El rostro de Marcus enrojeció al instante en que escuchó las palabras de su padre.
—¿Qué dices? ¿Yo? ¿Enamorado? —negó con rapidez, hasta recordar que eso formaba parte de su plan—. ¡Oh, sí! ¿por qué me casaría con Evana si no la amara, padre? Ha sido un amor a primera vista, ha sido un amor de locura, pero, así es el amor, ¿No?
El viejo Andrés caminó de un lado a otro, pensativo.
—Supongo que, Evana y Álvaro son pasado, ahora él tiene a su nueva esposa, todo lo que hubo en ellos ha acabado, no es fácil estar con una mujer que ha sido de otro, hijo.
—No me importa, no cuando ese no ha sido un buen hombre.
—¿Por qué hablas así de Álvaro? ¿Acaso olvidas que es tu sobrino, hijo de tu único hermano que Dios guarde en la gloria?
Marcus tuvo que tragar sus palabras.
—Lo sé, solo que, Álvaro no amó a Evana, solo la lastimó, no vamos a cegarnos sobre él y Nicol, eso es el pasado, ahora Evana es mía, y él puede seguir con su familia feliz. Supongo que ahora que has entendido mi punto, ¿Puedes pensar que me he convertido en el hombre que tanto anhelabas para ser presidente de la Empresa Ford?
Andrés le miró con ojos severos.
—Eso lo sabré, cuando hable con Evana Ford, hazla pasar.
Marcus se quedó perplejo, no podía creer que su padre pidiera algo así.
—¿Para qué…? Evana es sensible, padre, no quiero que la trates mal…
—Ahora es mi nuera, ¿Es así? —él asintió—. Bueno, entonces, debe soportar, si te ama tanto como tú, no dudará enfrentar todo por tu amor.
Marcus asintió.
Evana miró a ese hombre ante ella, intentó alejarse, pero sintió como él tomaba sus brazos, acercándola a él con fuerzas, la miró con ojos cubiertos de rencor, el mismo rencor que ella sentía.
—¿Qué has hecho? ¡¿Te has casado con mi tío como si fueras una… zorra?!
Ella intentó retroceder, pero él era fuerte.
—¡Aléjate! No te metas en mi vida, estoy con tu tío, ¿Y qué? ¡esto no tiene nada que ver contigo!
Los ojos de Álvaro le miraron enfurecidos.
—¿Crees que no puedo leer lo que haces? ¿Buscas venganza, pequeña Evana? ¡Eres idiota! ¿Crees que lograrás dañarme? —él esbozó una risa tétrica, que ella detestó—. Eres una pobre mujer, y yo soy poderoso, ¡Pronto seré el presidente de la Empresa Ford! ¿Y tú? ¡Oh, cariño! Serás la esposa de mi segundón, un hombre a mi sombra.
Evana sonrió casi cruel.
—¡Pobrecito, Álvaro! ¿De verdad has visto muchas películas? Tú narcicismo no te deja ver más allá de tu nariz. Tú no eres ni la mitad del hombre que es Marcus, te supera en todo, en la inteligencia, en lo atractivo, ¡Y en la cama!
Álvaro soltó a la mujer, la miró con profundo odio, alzó la mano, estaba por golpearla, ella cerró los ojos asustada, Álvaro sintió una mano fuerte que lo detuvo.
—¡No te atrevas a tocar a mi esposa, otra vez, o juro que te mataré!
Álvaro encontró a su tío detrás, nunca sintió tanto miedo, los ojos de Marcus eran feroces, su brazo dolía de tan fuerte agarre.
—Ella… ¿No lo entiendes, tío? ¡Está mujer juega contigo, como jugo conmigo! ¡Ella quiere separar a la familia!
—¡Deja de decir estupideces! Evana es mi esposa, la respetarás, por las buenas o por las malas, dime, ahora, ¿Cómo quieres aprender a respetarla? ¡Te enseñaré!
Marcus soltó a Álvaro y lo empujó hasta hacerlo retroceder, el hombre se volvió tan pequeño ante la fortaleza de Marcus, que Evana no reconoció a Álvaro, lejos había quedado el hombre violento, porque ante un hombre de verdad, se volvió un bebé llorón.
—¡Tío, por favor!
—¡No lastimes a mi hijo! —exclamó Stella enfrentándose a Marcus.
—¿Marcus perdiste la cabeza? —exclamó Fátima, quien miró a Evana con rabia—. ¿Estás feliz, mujer?
—Un poco —aseveró Evana con una sonrisa, dejando a las mujeres con un palmo de narices
—Evana Ford —la voz de Andrés Ford los sorprendió, ella miró al hombre—. Debemos hablar, sígueme.
Álvaro sintió terror, pensó que, si esa mujer confesaba sobre que él la atacó, estaría acabado.
Evana entró a la oficina, tomó asiento frente a Andrés Ford.
—Eres una calamidad para la familia, Evana, ¿Estás orgullosa de serlo?
Ella alzó la barbilla, las palabras de Andrés Ford dolían, pero estaba cansada de agachar su cabeza.
—Solo me enorgullece una cosa, señor Ford; ser la esposa de Marcus.
Andrés la miró con ojos grandes.
—Hace poco eras la mujer de Álvaro, ahora eres esposa de Marcus, ¡Esto es vergonzoso!
—¿Por qué? Su nieto consentido fue quien me dejó, mientras se revolcaba con su querida nueva nieta Nicol Gate en mi propia cama, ¿Quiere seguir hablando de cosas vergonzosas?
Los ojos de Andrés se abrieron grandes, no podía creerlo.
—¡Mientes!
—No lo hago, hablo de frente, hablé con su nieto, él me clavó un cuchillo para callar mi voz, estuve al borde de la muerte, y si me arrepiento de algo, es de no haberlo denunciado.
—Con esa zorra, nunca seré feliz.
—¡Basta! Él se ha enamorado.
Los ojos de Fátima se abrieron incrédulos.
—¡Mentiras! Solo es un capricho.
—Será lo que quieras, mujer, pero te diré algo, no estoy dispuesto a perder otro hijo por no aceptar su felicidad, no perderé a Marcus como perdí a Ismael.
Andrés Ford entró al salón de la mano de Fátima, pidió un momento para hablar con los invitados.
—Quiero decir unas palabras, la familia Ford está feliz de ver a sus integrantes dichosos, hoy, además de festejar la boda de nuestro amado nieto, también nos complacemos en informar que mi hijo Marcus, mi orgullo, se ha casado con Evana Ford en una ceremonia íntima, brindo por ellos, porque sean felices, y pronto hagan esta pequeña familia crecer.
Marcus sonrió, levantó su copa.
La música resonó, Andrés se acercó a ellos.
—Bailen, por favor.
Marcus tomó la mano de Evana, uniéndose a la pista de baile con las demás parejas.
Álvaro tenía rostro de funeral, su quijada tan apartada bailando con Nicol.
—¡Es una mujerzuela! Corrió a los brazos de tu tío, ¿O quizas ya estaba en sus brazos desde antes?
Las palabras de Nicol eran como puñaladas en su piel.
—¡Cállate! —exclamó rabioso.
Evana no pudo evitar mirar a Álvaro, ella ni siquiera tuvo un baile de bodas, se conformó con las migajas del amor que él le dio.
—¿Estás mirándolo? ¿Acaso quieres ser descubierta como una mujer despechada?
Evana miró a Marcus, no quería eso.
—No…
—Finge, Evana, sonríe para mí, ante el mundo eres mi esposa, estamos locos de amor, debemos demostrarlo.
Evana sintió que estaban muy cerca, podía sentir su cálido aliento, su mirada era intensa, de pronto, fue atrapada por una vorágine de atracción irresistible, Marcus era un imán, ella no pudo escapar, estaban a punto de sucumbir ante un beso de deseo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Soy la esposa del tío de mi ex
Buenas tardes: espero esten bien, cuando suben mas capitulos......