Totalmente hot (COMPLETA) romance Capítulo 19

Mi nombre es Ingrid y tengo 35 años, nunca me he casado y vivo rodeada de muchas exigencias e incluso de mi familia para encontrar a alguien y formar mi propia familia. Tengo una prima que se llama Mónica, ella también es soltera y siempre salimos juntas.

Mônica - ¿Qué piensas de ir a la playa el fin de semana?

Ingrid - ¡Sería genial!

Mônica - Podemos acampar allí, estoy segura que será maravilloso.

Quedamos para el fin de semana siguiente, compré unos biquinis para llevar y unos shorts más informales. Hice las maletas y Mónica ya me estaba esperando con el taxi que nos llevará a la estación de autobuses.

Ingrid - ¡Adiós mamá!

Carmem - Adiós hija y cuídate mucho.

Llegamos a la estación de autobuses y esperamos nuestro autobús.

Monica - ¿Compraste condones?

Ingrid - Que?

Mônica - Condones.

Ingrid - No, pensé que íbamos a bañarnos en el mar, broncearnos...

Monica - Sí, tonto, pero claro, si encontramos algunos gatitos, sería aún mejor.

Ingrid - ¡Eres una perra!

Mônica - Y me amas por eso, ups, nuestro autobús llegó.

Pusimos nuestro equipaje y entramos, terminé durmiendo todo el viaje.

Mónica - Estamos aquí.

La playa estaba abarrotada, elegimos un lugar estratégico y más alejado para armar nuestra carpa. Vi que realmente había muchos chicos guapos en ese lugar, pero yo no estaba allí pensando en coquetear y coquetear, solo descansando y pensando en la vida.

Después de tener todo listo, entramos a la carpa y nos pusimos nuestros bikinis para nadar. Le puse un gorro de ducha al modelo de tanga roja y nos metimos al agua, noté que mientras nos zambullíamos en ese mar azul un hombre y sus amigos nos miraban fijamente.

Mônica - Vaya, ese guapo de allá no tiene los ojos aquí y es para ti, amiga.

Ingrid - No tienes nada que ver, estás loca.

Mónica - ¡Pues bien!

Salimos del agua y fuimos a comer algo, pasando frente a su campamento otro se nos acercó.

Celso - Hola chicas como estan? Mi nombre es Celso.

Mônica - Con gusto Celso, soy Mônica y esta es mi amiga Ingrid.

Celso- Encantado de conocerte.

Nos dimos tres besos en la mejilla y un apretón de manos.

Celso - Por qué no vienen los dos a almorzar con nosotros al quiosco, vamos para allá.

Monica - Por supuesto que lo haremos.

Le pellizqué a Mónica, siempre actuando por los dos. Llevé mi bolso dentro de la carpa y nos fuimos allí, nos sentamos en una de las mesas y la vista era hermosa. Para mi sorpresa, el apuesto observador se sentó a mi lado.

Rodrigo - ¡Soy Rodrigo!

Me tendió la mano y sonreí.

Ingrid - Encantado de conocerte Ingrid.

Yo era tímido con él, era un moreno alto y tenía un cuerpo hermoso y definido que ella se empeñaba en lucir.

Celso - ¿Estás solo disfrutando el fin de semana en la playa?

Mônica - Sí, vinimos a despejarnos y relajarnos.

Rodrigo - Lo hicieron bien y esa noche habrá un show muy chido aquí en la playa.

Ingrid - No sé si quiero.

Monica - Ingrid tiene el alma de una mujer de 83 años.

Todos sonrieron.

Ingrid - Simplemente acepto que he pasado la edad de que me gusten las multitudes, pero ¿por qué ir con ellas?

Ella se quedó en silencio.

Rodrigo - Como no podremos escuchar música, hablando...

Ingrid - Quien sabe.

Lo corté, no quiero ser la diversión de un extraño. Almorzamos y hablamos de nuestras vidas personales. Rodrigo tiene 32 años, es licenciado en educación física, soltero y da clases de crossfit en un gimnasio, mientras que Celso tiene 36 años, está recién divorciado y tiene una papelería.

Mônica estaba totalmente en sintonía con Celso, sabía que la forma aventurera de los dos les había dado un vínculo y tuvieron una cita en la playa después de que pagamos la cuenta.

Ingrid - Voy a volver a la tienda ahora, fue un placer conocerte.

Rodrigo se acostó y pidió que le tragara la verga con el coño, le saqué un condón de los que había tomado Mónica, abrí la bolsa y me la metí en la boca poniéndola lentamente sobre su verga.

Rodrigo - Que puta, quien te enseño a hacer eso?

Ingrid - Secretos del maestro.

Sabía que lo había impresionado con la destreza de ponerse ese condón con la boca tragando su gran polla. Me senté a horcajadas sobre mi espalda para que pudiera ver mi trasero mientras estaba sentada, tan empapada que sentí que uno se deslizaba dentro con bastante facilidad.

Ingrid - ¡Qué rica polla!

Rodrigo - Joder, bien vamos.

Reboté con fuerza sobre su gran polla, me dio un buen martilleo debajo que sentí en el útero, su fuerza al levantar nuestros cuerpos juntos en esa cogida fue hermoso de ver. Golpeé mi trasero en sus testículos haciendo un sonido maravilloso de escuchar y aún mejor sentir que sabrosa vergaa entraba y salía con fuerza dentro de mí.

Rodrigo - Así que disfruto fácil, ¡qué rica sentada! huuuuuuuuullllll

Me dio un montón de palmadas en el culo, me sujetó la cintura y seguí follando su polla tan fuerte como pude. Galopé como nunca y me corrí dos veces, cerró las piernas y estiró los dedos de los pies, estuvo a punto de soltarse... Dejé de saltar y me bajé de la cima. Rápidamente me quité el condón y lo puse entre mis senos.

Rodrigo - Sigue ahhhhhhh

Envió ese fuerte chorro sobre mis senos, froté todo sobre mi suave piel hasta que salió la última gota. Su expresión cuando se corrió era hermosa, me dio un beso en la boca y cayó de lado... casado y jadeando.

Ingrid - Que delicia follarte.

Rodrigo - Eres una puta deliciosa como me imaginaba!

Ingrid - Quiero más.

Rodrigo - Ahora quiero el culo.

Ingrid - Ponte cómoda.

Me pidió que me pusiera a cuatro patas, su polla ya estaba dura de nuevo. No teníamos nada para lubricar así que usó la saliva, jugó con su lengua en mi brioche muy lentamente y me dejó a punto de correrme... metió y sacó un dedo hasta que me dilató.

Abrí las bandas del trasero para que se divirtiera mejor con nosotros, me sujetó por la cintura y comenzó a penetrar mi culo lentamente. Sentí que mis arruguitas se abrían lentamente y ese típico dolorcito del principio, pero mientras me follaba, comencé a delirar de placer al igual que él.

Rodrigo - Que culo apretado, carajo.

Ni siquiera recordaba un condón y era demasiado bueno para parar y ponerme otro.

Ingrid - Eso me rompe el calor, bastardo.

Me abrazó con más fuerza alrededor de la cintura, follando duro, dentro y fuera de mí. Alcanzó mis pechos mientras empujaba con fuerza golpeando las bolas en mi trasero. Con una mano empezó a tocar mi grlinho, no tardé en correrme, fue un tremendo temblor y gritos dentro de esa carpa...bueno.

Pasamos toda la noche teniendo sexo dentro de la carpa de todas las formas imaginables, Mónica llegó al día siguiente también muy feliz de follar tanto con Celso. Pasamos un fin de semana entero a costa de mucho sexo y sol.

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