Marcus y Evana miraron a la mujer con estupor, Marcus tomó la mano de Evana, no quería soltarla.
—Síguenos, Frida.
La mujer obedeció. Evana sentía que era llevada por Marcus de forma automática, su corazón latía de forma bestial, no era consciente de lo que pasaba, era como si su mente estuviera en un estado de shock del que ya no se podía recuperar.
Pronto entraron a un salón, Marcus miró a la mujer y al niño de por lo menos tres años que cargaba en brazos.
—¿Qué estás diciendo, Frida? No entiendo, ¿Por qué regresaste? ¿Qué es lo que pretendes?
—Marcus, este niño es tu hijo, lamento haberlo dicho tan tarde.
Evana arrugó el gesto, estaba tan impactada, que se quedó muda, no podía decir ninguna sola palabra sin que algo doliera en su cuerpo.
Marcus respiró profundo, era como si le lanzaran un golpe en la cara que ni siquiera podía responder, no era que injusto, pero era algo inesperado, y realmente, era algo que no quería, porque temía perder a Evana, cuando más la amaba, la idea vino a su mente como un flash sorpresivo que lo hizo titubear.
—No entiendo. Frida, ¿Por qué hasta ahora? Si es verdad, ¿Por qué venir hoy y hacer toda esta escena?
—No quería molestarte, solo quería darte la sorpresa —dijo la mujer
—¿Sorpresa? Esto parece ser una pesadilla lanzada con alevosía y ventaja —sentenció
—¿Eso es tu hijo en tu vida? ¿Una pesadilla?
—¿Y por qué no me lo dijiste desde que supiste que lo esperabas? ¿Por qué esperar tres años? ¡Maldita sea!
La mujer retrocedió, abrazó con más fuerza al pequeño niño entre sus brazos, mientras sus ojos se volvían llorosos.
—¡Nunca pensé que serías tan cruel!
—¿Cruel? Me has estado ocultando un hijo, ¿Cómo debería reaccionar? Mejor aún, ¿Por qué debería creerte?
—¡Porque es verdad! ¿Acaso no ves que es idéntico a ti? ¿o NO lo crees tú, mujer? Por cierto, ¿Quién es ella? ¿Tu nueva novia?
—¡Ella es mi esposa!
Frida no lo esperaba, abrió ojos tan grandes que casi salían de sus cuencas, dio un traspié, sus ojos se volvieron muy llorosos.
—¡No lo sabía…! De haberlo sabido, nunca hubiese vuelto… —aseveró la mujer.
La puerta se abrió y Fátima entró
—¿Qué es lo que está sucediendo? La gente pregunta por ustedes, Marcus. ¿Qué haces aquí, Frida? Despues de tanto tiempo, ¿Y ese niño? ¿Qué está pasando? —insistió
Las lágrimas rodaron por el rostro de Frida y miró a la mujer.
—Este niño es… ¡Es su nieto!
Fátima se quedó perpleja, mirando a Marcus y Evana con estupor
—¿Qué?
Dante Swift miraba a Jonathan con duda
—¿De que hablas? Creo que no te entiendo.
—No te quieras hacer el listo conmigo, sé que lo que le propusiste a mi esposa, pero no lo olvides, Sabrina es mía, es mi mujer, espera un bebé mío, no voy a darle el divorcio, no te quedarás con ella.
Dante le miraba cada vez con más intriga, llegó a pensar que ese hombre era un loco de celos.
Sabrina los observó y se asustó, con rapidez llegó hasta ellos.
Fátima admiró su rostro, estaba tan desconcertada, luego sonrió con ternura
—¡Es…! ¡Es tu hijo, Marcus! Es idéntico a como era tu hermano Ismael de pequeño, ¡Es tan parecido que es como si el tiempo regresara en mis memorias!
Marcus se puso tenso.
Evana bajó la mirada, pensó en su bebé que había muerto, ahora estaría a su lado, pero ella no tenía ningún hijo, y tampoco estaba embarazada de Marcus, Ahora sabía que no podría ser la madre del primer hijo de su esposo.
Se sintió destrozada.
Evana salió a toda prisa, Marcus inventó ir tras Evana, pero Fátima lo detuvo.
—¡Marcus! ¿No cargarás a tu hijo ni una sola ve entre tus brazos?
Marcus se detuvo, miró al pequeño en los brazos de su madre, con la mirada adormilada, era un niño tierno.
Tragó saliva.
—Quiero una prueba de paternidad ya mismo, Frida, solo cuando la tenga en mis manos y sea positiva, diré que ese niño es mi hijo y lo trataré como tal, mientras tanto, no esperes nada de mí —sentenció Marcus con rabia.
La mujer le miró con ojos llenos de lágrimas
—Sé que te traicioné, perdóname, te dejé en tu peor momento, es que, estaba tan enojada porque sentí que arruinabas nuestro futuro cuando decidiste renunciar a todo, actúe como una caprichosa, y cuando supe de nuestro bebé, no quise decirte, porque pensé que no querrías darle la vida que merecía, perdóname, me he equivocado tanto.
—¡Marcus! ¿Cómo puedes dudar de Frida? ¿Acaso nov es que este niño es la viva imagen de tu hermano muerto?
Marcus hundió la mirada, luego negó, él no podía creerlo, aunque estaba consciente de que cuando estuvo con Frida no se cuidaban, estaban a punto de casarse, así que no consideraba que fuera algo importante, pues esperaba tener hijos con ella.
—Mi última palabra es que quiero la prueba de paternidad, por las buenas o por las malas —sentenció.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Soy la esposa del tío de mi ex
Buenas tardes: espero esten bien, cuando suben mas capitulos......