú debes de ser Rose, pasa por favor- me dice y se mete dentro de la casa.

Este chico me da escalofríos, no sé quién es pero no me da buena sensación, le hago caso y entro dentro de la casa, todo está muy oscuro, apenas veo nada, será que no tienen luces o se les estropeó la electricidad.

-Héctor está abajo con el grupo, sígueme- fruncí el ceño, y seguí andando detrás de él.

Fuimos hacia una puerta, cuando el abrió la puerta había unas escaleras, parecía que daban a un sótano, bajamos las escaleras y se escuchaban risas y se oía una música de fondo pero no estaba alta, el volumen perfecto para poder hablar.

-chicos, tenemos visita- dijo el chico y los demás me miraron, sentía un poco de vergüenza, los demás sonreían menos Héctor que me miraba muy serio.

-¡abuelo!- grito entusiasmado, corro hacia él y lo abrazo.

-pequeñajo, ¿Cómo has estado?- me pregunta el acariciando mi cabeza, me encanta estar con mi abuelo.

-bien…abuelo, Evans está hechizado por una chica-le digo y empieza a reírse.

-¿porque dices eso?, a ver cuéntame- empiezo a contarle como Evans está más distante conmigo y como se le cae la baba cada vez que habla de Gabriela.

-Jhon, eso no es ningún hechizo, es amor, Evans está enamorado de esa chica- la sonrisa se borra de mi rostro, ya me lo imaginaba pero no lo quería confirmar, mi abuelo tiene razón.

-pero es que… ya no quiere jugar conmigo, solo quiere estar con ella- le digo y agacho la cabeza, mi abuelo se pone a mi altura.

-¿no será que a ti también te gusta ella?-abrí mucho los ojos.

-no, eso no es verdad, ella no me gusta, solo somos amigos- le dije muy rápido, estaba nervioso, volvió a reírse y me cruce de brazos.

-vamos adentro hijo, quiero ver a tu mama- dijo mi abuelo pero yo no lo seguí, esta vez voy a ir a ver a Gabriela.

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