PROMETIDA AL NACER (COMPLETA) romance Capítulo 8

Estoy delante de la casa de ese maldito brujo gracias a que Lucio me dio la dirección, no me importa que sea el padre de Danira, lo único que me importa es mi hermano y él lo tiene y me va a decir dónde está y si no tendré que torturarlo hasta que me lo diga.

Llamo a la puerta varias veces hasta que se abre.

-¿quién eres tú?- me pregunta un hombre que supongo que es el.

-soy la hermana de Damián y quiero que me digas donde lo tienes- le grito.

El parece que le divierte lo que he dicho.

-no sabía que Damián tuviera una hermana, que divertido es esto, dos pájaros de un tiro- sonríe.

No entendía que estaba diciendo este hombre pero lo entendí cuando me lanzo algo a la cara y de repente me empezó a dar mucho sueño.

Abro los ojos despacio y no veo nada, no sé dónde estoy ni como he llegado aquí, imágenes vienen a mi cabeza, ese maldito me lanzo algo a la cara y empezó a entrarme sueño pero ya no recuerdo nada más.

Empiezo a parpadear y mis ojos se acostumbran a la oscuridad, me muevo por el sitio y parece que estoy en un sótano, todo está muy sucio y huele muy mal, me duele la cabeza y tengo sangre, creo que me he golpeado con algo pero no lo recuerdo.

-sácame de aquí, maldito- grito para ver si alguien me oye pero nadie responde.

********

Estoy en el coche con Lucio al volante, le he pedido que me lleve a ver a mi padre y al principio no quería por miedo a que me haga algo pero lo he convencido de que no me va a pasar nada.

Así que vamos en camino hacia la casa de Raphael.

Después de media hora llegamos al fin, estoy muy nerviosa y preocupada por qué no sé si Rose está bien ni donde está, me bajo del coche y Lucio me detiene.

-señorita tenga mucho cuidado, y si le pasa algo grita yo la oiré- asiento con la cabeza y le sonrió un poco para que se tranquilice.

Camino hasta la puerta y golpeo una vez pero nadie abre así que vuelvo a golpear y esta vez la puerta se abre lentamente.

-hola hija, no esperaba que vinieras- me dice mi padre saliendo de detrás de la puerta.

-no estoy aquí por ti, he venido para que me digas donde tienes a Damián- el asiente y me dice que pase.

Al principio dudo un poco porque aunque sea mi padre no me fio de él, entro despacio y pasamos a una sala de estar con muebles antiguos.

-siéntate por favor- me dice y le hago caso.

-primero que nada no sé si te habrán dicho que eres bruja igual que tus padres- yo asiento con la cabeza.

- pues hay un mundo alternativo para los brujos de nombre Ivorath, en el solo pueden entrar brujos pero en el sitio donde está Damián pueden entrar todas las criaturas malvadas porque es una cárcel para ellas- me dijo sentándose en uno de los sillones que había en la sala.

-me estás diciendo que metiste preso a Damián? - pregunté y el asintió con la cabeza.

-pero porque, sé que le dijiste que me había ocultado de ti durante muchos años pero no es verdad, yo solo llevo un par de semanas en su casa, estas equivocado- le dije, el negaba con la cabeza.

-ya veo que Damián no fue sincero del todo contigo o no sabe la verdadera historia-

-pues cuéntamela- le dije con curiosidad

-bueno antaño hubo una guerra entre razas y para evitar más muertes entre nosotros el padre de Damián habló con tu madre, querían una unión para mantener la paz, así que decidieron prometer a su hijo Damián con nuestra hija que acababa de nacer, y tu madre aceptó ya que ellos eran los más fuertes de los vampiros y nosotros los más poderosos de los brujos pero yo no estaba de acuerdo, no quería que te unieran tan pronto sin ni siquiera la opción de elegir a otra persona-

-entonces me prometieron con Damián cuando era un bebe? - el asintió.

-pero eso le costó la vida...a tu madre- me dice y veo tristeza en sus ojos.

-¿Qué pasó? - le pregunte ya que no sabía nada de mi madre.

-cuando me enteré que debías permanecer con ellos hasta que te casaras entré en pánico y te llevé lejos, conocía a una humana que practicaba brujería pero no podía hacer nada de magia, por eso pensé que dejándote con ella nunca te encontrarían, no pensarían que el brujo más poderosa te dejo con una humana por eso lo hice pero me equivoque.

-cuando te dejé con Yoselin ella estaba dispuesta a cuidarte y también le dije que cuando cumplieras dieciocho te diera ese colgante que llevas puesto, es lo único que tenia de tu madre y ahora lo tienes tu-

-yo pensé que era un regalo de Yoselin pero me alegro que sea de mi madre, ¿qué ocurrió después? - le dije estaba muy confusa porque no sabía si creerle o no.

-bueno estuve varios minutos contigo hasta que pensé que era mejor regresar porque tenía un mal presentimiento, cuando llegue a nuestra casa vi a tu madre en el suelo muerta y Vanessa que es prima de tu madre estaba a su lado llorando, entonces le pregunte que le había pasado a Sophie, así es como se llamaba tu mama y ella me dijo que un vampiro la había matado, y ahí es cuando pensé que el padre de Damián la había matado porque Vanessa lo confirmó- no podía creer lo que me estaba diciendo, no quería creerlo.

-lo siento mucho hija pero debías saber la verdad, los vampiros son malvados matan sin importarles nada la vida de las personas- lo interrumpí.

-basta, no es verdad, Damián no es así... tengo que irme- le dije notaba que me estaba empezando a faltar el aire.

-pero no puedes irte, tienes que estar conmigo Yoselin me traiciono y se alió con los vampiros por eso no pude encontrarte, ¿vas a volver a su casa?, no me digas que sientes algo por él - no podía seguir escuchándolo me va a volver loca.

-de que hablas, yo no siento nada... por Damián solo es agradecimiento por haberme llevado con él porque déjame decirte, Yoselin me ha tratado muy mal todos estos años, así que preferí irme con él antes que estar en un sitio donde no me quieren- le grite con lágrimas en los ojos, no sabía porque me dolía que hablaran mal de Damián.

-lo siento, no sabía que Yoselin te hubiera tratado mal, pero ahora puedes estar conmigo- no podía pensar con claridad así que salí corriendo y me fui sin decir nada, el no me detuvo sabia que necesitaba tiempo para pensar en todo.

Salí de la casa llorando ya no podía aguantar más ahí dentro, Lucio me vio y se acerco a mi preocupado.

-señorita que le ha pasado?- me dijo acercándose a mí.

-vámonos por favor- le dije y él se monto en el coche.

Me subí en la parte de detrás y nos pusimos en marcha, no dijo nada durante el camino y yo lo agradecí.

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