Secretos de Lobos. romance Capítulo 61

Narra Charlotte.

Tenía muchas dudas de todo esto tan nuevo para mí, que aún no asimilo y esta muchachita tan parlanchina me aclaró todo, y me parece fascinante a la vez que me pude dar cuenta de que Karim no la lleva para nada fácil. No es que he dejado de sentirme muy molesta, pero ahora entiendo el porqué de su comportamiento y sus acciones.

—El alfa cazará una buena presa en su honor para que lo perdone— me dijo sonriendo pícara.

—Si no me trae un zorro de nueve colas no lo perdonaré— ella abrió los ojos como plato.

—¡Eso es imposible! — exclamó, pero luego su semblante pasó de asombro a preocupación, como cuando sabes que estás en peligro y en una luz azul electro dejo salir una loba gris con un mechón demasiado hermoso y se puso delante de mí gruñendo a un hombre que parecía venir hacia nosotras, y yo diciendo que ella no podría defenderme.

—Cachorra, no soy tan estúpido para lastimar a la humana del alfa, solo venía a conversar con ella— habló ese hombre que se ve joven, pero algo en sus ojos me deja ver que no lo es y no sé por qué puedo notarlo. Pues, ¿cómo se descubre que alguien es antiguo a través de la mirada?

—No tengo nada que conversar con personas desconocidas, por favor vallase— dije conteniendo las ganas de hablarle a mi manera, pero no le sumaré más problemas a Karim.

—Bien, me retiro— manifestó él mirando con recelo a la loba que parecía aterrarle.

Ella se acercó a mí y no pude evitar acariciar su lomo, es bastante suave y hermosa.

—¿Cómo te llamas parlanchina?, hemos hablado tanto que no me has dicho tu nombre— pregunté esperando que igual pudiera responderme por qué me imagino que habla, pero no decía nada, solo ronroneaba y empezó a tirar con su diente, pero sin romperla la tela de mi chaqueta.

—¿Quieres que te siga? – le pregunté y movió su cabeza haciéndome entender que sí, y luego de que caminamos varias cuadras, llegamos a una casa hermosa, es bastante humilde, pero parece de ensueño.

Este lugar es grande, tiene de todo.

Siguiéndola entre a la que parece su casa y me guio hasta su habitación donde quedó totalmente desnuda.

—No puedo hablar con usted mientras estoy transformada, solo lo puedo hacer con ese señor.

—¿El beta Mohamed? — asintió y me reí por qué me parece divertido que el señor aburrimiento tenga que esperar unos años y más, según me comentó ella, que le está dando un castigo.

—Mi nombre es Rocío. En realidad, pudiéramos andar desnudos, es normal que luego de una transformación así de repentina quedemos sin nada sobre nuestros cuerpos, es parte de nuestra naturaleza y para nosotros no es alarmante, pero no quiero que todos conozcan mi figura así no más

—Al fin alguien aquí con nombre normal, — ella se echó a reír junto conmigo, — y ya deja de hablarme de usted, dime Charlotte, nada más.

Narra Karim.

A pesar de saber que dejé a Charlotte en muy buena compañía, estaba preocupado, estaba caminando ahora transformado al lado de mi beta, pero no tenía la atención en nada.

#Alfa puedo percibir su preocupación# me habla Mohamed por nuestra conexión.

#Sabes que Charlotte es muy inquieta, aunque le expliqué a Rocío, temo que la pueda engañar# le respondí teniendo en cuenta que si con las habilidades que poseo ella a mí me ha burlado varias veces, a Rocío podría hacerle igual

#Ella es mi mate, pero apenas es una cachorra, no ha sido bueno dejarla bajo su cargo, recuerde que los antiguos son muy fuertes#

#Mohamed. Rocío es especial, te puede sorprender, si de tantos lobos bajo mi cargo la he utilizado a ella no es por gusto, esa cachorra es mucho mejor que dos alfas normales y aparte de eso deje a varios guerreros pendientes, pero confió en ella# le respondí y él aulló de pura alegría.

#Pues, Alfa, vamos a cazar un buen ciervo para que Charlotte lo perdone# bromeó el muy desgraciado y junto a su lobo se rieron, son tal para cual la diosa luna no se equivocó con esos dos.

#Ni con nosotros# me dice Zilo.

Seguimos caminando y la nieve es espesa y pesada, cubre el suelo 1 cm y la niebla serpenteaba por el bosque como si estuviera viva; amortiguada los sonidos y adormecida los sentidos, pero yo agudizaba más mi oído lobuno.

Entonces unos latidos mucho más lentos que los de nuestros corazones se escucharon y corrimos detrás de nuestra presa sintiendo el aire frío abrirse pasó entre nuestros pelajes y esto es lo más gratificante de ser lobo. En el momento que corro a esta velocidad me siento libre y suelo olvidar todos mis tormentos.

Cuando logré llegar con pasos sigilosos al lado de mi presa, Zilo no dudó en morder el pescuezo del ciervo.

—¿Cómo te atreves a asesinar a mis animales lobo? — me gritó una bruja ancestral. Y me detuve no por temor, sino por qué la creía extintas.

— Me miras como si no creyeras que hablo contigo, rey lobo, — volvió a decir sonriendo con altivez y regrese a mi forma humana, sintiendo como Mohamed a mi espalda también lo hacía.

—Ha estado vigilándome, todo esto no es casualidad, — le dije desconfiado y ella asintió, pero lo más extraño es que al poner la mano en la tierra no me la mostró.

—No eres bruja, eres la diosa luna— afirme muy irritado y como apareció desapareció, entonces deje salir a Zilo por qué mi primer instinto fue ir con Charlotte y tras no encontrarla donde la dejé con Rocío, mi desesperación aumentó, mientras fui rastreando su aroma, irrumpiendo por primera vez en la casa de alguien sin haberme anunciado o pedir permiso.

—¿Karim qué haces desnudo? — dijo ella en cuanto me vio y no pude responder más que abrazarla.

—No te alejes de mí nunca, no quiero que ella te aparte de mí.

—Me explotarás lobo— me dijo con la voz ahogada, entonces fui consciente de que estaba ejerciendo demasiada fuerza.

—¿Por qué te notas preocupado? — me preguntó luego que me apartara y viéndola distinta como más comprensiva y calmada, se esforzó en alcanzar mi rostro, acunandolo con ambas manos, un gesto que me hizo sentir completo, en casa, seguro y cualquier vacío que antes sentía mágicamente me di cuenta que ya no estoy hueco.

—Ella no aparece a menos que sea a cambiar las cosas, y las veces que lo ha hecho solo he sufrido y perdido todo lo que amo—, ella sonrió como si tomara mis palabras a broma.

—No sé dé quién me hablas, pero si me amas, lo demás no me importa— me dejó pasmado cuando se guindó de mi cuello y me besó como nunca lo había hecho, y aunque estamos invadiendo una propiedad privada, le devolví el beso de igual manera, cargándola y afianzando mi mano a su nuca para profundizar ese beso.

—Los dejaré solo— Charlotte se apartó cuando escuchó la voz de Rocío que seguía mirándonos con mejillas sonrojadas, entonces al estar más tranquilo me di cuenta de que estábamos dando un espectáculo. «¡Pobre cachorrita!»

—Lo siento Roci, juro que no volverá a suceder, solo es que me emocioné— le dijo Charlotte con el rostro tan rojo como el de la pequeña que aún no dejaba de reír con la mano puesta en sus ojos, pero igual miraba por las aperturas de sus dedos.

—No pasa nada, veo novelas y pasan estas cosas, además es cuestión de años para recibir un beso, de ese modo—, me alejé un poco cubriendo con Charlotte parte de mi cuerpo que sé que Rocío no ha visto y eso me alivia porque si no Mohamed me arranca la cabeza.

—Vámonos— pedí a Charlotte, quien entendió mi petición y mientras yo retrocedía los pasos ella avanzaba los mismos para poder seguir cubriendo un poco, entonces cuando llegó a la puerta cerró a su espalda.

—Rocío, cuando salga de aquí, vuelves a la plaza, desde ahora eres la protectora de Charlotte— hablé sabiendo que ella podía escucharme y la oí celebrar.

Su familia igual me miró con adoración, en realidad aquí no le ponen importancia a la desnudez y mucho menos a la mía.

—Vuelva siempre que quiera señora y mi rey— me dijo el padre de Rocío con mucha educación y haciéndonos una reverencia a Charlotte y a mí.

—Gracias, y me disculpo por mi falta, mandaré a poner una mejor puerta—, señalé la puerta que tiré y él sonrió negando con las manos.

—Ya estaba algo dañada, solo la cambiaré mi rey, esta es su casa, el que usted venga ya es mucho pedir—, me aclaró la loba agarrando el brazo de su marido con mucho cariño.

—Sí que volveré y ustedes también pueden venir a mi palacio.

En cuanto salimos me aparté lo suficiente de Charlotte y en una bruma negra deje salir a Zilo y ella al verlo brinco como niña pequeña.

—Esta vez no vas a desaparecer y me subiré a tu lomo— sentenció y Zilo está feliz, aunque a mí no me parece buena idea, se podría caer, y no estoy por probar suerte, menos con ella.

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