Secretos de Lobos. romance Capítulo 2

                                                      Narra Karim.

No solo soy el lobo solitario, sino que soy ese lobo alfa que a pesar de su dolor lleva como carga en sus hombros la muy pesada responsabilidad de mantener el orden entre los lobos, (esa es mi labor en este mundo) 

Por momentos quisiera huir, alejarme de todo y ser libre, pero, ¿cómo podría huir de mí?, ya que nací preso de mi propia existencia.

Mirando el horizonte desde la cima de la montaña, un pensamiento entristece más mi abatido corazón, tras recordar a mi hermano, ese que arrancó toda felicidad de mí y a pesar de todo el mal que me echo vivir no puedo odiarlo, quisiera saber, ¿qué lo conllevó a sentir tanto desprecio hacia mí?, pues esa duda no abandona mi mente desde incontables lunas y no he podido verle para preguntarle directamente, quiero que me dé una razón lógica o un por qué, ya que sí su respuesta es por añorar lo que soy o lo que amargamente poseo le diría que es un tonto al creer que disfruto de esto.  

Alcé la cabeza para contemplar el cielo disperso y un fuerte suspiro de cansancio emocional salió de mí. 

Aunque han pasado miles de años para mí, el tiempo no avanza, sigue detenido mientras el mundo a mi alrededor pasa, y todo cambia, no obstante, se siente como si viviera en un bucle infinito, en el tiempo, cada día, lo mismo, sin emociones o algo que me haga ver la vida de manera distinta. Mi existencia es una rutina: trabajar, para aumentar mi vasta riqueza, cumplir con las exigencias y proteger a mi pueblo.

«No debería, pero estoy cansado» pensé en medio de un suspiro.

Entre esa protección entra el deber de hacer que mis súbditos sean seres más fuertes y como no tengo a mi amada Luna, no me queda de otra que buscar la manera de tener un descendiente, pero mi dilema es: que desde que perdía a Mirza, ninguna mujer, ya sea sobrenatural o humana ha despertado interés carnal en mí, (no me atraen en lo absoluto) 

Hace tiempo mi beta y delta, han descubierto la manera de hacerme tener a ese descendiente tan aclamado por mi especie.

Según sus investigaciones, afirman que una humana podría llevar a mi cachorro en su vientre, «aborrezco relativamente a los humanos», pero para cumplir con mi deber de rey debo hacerlo.

Lo único malo de sus planes es que debo desposar a esas humanas que prácticamente sus familias las venden como mercancía de intercambio, puesto que eso crea una alianza entre sus familias y mi supuesta familia, digo supuesta porque no tengo más familia que Kasul, y él no está conmigo.

Hoy Mohamed Mursi: mi beta traerá a otra esposa más para turbar mi vida y es que tal parece que a mi compañero no le basta con saber que por más que hemos buscado a mí no me ha interesado ninguna mujer. 

«¿Qué puede tener esta humana que sea de mi interés?», cuando la única que   ame de verdad y aún lo sigo haciendo, pero que ya no está, y no quiero a nadie más, aunque sé que esa mujer no podrá ocupar su lugar ni en mi cama, pero mucho menos en mi corazón.

Ya ellos han buscado tres esposas para mí y lo único que causan esas mujeres en mí es irritación, ya que son muy ruidosas y discuten todo el tiempo, eso sin contar que no respetan mi privacidad y por ese hecho vivo fuera de mi manada a una distancia prudente en la que puedo venir siempre que quiero. 

Soy un hombre austero que me gusta que todo tenga regla. Mis esposas son insulsas, como animales adiestrados, que parecen ser creadas simplemente para cumplir con obligaciones maritales; sin embargo, para entender que no soy su trofeo o que deben pelear para ganarse mi favor, no muestran ni un ápice de educación.

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