Totalmente hot (COMPLETA) romance Capítulo 17

Me llamo Roberto soy moreno de piel oscura, tengo 24 años y soy mozo de cuadra a dos. Suelo dar una buena dosis de placer a mujeres de mediana edad, no siempre son tan atractivas, pero trato de concentrarme y hacer mi trabajo bien hecho dando lo que ellas quieren, mucho placer.

Tengo un blog donde expongo mis fotos de cuerpo y rostro y así atraigo a la clientela, había un pedido especial. Era para visitar a una mujer en la cárcel, sería bien pagado para realizar una visita íntima a una reclusa de nombre Clara Souza.

No tenía más detalles, como la razón por la que estaba cumpliendo condena...solo el horario que yo debía estar allí y la mitad del pago se haría a través de Pix. Sería una experiencia totalmente nueva, tener sexo en un lugar totalmente inusual.

Acepté, después de todo nunca rechazo una buena cantidad de dinero. Era mucho más de lo que solía cobrar y allí estaba solo la mitad del valor. Al día siguiente como acordamos tomé un baño y me arreglé como siempre, poniendo un perfume amaderado y ligero y llevando los condones y lubricantes. Llegué a la penitenciaría y tuve que pasar por una revista humillante a la que todos estaban sometidos, fui liberado y pasé por un pasillo de celdas todas debidamente cerradas en el frente y oí muchos gemidos...allí era el corredor del placer.

La carcelera abrió la puerta y yo entré, vi a aquella muchacha bonita de unos veinte años como máximo. Morena clara, pechos pequeños y parecía tener un trasero gigante...yo entré, ella me miraba curiosa y se levantó de la cama estirando la mano para mí.

Clara - Siéntate aquí.

Me senté a su lado, y esperé a que ella me cogiera para empezar la acción porque casi siempre era así. Todas las que me contratan generalmente están hambrientas y ya empiezan la acción para hacer valer cada minuto.

Clara - ¡Eres muy guapo!

Roberto - Pensé lo mismo de ti, muy muy linda.

Ella se puso roja y miró hacia abajo demostrando timidez y aquello me dejó aún más excitado, me acerqué. y sentí su olor.

Roberto - ¿Puedo hacerlo?

Le pedí permiso para poner su pelo de costado y besarle el cuello, ella asintió con la cabeza. En cuanto toqué mis labios sentí su piel temblar, bajé la correa de su vestido y con ella mis labios en besos delicados y mojados. Oí un susurro tímido, ella debía estar hace mucho tiempo sin cariño y estar en los brazos de un hombre... Clara despertó en mí el instinto protector y yo iba a darle a ella todo el cariño que jamás le di a otra mujer que ya contrató mis servicios o que me tuvo por placer.

Clara - Hagamos despacio, ¿sí?

Roberto - No te preocupes muñeca, prometo que voy a ser muy cariñoso.

No pude resistir la mirada triste de aquella chica, no me importaba el motivo que la llevó a estar allí, sólo lo mucho que quería probar todo su cuerpo. Mi respiración se aceleró, besé su boca como si no estuviéramos en aquel lugar sino en una cama lujosa de motel. Me fui tumbando sobre ella y mis manos acariciaban sus pechos pequeños y duritos, mis pulgares acariciaban dejando sus pezones más rígidos y yo los pellizcaba deliciosamente. Comencé a frotar mi cuerpo en el de ella, yo estaba de polla dura, la ayudé a quitarse el vestido y chupé sus tetas calientes alternando con besos en la boca.

Roberto - Su boca es tan suave, que delicia.

Me puse a pensar si el coño era así también, pero con certeza lo es. Aquella chica era top y la mejor cliente que he tenido en la vida, llevé la mano hasta su coño y puse mi dedo dentro de su braguita. Sentí su botoncito duro y comencé a tocarlo en movimientos circulares, Clara gimió y se giró debajo de mí.

Roberto - ¿Te gusta?

Clara - ¡Sí!

Roberto - Entonces pide más.

Clara - Continúa, mastúrrame así que está delicioso.

Ella se estaba poniendo muy mojada abajo, fui bajando mi boca a los besos por todo su cuerpo caliente hasta llegar a los laterales de su braguita color de rosa. Besé su entrepierna y la vi voltear los ojos cachondos, le quité las bragas y vi su coño latir de voluntad de mi lengua...lamí y chupé sus labios vaginales, pero no toqué su clítoris aún, dejé que sufriera un poco más y clamar por mí.

Clara levantó su coño buscando meterla en mi boca, chupé su grequito duro y lamí hasta oírla gritar.

Clara - ¡Nunca ningún hombre me la chupó así! Qué cachonda.

Roberto - Estoy aquí para hacerte débil de tanto gozar sabroso.

Ella revolvió y frotó su coño en mi cara, ella no era del tipo de mujer que afeitaba todo. Como me encantaba sentir esos pocos pelos en mi boca y todos bien mojados con su sabor, le di una bofetada a su coño y ella gimió una vez más. Levanté su pierna y la besé detrás de su muslo, la dejé bien abierta y le metí la lengua en el culo también.

Clara - ¡Eso es delicioso!

Creo que ese fue el primer beso griego que ella recibió, en segundos su coño se convirtió en una fuente de miel y yo chupé todo. Me acosté sobre ella de nuevo, mi polla parecía querer estallar de tan lleno...empujé los labios de su vulva, Clara mordió la boquita.

Clara - Dentro, dentro Hmmm

Se acostó sobre mi pecho.

Roberto - ¿Puedo saber por qué un dulce de chica como tú está presa?

Clara - Solo he tenido un novio en toda mi vida, no sabía que era un bandido. ¡Nos agarraron en el coche y dentro de él había 6 kilos de marihuana! Él fue el primer y único hombre que tuve en la vida y justamente quien me hizo parar aquí.

Roberto - Vaya, qué hijo de puta. ¡Perder a una mujer como tú y un coño así tiene que ser un imbécil!

Ella sonrió.

Roberto - ¿Cuánto tiempo le dieron?

Clara - Dos años en régimen cerrado y si todo sale bien uno más en el semiabierto.

Roberto - ¡Vas a conseguir salir antes estoy seguro!

Besé ligeramente sus labios.

Clara - ¿Y pretendes ser un prostituto para siempre?

Roberto - No lo hago por placer, sino por plata.

Clara - ¡Lo entiendo!

Roberto - Pero sí, tengo ganas de hacer otra cosa de la vida.

Sentí mi polla crecer una vez más, quería follarla por mucho tiempo y si pudiera toda la noche y dormir abrazado. Pero sólo teníamos una hora, empezamos otra maratón de mamadas y masturbación mutua hasta que nos corrimos de nuevo y tuve que salir de la celda. Devolví el monto de la paga y desde ese día en adelante la visitaba cada vez que podía, estaba atrapado en esa vagina caliente y quiero correrme en ella por mucho tiempo.

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