Secretos de Lobos. romance Capítulo 53

                                           Narrador.

Ese aullido que emitió la loba de la ex suegra de Karim, naturalmente despertó a Charlotte, quien, a diferencia de Fátima, Charlotte si levantó la cabeza notando que esa loba blanca con manchas marrones, para nada fea, por el contrario, le pareció muy bonita. La loba la miraba fijamente desde la puerta, y Charlotte, que no conocía la malicia de ella, se levantó tapando su desnudez con una colcha, entrando al guardarropa bajo la atenta mirada de la loba, poniéndose una ropa suficientemente abrigadora con rapidez y cuando salió buscando a la loba que le parecía tierna no la encontró de modo que fue en su búsqueda.

—Loba blanca— nombró con una sonrisa plasmada, observando a todos lados sin encontrarla dentro de la casa y en cuanto avanzó hacia afuera veía que la loba iba perdiéndose en el bosque, pero lejos de su impresión por el animal recordó que podría tratarse de un lobo del cual ella quiere saber, de modo que la siguió suponiendo que esa loba sería la respuesta a ese secreto que esconde Karim.

Tras varios minutos persiguiendo a la loba que no planeaba dañarla ella en sí, sino que su plan era que lo hicieran otros para no tener que enfrentar a su alfa, Charlotte sentía el cansancio de haber caminado sin detenerse. Saima odiaba saber que el recuerdo de su hija podría desaparecer de la memoria de su rey y perdería toda la grandeza y los beneficios que obtiene por ser la madre de su difunta luna; todo eso estaba  en riesgo si esa humana seguía a su lado y peor era que encontrase una forma de mantenerla con vida, de modo que decidió tenderle una trampa, ya que sabía la afición que tiene Charlotte por curiosear detrás de los lobos y como a la manada nunca antes ha llegado un humano sabía que los lobos antiguos no perdonarán su vida en cuanto la huelan llegar.

“No vayas, es una trampa” le habló a Charlotte esa voz que hace días no lo hacía, pero que ahora le advertía.

Ella detuvo sus pasos y la loba, tras darse cuenta de que ella estaba a punto de arrepentirse, aulló, y varios lobos de la manada que estaban en su forma animal también lo hicieron, pero ellos no sabían que la loba estaba conspirando contra la pertenencia de su rey, sino que respondieron con inocencia.

“DETENTE” volvió a decirle esa voz, sin embargo, esta vez Charlotte ni lo pensó, avanzó tras la loba a pesar de estar cansada, adelantó el paso, suponiendo que si el animal no la mordió o se la devoró ya era por qué no lo haría y tenía que comprobar si aquellos lobos son personas que cambian, justo como había investigado.

Charlotte al ver esos parajes de prados verdes, de dos montañas que cubrían ese lugar y el río de agua cristalina que se veía no muy lejos, desde que se salía del bosque de árboles frondosos sintió como un déjà vu, le daba la sensación de que había estado antes allí, «tal vez fue un sueño» se dijo…, mientras un impulso descabellado se despertó en ella, pero se controló, y se dedicó a mirar todo, mostrándose maravillada y encantada con ese lugar: parecía una pequeña ciudad, rodeada de bosque, como si las montañas y esa agua cristalina la resguardasen, y todas esas casas de distintos colores: algunas con fachadas blancas y  con tejados azules, que mágicamente combinaban dándole un toque único y diferente al pueblo y a todo lo que había visto en su vida de modo que sonrió.

—Qué buscas aquí asquerosa rata humana— la sacó de su encanto un hombre con facciones rudas, mostrándose poco amigable y a su lado llegaron más igual a él; hombres fuertes, llenos de músculos, tan altos como Karim.

—Esa humana es del alfa, ¿no sientes el aroma de su esencia en ella? — le advirtió uno que no estaba dispuesto a secundar la locura de esos guerreros.

—Ella no debía conocer la manada, y menos saber de nuestra existencia hay que asesinarla, el alfa lo entenderá— le explicó ese, y varios lobos transformados se pararon a su lado.

—Entonces, ¿usted no es humano?, que me trata con tanto desprecio— le reprocho Charlotte muy molesta.

—¿Quién te ha permitido venir aquí?, no tienes derecho a entrar a nuestra manada— le gritó con desprecio.

—Entonces pónganle un letrero que diga que no se aceptan forasteros—, ella alzó las cejas y se cruzó de brazos mientras bailaba un pie mostrando soberbia, pues tampoco se dejaría pisotear por esas personas así sean mágicas. Se permitió mirarlo detenidamente notando que estas personas parecían vivir lejos de la tradición, visten distinto, pudo visualizar varias mujeres que mostraban piel, justo o más que ella cuando vivía en Filadelfia.

—Te arrancaré la lengua antes de matarte por insolente y creída basura humana—, el hombre dejó salir a su lobo en una bruma marrón y un enorme lobo con las fauces llenas de espumas mostraba sus colmillos bien afilados mientras le gruñía con plan de atacar y en cuanto se fue encima de Charlotte, tirando a su cabeza, ella se cubrió la cara con las dos manos tras verse atacada, esa fue su defensa, no podría hacer nada más que eso y cerrar los ojos esperando la mordida que no llegó por qué Ardat le dio una bofetada que lo mandó a volar chocando contra un árbol. Puesto que había entrado a la manada detrás de ella, ya que la loba bajo las barreras para poder permitir que Charlotte pasará y olvidó que también eso les daba pasos a los enemigos de aprovechar el descuido.

Varios lobos rodearon al vampiro, ahora sintiéndose amenazados por él, lo identificaron por su fuerte olor sabiendo que no se trataba de cualquier vampiro, sino de un príncipe.

—Debes mantenerte detrás de mí — habló Ardat y Charlotte, que aún seguía con los ojos cerrados, abrió uno mirando que se trataba del mismo hombre del bosque.

—Ah, ¿no eras producto de mi imaginación?, parece que eres mi guardián o hada madrina— el vampiro quiso reclamarle que él es un príncipe, no el guardián o hada de nadie, y más por qué las hadas le parecían patéticas, pero la risa no lo dejó — patéale el trasero peludo a ese que amenazó con quitar mi lengua—, le pidió ella a Ardat que no podía dejar de reír aun teniendo la amenaza de una manada completa que no lo dejara salir de ese lugar con su cabeza pegada a su cuerpo.

(…)

Efectivamente, cuando Karim llegó a la residencia de su suegro, se trataban de los empleados de Rafig y el mismo susodicho que estaban forzando para entrar a la casa de Ashk. En cuanto Rafig lo vio llegar, ordenó a sus hombres apuntarles a Karim y a sus acompañantes con sus armas de fuego.

—Ha hecho bien esa puta americana su trabajo que vienes aquí, dispuesto a defender a su familia sin importar que yo hoy te asesine Karim Rashid— gritó el viejo con sed de venganza, estaba dispuesto a todo y había pagado una enorme suma a la policía de ese lugar para que no se metiera en esa disputa de familias.

—Rafig, por lo que antes nos unía y por qué sé que estás sufriendo y el dolor no es buen consejero, te dejaré ir, vete ahora que te doy la oportunidad de hacerlo—, Rafig se echó a reír de manera burlona tomando a chiste las palabras de advertencias de Karim.

—Hoy haré que mi hija obtenga justicia, ya que viniste aquí, debes pagar por haberla humillado al despreciarla como mujer o es que piensas que ella no nos contó acerca de que al gran Karim Rashid no le gustan las mujeres o tal vez es impotente, por el hecho de que durante años no la tocaste ni a las otras dos. —Karim se rió ladino recordando la última vez que Shacia le dijo que ella nunca hablaría de algo parecido con nadie.

«Vil embustera»

—Te dices y te contradices, acabas de decir que la americana me ha hecho bien el trabajo y ahora desconfía de mi hombría, pero poco me importa lo que un pobre diablo como tú tenga para decir, solo confórmate con saber que tu hija, nunca fue mujer que me provocará deseo algunos, el simple hecho de ser la hija de un hombre tan asqueroso como tú, mataba mi interés—, tras escuchar a Karim, Rafig rabió y fue tanta la ofensa que sintió que jaló del gatillo de su pistola disparando a quema ropa en el pecho de Karim, a quien lo hirió; le causó dolor e incluso lo hizo sangrar manchando su camisa, pero lo que dejó a Rafig y a sus hombres boquiabiertos fue que un hombre común residiendo un disparo así de cerca habría caído de una vez y Karim siguió mirando a Rafig con la misma soberbia sin mostrar un ápice de dolor.

#Quítenles esas mierdas a estos humanos# pidió mediante el link y sus lobos y beta fueron tan rápidos en desarmar a cada hombre que ellos siguieron atónitos, antes de que Mohamed los golpeara tras las nucas, haciendo que se desmayasen, sin causar las muertes de ninguno, puesto que no quieren mancharse las manos con humanos y menos donde pueden ser vistos.

#Alfa esa bala sigue dentro de su pecho# le hablo Mohamed mostrando preocupación por qué la piel de Karim se regenera con ella dentro.

#Eso no me va a lastimar y lo sabe, ya en casa la sacaré, ahora pongamos orden#

Rafig tras verse desarmado y sin ningún hombre de su apoyo disponible, se sintió sin valor alguno, las rodillas empezaron a temblar le y más cuando Karim lo tomó de la solapa de su chaqueta, casi levantándolo del suelo en que pisaba, como si se tratara de un muñeco de trapo.

—Parece que no escuchaste mi advertencia, eres terco y no sé por qué ahora te nace este deseo de ser buen padre y esposo, si cuando tenías toda la posibilidad de serlo no lo fuiste, te interesó más el dinero que otra cosa y a pesar de este teatro todavía sigo viendo que a ti eso es lo que te duele, el poder y la riqueza que ahora no podrás tener sin mi apoyo económico, me das lástima por qué te dejaré vivir viendo como todo lo que ama empezando por tu empresa, la pierdes y encima no podrás limpiar ni tus propios desechos, serás un parásito—, las manos de Karim pasaron de la solapa de la chaqueta a los hombros del hombre mayor y fue tanta la presión que le hizo con sus dedos que desencajó sus hombros dejando a Rafig con los ojos más abiertos de la cuenta, era demasiada la fuerza que Karim había hecho sobre el que lo hizo llorar de dolor.

Cuando Karim lo soltó, los brazos de Rafig quedaron sin movilidad y por más que trató de moverlo no podía, lo único que sentía era dolor.

—¡¿Qué me has hecho?! —preguntó Rafig aterrado.

—Con tu edad, ya no volverás a mover los brazos jamás, te advertí Rafig que era mejor tenerme de amigo que de enemigo—, Karim fingió darle un abrazo a su ex suegro y aunque odiaba la idea de la cercanía, lo hizo para disimular, pero mediante ese abrazo ejerció menos de la mitad de la fuerza que posee doblando el débil cuerpo del hombre hasta que su columna sonó quebrada y cuando lo soltó Rafig perdió la estabilidad cayendo de bruces al suelo, puesto que como le prometió ahora ya no podrá tan siquiera alimentarse a sí mismo y menos mantenerse de pie quedando totalmente inservible.

—Mohamed lleven a este hombre a su casa, sean amables con él— dijo mirándolo desde su altura y Rafig estaba sin palabras.

—Ya he perdido demasiado Karim, espero perdone mi ofensa, no me arrebate mi legado, deja que los hijos que me quedan puedan tener una vida digna, hazlo por Shacia, ella te amaba. Todo lo que hizo fue por obtener un poco de tu atención — gritó aún en medio del dolor a medida que era levantado por los lobos y Karim no dijo nada, solo se mostró arrogante, con la actitud de rey que posee y miró hacia la casa de Ash, hasta donde camino, al llegar tocó y en cuanto Ashk asustado abrió soltó un suspiro de alivio.

—Sé que no debo llamarle para que solucione mis dificultades, pero es que no soy un hombre problemas, solo quiero que mi familia esté a salvo y sin inconvenientes— el hombre habló tan rápido dejando ver su nerviosismo.

—Hizo bien en llamar, ahora que veo que se encuentran mejor, debo regresar— se despidió el de su suegro, quien se mostraba apenado por no poder hacerle frente a su propio problema, teniendo la necesidad de que su yerno le ayudará con eso.

#Karim algo está fuera de control en la manada# le advirtió su lobo, ya que su poder se une a esa tierra y no necesita estar directamente allí para saber que no está la serenidad acostumbrada.

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