Secretos de Lobos. romance Capítulo 68

Narra Karim.

No puedo creer que mi más grande terror ya se ha hecho realidad, y aunque sabía que en cualquier momento Charlotte iba a quedar embarazada, no me esperaba que fuera tan rápido.

#Olvidaste que nuestro gen de lobo es demasiado fuerte, incluso creí que estaría embarazada desde hace tiempo# me aclara Zilo mientras voy a pasos agigantados por el pasillo que da a la recámara de Moira.

#No lo he olvidado Zilo, pero esperaba a esta fecha tener una esperanza o al menos una solución# le respondí desanimado.

# No creo que nuestra solución sea, Moira, esa bruja le gusta demasiado el poder# me advierte mientras gruñe, negado a que continúe avanzando, pero es eso o nada, ya que no veo posibilidad.

# Sabes que estoy  recurriendo a ella como última opción, si fuera por mí ni le dijera# le respondo antes de dejar dos toques sobre la puerta del dormitorio que ocupa Moira.

—Te esperaba, pero no tan pronto— dice coqueta, seguido abre la puerta y no pasa mucho cuando arruga la nariz— uf, apestas a sexo.

—Moira,  no vine aquí a buscar lo que tengo en mi cama, así que olvida que algo pueda suceder entre nosotros dos,  ya eso fue pasado— le aclaré al mismo tiempo que nos señalaba a ambos.

—¿Entonces a qué has venido, si no es para follar conmigo?—, se le nota molesta y rehizo el nudo de su albornoz, que no me di cuenta cuando   lo había quitado para mostrarme su cuerpo a través de su camisón transparente.

—Necesito que salves a Charlotte, ella está embarazada y sabes bien que significa si tiene a mi hijo, hay que actuar ahora que apenas empieza su embarazo — le dije con desesperación y ella mostró una sonrisa ladina.

— Ya veo, te lo tenías muy callado, pero esa era tu ventaja con la humana y nadie lo pudo deducir; un descendiente qué hará a tu especie la más poderosa del mundo, sabes que si esta noticia se esparce la cabeza de Charlotte será el blanco de todos.

Si fuera una persona normal no me daría cuenta de que ella habla maravillada y me aterra que utilice esta información a su favor.

—Si alguien fuera de esta manada se entera,  la cabeza, que será  el blanco para mí, será la tuya y sabes que no me temblará el pulso para arrancarla, ¿Verdad?— ella asintió, con rapidez y levantó las manos.

—¿No te han dicho antes que eres un hombre muy violento y aterrador cuando te lo propones?

—Responde,  ¿si puedes o no salvar a Charlotte?— pregunté con voz autoritaria.

—Puedo salvarla, pero…, — alargó ese, "pero" …., dejándome intrigado.

—¿Pero qué? —,  le exigí en un grito. Pues de por sí poseo poca paciencia y ahora que ella quiera jugar conmigo me desespera.

—Debe morir el niño, sabes que una humana no puede tener un hijo de un ser sobrenatural, — me mira directo como esperando mi respuesta, — piense alfa, quiere asesinar a su hijo o a esa mujer, de usted depende.

Pensé que era fácil, solo debo elegirla a ella, pero es duro pensarlo que aceptarlo, tantos años ansiando tener a un cachorro como para ahora que Charlotte, la mujer que me volvió hacer sentir vivo; lo lleva dentro de su vientre, sería mi más grande dicha poder tener un hijo con ella, sin embargo, para tener esa dicha de ser padre ella debe perder su vida y tampoco quiero quedarme sin ella. Más desorientado de cómo llegué a la recámara en la que se queda Moira salí, sin poder dar esa respuesta, no es como solo elegir la mejor manzana, se trata de renunciar a la mujer que amo o a  mi hijo, que aunque no lo he visto, al menos ya sentí su aroma mezclado con el de su madre y escuché los latidos de su corazón.

No tenía el valor de volver a la habitación, yo que nada me detiene, ahora siento temor a decirle a la mujer que amo que será madre y que debo elegir entre ella y mi hijo sabiendo claramente que ella nunca dejará que elija. Pues conociendo a Charlotte, sé que me reclamará y me dirá que esta es una decisión que le toca a ella tomar y no a mí y me aterra conocer con anticipación cuál será su decisión.

—¿Alfa que le afecta?— me pregunta Mohamed que estaba esperándome en el estudio y al verme llegar no pasó por alto mi preocupación, parece que se refleja demasiado en mi cara.

—Ha sucedido lo que tanto me  temía, y lo que al principio tanto deseábamos: resulta que Charlotte está embarazada y sabes bien lo que significa eso, ¿Verdad?—,  él se pasó la mano por el cabello y no dijo nada durante unos segundos.

—¿Y qué haremos? — Lo que antes era una alegría para todos, ahora se volvió preocupación, al menos para mí.

— Moira dice tener una solución y esa solución es provocarle un aborto a Charlotte o dejar que tenga el niño, pues, naturalmente, morirá—, él se quedó en silencio mientras yo no podía dejar de caminar de un lado a otro.

— Si eliges salvarla sabe que es cuestión de tiempo para que la especie se revele, todos reconocen que debes ser feliz, pero Charlotte no es la luna de esta manada y siendo realista ella nunca será una loba, es decir que en cualquier momento de la vida,  Charlotte va a morir, es natural en los humanos.

—¿Eres  mi amigo o mi enemigo?— le reclamé con enfado dejando ver mis  colmillos. Era la primera vez que yo miraba a mi beta con ganas de tratarlo como a un contrincante y no como a mi mejor amigo.

—Alfa, aparte de ser el rey de mi manada a quién respeto y admiro eres mi amigo y por eso te hablo con la verdad y sin evasivas, ni engaños, yo más que nadie quiero que seas feliz y que Charlotte esté a tu lado para toda la vida, pero seamos realista, Charlotte no va a vivir por mucho tiempo; subida de humana lo más que puede subsistir son unos 60, 70 años máximo y para nosotros eso es un tiempo demasiado corto. Y si algunos de sus súbditos se entera de que ella está embarazada y que usted está eligiendo no tener un descendiente para tenerla ella a su lado durante un período muy corto, lo verán como un acto egoísta de su parte y van a querer acabar con la vida de Charlotte, aunque eso signifique que usted deba matarlo a ellos, debilidad que las otras especies van a aprovechar. Se armará un río de sangre que llevara su nombre y no creo que quieras que eso suceda— me explicaba y estoy muy consciente de todo lo que él me dice, pero ¿cuál es mi salida?,  ¿qué debo hacer?

—Mohamed—, le eché el brazo rodeando sus hombros y lo miré de reojo — según tú qué debo hacer, ¿Dejar morir a Charlotte?

—No lo he dicho con exactitud, pero puede arriesgarse y marcarla, tal vez ella soporte la transición, y más ahora que está embarazada—, me propone un plan suicida y un gruñido de Zilo se hizo presente.

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