Totalmente hot (COMPLETA) romance Capítulo 21

Soy Camila, tengo 19 años y estoy estudiando medicina veterinaria y algo que escondo del mundo sobre mí es el hecho de que soy virgen. Mi madre falleció hace 2 años y mi padre decidió rehacer su vida con Samira, una buena mujer y estoy seguro que los dos se gustan mucho. Nunca fui del tipo celoso con mi padre, creo que la gente tiene derecho a ser feliz.

Cuando mi padre decidió invitar a Samara a vivir aquí con nosotros, confieso que me sorprendió, pero la recibí con los brazos abiertos y las cosas iban bien.

Samira - Diogo acaba de llamar y vino a pasar unos días aquí a mi casa.

Juliano - Eso es un gran amor, ya era hora de que nos conozcamos en persona.

Tenía curiosidad y confieso que con muchas ganas de conocer a este chico, Samira habló mucho de él y de lo orgulloso que estaba. Diogo era licenciado en psicología y por las fotos era muy guapo, tenía 28 años y se mantenía en forma a costa de mucho entrenamiento... llevábamos un tiempo siguiéndonos en las redes sociales y tal vez eso me hizo querer saber aún más.

A los dos días llegó con las maletas en las manos, mi padre abrió la puerta y los dos se saludaron un poco tímidos.

Samira - Hijo, que hermoso eres, pasa.

Mi padre tomó la maleta de su mano y la llevó al dormitorio.

Diogo - ¿Así que esta es mi hermana pequeña?

Sonreí y me besó en la mejilla, era muy fragante y ese hombre era un pedazo de camino equivocado. Castaño claro, ojos marrones y una boca muy bien hecha.

Samira - Ven mi amor, te enseño la casa y tu habitación.

Fui a jugar con el perro en el patio trasero para que madre e hijo estuvieran más cómodos, vino mi padre.

Juliano - ¿De verdad estás bien, hija?

Camila - Está bien papi

Juliano - Te noté triste.

Camila - Es solo ese anhelo de tener una madre preocupada por mí, pero pasará.

Él me dio un gran abrazo.

Juliano - Voy a trabajar, Samira se tomó el día libre para estar con su hijo. Si necesitas algo, llámame.

Camila - ¡Sí, te amo papi!

Juliano - Yo también te amo princesa.

Se fue y entré a la casa, Diogo estaba en la sala con Samira, hablando muy emocionado y poniéndose al día. Fui a mi habitación, no queriendo perturbar esa reunión.

Me acosté y me puse los audífonos, sentí que alguien tocaba mi talón y para mi sorpresa era Diogo.

Camila - Diogo? ¿Necesitar algo?

Diogo - Pareces estar triste, o no te gustó mi presencia.

Me senté y él se sentó en el borde de la cama.

Camila - Dios, perdóname por sonar desagradable. No tiene nada que ver contigo, es que esta semana se cumplirá un año más si mi madre y verte así con Samira... es inevitable que te extrañe.

Tomó mi barbilla y me acarició mirándome a los ojos y yo a los suyos.

Diogo - Nosotros también somos tu familia.

Samira se detuvo en la puerta del dormitorio y nos vio tan cerca.

Samira - ¡Voy a hacer algunas compras!

Ella sonrió, al notar la atmósfera que había entre nosotros.

Diogo - Eres mucho más hermoso que en las fotos.

Noté su mirada en mis muslos, estaba usando un par de pantalones cortos de mezclilla y una camisa polo amarilla.

Camila - Gracias, ¿quieres algo de beber?

Diogo - ¡Un baño contigo!

Me sonrojé, nunca esperé un cantado tan directo pero me gustó mucho.

Camila - Creo que no entiendo bien.

Me atrajo hacia sí y se tiró encima de mí, dándome un delicioso beso que me dejó sin aliento. Sentí su polla endurecerse sobre mi cuerpo y nos calentábamos más y más, me mojaba y eso solo pasaba cuando veía una película para adultos o incluso cuando un beso raro me ponía así. Se volvió más y más voluminoso y parecía ser grande, su respiración se volvió dificultosa y los besos aún más fuertes. Su mano recorrió mis pechos de tamaño mediano, me hizo temblar.

Diogo bajó mi camisa y chupó mis tetas juveniles, que estaban duras y disfrutaban de ser amamantadas por él.

Me sentía cabalgando en un palo con las dos manos él agarró mis pechos también cubiertos por la blusa, yo estaba tan loca de cachondo en aquella dulce broma sentí su lengua invadir mi coño...ese hijo de puta se aprovechó de mi distracción para poner sus bragas a un lado. No se sentía como nada que haya sentido en mi vida, estaba muy sensible por debajo, pero él sabía cómo hacerlo. Empecé a frotarme en su lengua frenéticamente.

Diogo - Frota esa delicia en mi cara, perrita. ¡Qué delicia!

Miré hacia atrás y vi su dura polla balanceándose hacia arriba y hacia abajo mientras se desabrochaba los pantalones mientras me movía sobre él y gemía. Agarré su polla e instintivamente comencé a masturbarlo, confieso que todavía era un poco torpe pero aceleré el ritmo.

Diogo - Te pondré más cómodo, acuéstate encima de mí y vuelve a ponerme la panocha aquí en la boca.

Me acosté encima de él que ya me estaba desvirgando de nuevo con su lengua, nunca imaginé que sería tan delicioso. No supe que hacer con esa tremenda verga frente a mi, comencé a golpearlo de nuevo. Di un fuerte gemido y sentí que algo salía de mi cuerpo y mi coño templava en su lengua, Diogo me dio una palmada muy fuerte en el culo y me acurruqué encima de él.

Diogo - ¡El primer semen de muchos, travieso!

No quería que nada tocara mi pequeña parrilla porque sentía que el viento me molestaba después del orgasmo, él lo sabía y lo respeté por un tiempo para recuperarme. Mientras tanto llegaba a mi cabeza sujetándome el pelo con fuerza.

Diogo - ¿Por qué no lo intentas tú también uhm?

No sabía a qué sabía, esa polla estaba muy húmeda y tenía miedo de lastimarlo también. Desde que me lo pidió abrí mucho la boca y lo dejé entrar, no tenía sabor y era suave sentirlo entrar y salir de mi boca. Los gemidos que hizo al ser mordido me hicieron mojarme de nuevo y desear su boca en mi coño otra vez. Empecé a jugar con su polla, la apagué y la chupé fuerte, a un ritmo lento y rápido.

Diogo volvió a chuparme el coño, esta vez fue aún mejor, los mordiscos que me dio en los labios vaginales me hicieron rodar los ojos.

Camila - Chupalo, si esta muy bueno ahhh.

Diogo - ¡Puedo chuparte así las 24 horas, cariño!

Lo chupé muy fuerte y lo sentí palpitar en mi garganta...

Diogo - Me voy a correr a to a to...hmmm

Sentí que algo caliente se liberaba en mi garganta al mismo tiempo que volvía a correrme sobre su lengua, el sabor de su semen era extraño...pero escuchar cómo rugía como un animal me hizo relajarme y tener un orgasmo más fuerte que el anterior. Me caí de lado, puse mis bragas en el lugar correcto y quedamos limpios porque bebimos juntos hasta la última gota.

Camila - Ya sabes ¡Me encanta tener un hermano mayor!

Él sonrió.

Diogo - Te enseñaré todo lo que sé.

¿El fin?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Totalmente hot (COMPLETA)