Soy la esposa del tío de mi ex romance Capítulo 79

Fátima corrió a la habitación, escondió el candelabro de pilar en su cajón, tenía mucho miedo, luego escuchó el grito de la empleada.

Fátima limpió sus lágrimas y al salir, lanzó un grito, fingiendo estupor.

—¡Andrés! ¡Dios mío! ¿Qué fue lo que pasó? —exclamó y bajó las escaleras.

La empleada ya llamaba a la ambulancia,

—No lo mueva, señora, ya viene la ambulancia.

Fátima asintió, asustada.

Pronto llegó la ambulancia, ella notó como Andrés se quejaba por el dolor, tuvo miedo, pudo ver cuando lo cargaron y lo subieron en la camilla, el hombre tenía ojos muy abiertos, la miraba entre la confusión y el dolor.

Fátima dijo que no iría con ellos, que los alcanzaría, luego llamó a Marcus.

En el hospital.

Marcus, Evana, Sabrina y Jonathan llegaron casi corriendo.

—¡¿Cómo está mi padre?!

—Está… ¡están atendiéndolos! —balbuceó

—¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo se cayó?

—No lo sé, Sabrina, de pronto, escuché a la empleada gritar, él estaba en el suelo, fue horrible, había sangre, creí que moriría, no puedo soportar si algo malo le pasa.

La mujer lloraba, incluso Evana que era más dura, sintió pesar por ella.

—Iré a ver si puedo obtener información de como está con algunos colegas —dijo Jonathan y fue hasta ahí.

Marcus estaba desesperado, caminando de un lado a otro, Evana lo seguía, él se detuvo y la miró asustado.

—Lo siento, es que tengo miedo.

Ella lo abrazó

—Estoy aquí, amor, siempre estaré contigo.

Él sonrió, besó su frente, y la abrazó también.

Jonathan fue con sus colegas.

—¿Cómo se encuentra mi suegro?

—El hombre está grave, parece que en la caída se lastimó el cráneo, tiene una lesión cerebral muy grave, si quieres la verdad, no creo que pase la noche.

—¡No me digas eso! Mi esposa está embarazada, esa noticia le sentará fatal.

—Debes prepararla para lo peor.

—¿Pueden verlo?

—Sí.

El doctor y Jonathan fueron con la familia.

—Su padre tiene una lesión cerebral que es grave, estamos viendo la posibilidad de inducirlo en coma para que su cerebro que está inflamado pueda sanar.

Marcus tenía el rostro blanco como una hoja, tragó saliva

—Hagan lo que sea por salvarlo.

—¿Puedo verlo? —preguntó Sabrina sollozando.

—Sí, pase usted primero, y posteriormente, pueden pasar los demás, de uno en uno, para no molestar al paciente.

Sabrina fue la primera en entrar, lo vio en la habitación, recostado en la camilla, parecía dormido, tocó su mano, lo miró con dolor.

—Papito, no puedes dejarme ahora, te necesito tanto.

Andrés abrió los ojos, ella sonrió, esperanzada.

—¡Papito!

Andrés se quitó la mascarilla, acarició su cara

—Hija… yo… tu mamá, donde… dónde…

Parecía decir incoherencias,

—No te canses, papito, mamá te ama donde quiera que esté siempre te amó, aún ahora te ama, eres el mejor papito del mundo, te amo.

Andrés cerró los ojos, la enfermera entró y Sabrina salió, caminó con lentitud, Jonathan la abrazó con fuerzas.

—¡No lo digas…!

—Si lo hace, y sí le hereda todo a Sabrina y a Marcus, ¡yo no tendré nada, abuela! Me quedaré sin nada.

—Además, Evana se encargará de que Marcus se aleje, si el Andrés muere, Marcus solo verá por los ojos de esa mujer, ella nos quitará todo, Fátima, incluso también a ti —dijo Stella

—¡Eso nunca! Porque tengo pensado deshacerme de la m*****a Evana, no la tolero, ella tiene la culpa de que mi familia esté destruida, si no hubiese aparecido, tu tío te seguiría queriendo, Álvaro, nunca hubiesen peleado por una mujerzuela, y Andrés me querría a mí —dijo Fátima con ojos llorosos, lanzando la culpa que sentía en Evana porque no soportaba sentirse de esa manera.

Fátima se acercó a Sabrina

—¿Tu padre estaba inconsciente?

—Pude hablar un poquito con él.

Los ojos de Fátima se abrieron enormes, y caminó siguiendo a Marcus con desesperación, dejando a Evana y a Sabrina consternadas.

Marcus entró en la habitación de su padre, verlo así tan frágil, rompió su corazón.

—Padre…

Andrés abrió los ojos, de pronto hizo el esfuerzo por abrirlos muy grande.

—Hijo… —balbuceó unas palabras que Marcus no pudo entender—. Cuídate, promete… cuídate de tu… madre… no es buena…

Marcus le miró impactado.

—Padre, cálmate, por favor, no te angusties.

—Promete que te…. Cuídate de ella…

Andrés abrió ojos enormes, al ver a Fátima por la ventana, su pulso se aceleró.

Marcus intentó calmarlo, el cuerpo de Andrés comenzó a convulsionar, la enfermera llegó de inmediato y Marcus salió.

Se veía desesperado, su madre lo abrazó.

—Papá dijo… dijo que no eres buena, ¿Por qué dijo eso?

—¡Hijo!

Marcus se echó a llorar, Fátima lo abrazó, tenía miedo de que Andrés dijera lo peor de ella, la verdad que tanto quería ocultar.

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